Opinión
Las uvas de Isabel y Pedro
Tecnología
Echo Pop es el último miembro en sumarse a la familia de altavoces inteligentes de Amazon. Una opción interesante tanto para quienes quieren iniciarse en este segmento como para quienes buscan complementar otro Echo que ya tengan para colocarlo en distintas habitaciones y así tener una red en la que poder, por ejemplo, escuchar la misma música por toda la casa, seguir con una conversación aunque nos estemos desplazando o hasta utilizarlo como interfono para hablar con quien esté en otro espacio sin tener que andar a gritos.
Este Echo Pop es además muy compacto, por lo que se puede situar casi en cualquier parte, incluso en una estantería o en la mesita de noche. Y su colorido diseño contribuye a que encaje bien lo pongamos donde lo pongamos. Está disponible en colores antracita, blanco, lavanda y verde azulado y hay además fundas adicionales con aún más opciones (incluso hay una fosforescente).
Por cierto, que Amazon lanza periódicamente muy buenas ofertas con jugosos descuentos, por lo que les recomendamos que, si les interesa este producto, estén atentos. Su precio habitual es de 54,99 euros, pero pueden ahorrar bastante si aprovechan una de esas ofertas.
Ya hemos dicho que su diseño es muy compacto y no hay problema en encontrarle un hueco. Mide 99 x 83 x 91 milímetros y su peso no llega a los 200 gramos. Tiene un altavoz frontal de 49,5 mm (1,95”) y audio de alta definición sin pérdidas.
En la parte superior tiene tres micrófonos y tres botones físicos planos, para subir y bajar el volumen y para apagar los micrófonos. Ahí también está la barra luminosa a modo de indicador (este dispositivo no tiene pantalla ni otros pilotos LED) que cambia de color en función de la información que desea transmitir: azul para ‘Alexa está escuchando’, naranja para ‘no lo está haciendo’, amarillo para notificaciones, verde para llamadas...
Por lo que se refiere al sonido, es claro, nítido y de buena calidad pero, por su propio diseño y su tamaño, no esperemos potencia para hacer que vibre una casa de varias plantas. Amazon advierte que es “ideal para habitaciones pequeñas y espacios de tamaño reducido”, aunque a nuestro juicio se cura en salud. Es ideal también para espacios no tan reducidos.
La instalación del Echo Pop, como es habitual en los altavoces de Amazon, es muy sencilla. Basta enchufarlo a la corriente (es una de las pegas de este dispositivo, que hay que tener un enchufe cerca), instalar en el teléfono o cualquier otro dispositivo la app de Alexa, iniciar sesión con Amazon y añadirlo a nuestra lista de dispositivos.
A partir de ahí se realiza sola la configuración inicial y, cuando acabe, nos dará la bienvenida Alexa con unas cuantas preguntas y recomendaciones para terminar la personalización.
El Echo Pop admite Wi-Fi de doble banda (2,4 y 5 GHz), Bluetooth Low Energy y controlador Matter (que permite manejar con él dispositivos conectados, también electrodomésticos, de cualquier marca que utilicen este estándar).
Cuenta también con un perfil de distribución de audio avanzada (A2DP) para la transmisión de audio desde un móvil al Echo Pop o desde éste a un altavoz Bluetooth, así como un perfil de control remoto de audio y vídeo (AVRCP) para el control por voz de dispositivos móviles conectados.
Pero la base del Echo Pop, y de todo el ecosistema de productos conectados de Amazon, es su asistente virtual, Alexa. Hacer un listado exhaustivo de las cosas que Alexa puede hacer sería tedioso y probablemente nos dejaríamos muchas cosas por el camino, así que destacaremos solamente algunas de las tareas que se pueden llevar a cabo con ella a través de este Echo Pop. Solamente tenemos que activarla y pedírselo:
A todo esto se suman las posibilidades casi infinitas que ofrecen las Skills, pequeños programas desarrollados por empresas, medios de comunicación, administraciones públicas y más, de decenas de categorías, para que Alexa nos resulte aún más útil.
Uno de los temas espinosos que surgen con cualquier dispositivo conectado a internet, especialmente uno que tenga micrófono (o cámara, aunque el Echo Pop no dispone de una) es saber qué escucha, qué graba y qué hace después con esa información.
Desde Amazon se asegura que tanto Alexa como sus dispositivos Echo están diseñados con múltiples capas para proteger la privacidad de sus usuarios y la seguridad de sus datos. En este Echo Pop, como apuntábamos más arriba, hay un botón físico en su parte superior para apagar los micrófonos, por ejemplo, y hasta que no activamos Alexa no empieza a escuchar (eso nos lo dice el color de la barra superior luminosa).
Por defecto, la palabra de activación es “Alexa”, aunque esto podemos cambiarlo si lo deseamos.
En la aplicación podemos revisar nuestro historial de voz y decidir qué guardar y cómo se usará, así como comprobar el historial de dispositivos conectados o ver a qué Skills hemos concedido permisos específicos.
Usando la voz cuando hablemos con Alexa, podemos pedirle que elimine grabaciones, que ajuste la configuración, que nos diga qué ha oído o saber cuál es nuestra configuración de privacidad, para saber durante cuánto tiempo se guardan nuestras grabaciones de voz y si se usan o no para mejorar el servicio.
(*El dispositivo fue cedido por Amazon para la prueba)
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