GUÍA | Así debe ser la ventilación de las aulas para reducir el contagio por Covid-19

El Consejo Superior de Investigaciones científicas publica una guía para reducir los contagios por vía aérea en los centros educativos

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Aula de la Facultad de Comunicación de la US con el 33% de su aforo.
Aula de la Facultad de Comunicación de la US con el 33% de su aforo. / Antonio Pizarro
D.A.

21 de octubre 2020 - 17:13

El contagio de la Covid-19 por vía aérea parece ser un hecho. Por ello, el Consejo Superior de Investigaciones científicas (CSIC) ha elaborado una guía para salvaguardar a los más jóvenes de posibles contagios y enseñar, de manera clara, cómo debe ser la ventilación de las aulas para prevenir el contagio de la Covid-19.

La guía, basada en la de la Universidad de Harvard, da una serie de indicaciones que pueden ser extrapolables al resto de espacios interiores como oficinas u otros edificios de carácter público. A las mascarillas, distancia social y medidas de higiene ya aplicadas, deben seguirle este tipo de medidas para que la seguridad en las aulas sea lo más eficaz posible aunque es verdad que el riesgo de contagio cero no existe.

Qué necesitamos saber

Guía para ventilar las aulas correctamente
Guía para ventilar las aulas correctamente

El riesgo de contagio por la Covid-19 es mucho más elevado en espacios cerrados que abiertos ya que los aerosoles se van acumulando en dichos espacios y la presencia del virus se magnifica. Por tanto, la primera lección es que las actividades al aire libre son preferibles.

Según la guía del CSIC, el coronavirus se debilita reduciendo la emisión y la exposición. Es decir, con un menor número de personas, silencio y una mascarilla bien ajustada, la emisión quedará mermada. Además, si se consigue aumentar la distancia interpersonales y ventilar bien la zona, la exposición será bastante menor.

¿A qué nos referimos por ventilación?. Pues bien, se trata básicamente de renovar el aire que puede estar potencialmente contaminado. Debemos eliminar esas partículas en suspensión y la ventilación deberá ser acorde al volumen de la sala, el número de ocupantes y la edad de estos. En este sentido, lo recomendable es 5 ó 6 renovaciones de aire por hora. Otra manera de medir la ventilación es a través de de los litros de aire por persona. Con este tipo de medidas, se sabe que unos 14 litros por persona y segundo es la cifra adecuada.

Otros aspectos a destacar a la hora de llevar a cabo una adecuada ventilación:

  • En épocas de frío. Si estamos en el periodo invernal y se quiere llevar a cabo una ventilación natural, debemos medir bien la relación entre riesgo sanitario y confort térmico. Habrá que avisar al alumnado para que lleve ropa de abrigo y así no abusar de la calefacción.
  • Condiciones meteorológicas adversas. Debido a inclemencias del tiempo, la ventilación natural puede no ser una buena opción. Los centros deben ser previsores y contar ya con soluciones como ventilación forzada o realizarla antes del mal tiempo.
  • Ruidos en las aulas. Será necesario reducir el ruido en pasillos y zonas comunes para que el ambiente en clase sea lo más conciliador posible.
  • Concentración de CO2. La ventilación es necesario para que no se produzca este hecho. Además, hace que los alumnos estén más concentrados y el rendimiento escolar aumente.

Posibles escenarios y soluciones

Algunas de las soluciones propuestas en la guía del CSIC
Algunas de las soluciones propuestas en la guía del CSIC

Una vez explicada la necesidad imperante de que las aulas, oficinas y, en general, espacios interiores estén bien ventilados, llega la hora de buscar soluciones que ayuden a establecer una seguridad sanitaria en los centros educativos.

Son muchas las soluciones que pueden ponerse en marcha, pero la primera premisa es si las actividades a realizar pueden realizarse o no en espacios abiertos. En el caso afirmativo, no hay que tomar ninguna medida más que las establecidas ya por Sanidad. En el caso contrario, habrá que estudiar el conjunto y tomar las decisiones más adecuadas para cada ocasión:

  • Ventilación natural

En el caso de que las actividades no puedan realizarse en espacios abiertos, esta es la siguiente medida que se debe tomar. Se caracteriza por renovar el aire interior con el procedente del exterior. Hay dos tipos de métodos; ventilación cruzada, donde el aire entra y sale tanto por las ventanas como por las puertas, o bien, ventilación de ventanas abiertas o puertas cerradas, en este caso, el aire entra y sale por el mismo punto.

  • Ventilación individual forzada

Cuando la natural no es suficiente, aparece este tipo de ventilación en la que es necesaria la instrumentalización. Se puede hacer mediante impulsión (introduciendo aire del exterior) o extracción (sacando aire del aula).

  • Ventilación forzada centralizada

Se da cuando no existe la ventilación natural y hay que usar sistemas de ventilación centralizados comunes para todo el edificio o gran parte de él. para este tipo de método es necesario hacer un estudio y que se lleve a cabo por personal técnico especializado. Este sistema suele funcionar introduciendo un filtro que elimina las partículas.

  • Purificación

Cuando ya no existe ninguna otra posibilidad, los centros deben acudir a la purificación. Este método consiste en la utilización de un purificador para eliminar las partículas susceptibles contener el virus en el aire interior. Al ser aditivas, para tener una purificación total del aire se debe calcular qué cantidad de aire debe proporcionar el purificador. En el caso que se necesitara, se puede utilizar más de un purificador que debe colocarse en el centro del aula y no debe apuntar de manera directa a los estudiantes.

No se recomiendan los sistemas con ionizados, siendo el sistema más eficaz la filtración que consiste en hacer pasar el aire "contaminado" a través de un filtro de alto rendimiento, denominados HEPA. Por último, estos filtros deben cambiarse cada vez que lo recomiende el fabricante.

Métodos para determinar la ventilación

Existen métodos que sirven para especificar de manera cuantitativa la ventilación de un aula y compararla con las recomendaciones establecidas. Existen dos tipos de método:

  • Determinación de la tasa de renovación de aire. Se lleva a cabo sin ocupantes en las aulas y consiste en aumentar el nivel de CO2 en el aula y posteriormente determinar la velocidad de disminución de dicha concentración.
  • Determinación de la concentración de CO2 objetivo en estado estable. Se trata de determinar la concentración de CO2 objetivo con el aula ocupada. Se deben conocer las dimensiones del aula y sus ocupantes para que se puedan reunir unas condiciones estables.

En el siguiente enlace está disponible para su descarga la Guía del CSIC para una correcta ventilación de las aulas para prevenir el contagio frente a la Covid-19.

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