Aeropuertos, fuentes de oportunidades

Anuario de Turismo 2024

La apertura del Aeropuerto de Almería fue un incentivo de incalculable valor para el desarrollo y la posterior consolidación de una industria como el turismo

Terminal del Aeropuerto de Almería.
Terminal del Aeropuerto de Almería.
Ignacio Tejero - Director del Aeropuerto de Almería

26 de diciembre 2024 - 21:00

La inauguración del Aeropuerto de Almería marcó un punto de inflexión en el desarrollo económico y social de una provincia que había estado históricamente condenada al aislamiento por la compleja orografía de su entorno. Su apertura representó un importante avance en términos de vertebración territorial, pero también fue un incentivo de incalculable valor para el desarrollo y la posterior consolidación de una industria tan relevante hoy como es el turismo.

En estos 56 años de trayectoria, la cifra de pasajeros se ha multiplicado por 43 y la de vuelos, casi por 9. Desde nuestras instalaciones, hemos atendido a más de 31 millones de usuarios (para nosotros, 31 millones de historias), en un periplo que se ha ido adaptando a la enorme transformación vivida por el sector.

Esa transformación se ha producido tanto en el modelo de negocio de las compañías aéreas como en el propio concepto de aeropuerto. En el caso de las primeras, la liberalización del mercado a finales de los años 80 propició la aparición de nuevas fórmulas que abarataron los viajes en avión y, por ende, abrieron este transporte a un público tremendamente amplio y diverso.

Como consecuencia del crecimiento exponencial al que ha asistido el sector aéreo desde entonces y de la exigente profesionalización que ha requerido, los aeropuertos han dejado de funcionar como meras infraestructuras canalizadoras del tráfico, para convertirse en una especie de centros de servicios, con prestaciones cada vez más diversificadas y segmentadas.

Si el Aeropuerto de Almería echó a andar como una oportunidad propiamente dicha para la provincia a la que daría cobertura, la evolución vivida durante los últimos años han hecho de él, más bien, un elemento multiplicador de oportunidades.

Si en 1968 supuso un verdadero salto cualitativo en cuanto a comunicaciones, apertura al turismo internacional y hasta soporte de una prolífica producción cinematográfica (son numerosas las estampas de grandes estrellas de Hollywood desembarcando en nuestro aeropuerto), en la actualidad genera actividad directa para cerca de un centenar de empresas.

El alcance de lo que mueve este aeropuerto abarca sectores tan dispares y necesarios en su día a día como el control aéreo, tripulaciones, restauración, seguridad privada, handling, cetrería, mantenimiento de instalaciones y aeronaves… En todos estos sectores, las empresas mantienen 500 empleos vinculados a ese quehacer diario.

Y la multiplicación de oportunidades continúa si nos paramos a calcular el impacto indirecto que todo ello tiene, a su vez, en el resto de la economía local. O la proyección que el destino Almería logra con cada turista que entra y sale por su aeropuerto –este verano, las compañías han ofrecido conexiones con 23 destinos de 11 países-.

Aquello que favorece el dinamismo económico lo hace, por ende, en beneficio del tejido social. Aquí, si me lo permiten, me voy a tomar la licencia de invitarles a recordar la campaña publicitaria que Aena lanzó hace unos meses y que protagonizaba, precisamente, un almeriense de los que hacen patria. ¿Imaginan despertarse un día y que no hubiera aeropuertos?

Los aeropuertos, y lo que desde ellos se genera, contribuyen a conectar territorios, al desarrollo y la creación de empleo, al avance de la industria aeronáutica (habilitación de tripulaciones, suministro de biocombustibles…), a acercar a las familias, a agilizar las operaciones de rescate –somos base de Salvamento Marítimo-, a acortar los tiempos con vuelos sanitarios que salvan vidas…

De acuerdo con el último balance de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), sólo en 2023 el Aeropuerto de Almería atendió una veintena de vuelos relacionados con el traslado de órganos o equipos médicos destinados a participar en intervenciones de este tipo, en las que los tiempos son críticos.

El modelo de red con el que Aena gestiona sus aeropuertos no hace más que multiplicar (por muchos enteros) esa positiva incidencia en los entornos en los que se asientan estas instalaciones. Los pasajeros que vuelan a un determinado destino rara vez limitan su estancia al mismo. Se mueven entre provincias y es evidente el efecto expansivo que esto tiene en cuanto a pernoctaciones, compras o consumo de cultura y patrimonio.

Tenemos, por tanto, un compromiso ineludible con el bienestar del territorio al que servimos. Y somos muy conscientes de ello. Por ese motivo, desde el Aeropuerto de Almería continuaremos volcados en multiplicar esos beneficios y en hacerlo, además, sin perder de vista los grandes retos que afronta nuestro sector, como la sostenibilidad o la incorporación de tecnologías avanzadas para satisfacer las nuevas necesidades de pasajeros y aerolíneas.

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