Roberto Scholtes
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La vida en el valle del Nilo hace más de 3.500 años ha revelado algunos de sus secretos, con el hallazgo por parte de una misión arqueológica egipcia de la tumba de Amenemhat, un orfebre de Amón que vivió en la 18 dinastía faraónica y cuyo sepulcro escondía piezas de uno de los templos de ese dios.
En una rueda de prensa celebrada ante la tumba en la necrópolis de Draa Abul Naga, en la ribera occidental del río Nilo a su paso por Luxor, el ministro egipcio de Antigüedades, Jaled al Anani, anunció el hallazgo del enterramiento, que consideró "un descubrimiento científico importante".
Amenemhat era el encargado del trabajo de orfebrería dedicado a este importante dios de la mitología egipcia.
Frente a la tumba, cincelada en la roca, se ha localizado un foso, donde la misión arqueológica ha encontrado la momia de una mujer y dos hermanos que se remontan al Reino Medio (2050 a.C.-1750 a.C.), y que se siguen estudiando.
En interior del mausoleo, la dañada y restaurada escultura del orfebre Amenemhat, sentado junto a su mujer y con uno de sus hijos tallado entre sus piernas, contempla impasible a los visitantes que se adentran en su última morada.
La estatua, de talla clásica y que todavía conserva restos de pintura en los rostros de quienes ordenaron construir el mausoleo para su eterno descanso, fue encontrada destruida y ha sido restaurada por la misión egipcia, que está compuesta por 66 miembros.
Ahmed el Tayeb, un arqueólogo de la misión que lleva seis meses trabajando en este tumba, cuenta a Efe desde el pozo hallado junto a la tumba que el panteón de la familia del orfebre fue reutilizado después de la etapa de Amenenmhat por personas de la dinastía XX y XXI, que dejaron cinco momias y tres sarcófagos que todavía mantienen sus vivos colores originales.
Sin quitarse los guantes con los que trabaja en la restauración de uno de estos sarcófagos, Al Tayeb explica que en las citadas dinastías los antiguos egipcios solían usar cada ataúd como una tumba separada, por eso cada uno de ellos está decorado con dibujos y escritos rituales que hablan de la muerte.
Según el arqueólogo, en la necrópolis de Draa Abul Naga, hay al menos 350 tumbas de altos funcionarios del antiguo Egipto.
Al igual que en otros enterramientos de la zona, en la tumba del orfebre se han encontrado ostracones (conchas de cerámica), con detalles sobre la vida en aquella época, lo que permite conocer el día a día de los antiguos egipcios.
Algunos de los hallazgos -como joyas de oro, estatuillas, conos funerarios, vasijas de cerámica y ostracones, además de algunas partes de los sarcófagos de la tumba descubierta- se pueden contemplar en una vitrina colocada por el equipo arqueológico en la entrada.
En los conos funerarios están escritos nombres de faraones, cuyos enterramientos, según el director de Antigüedades de Luxor y el jefe de la misión, Mustafa Waziri, aún no han sido descubiertos.
Roro, Benti y Mati son algunos de estos nombres reales descubiertos por la expedición de Waziri que explica este hallazgo: "Nos da un gran empujón para que continuamos con las excavaciones aquí y, si dios quiere, vamos a encontrar más tumbas".
Para Waziri, la importancia del descubrimiento de esta tumba radica en que es el segundo realizado por una misión compuesta únicamente por egipcios, después de que en abril se desvelara el mausoleo de un alcalde de la antigua Luxor, enterrado en la misma zona.
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