Crimen de Chapela: qué pasó y qué dicen los forenses al respecto

El juicio celebrado por el crimen de Chapela ha contado con la intervención de los forenses que desmontan la teoría del acusado.

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Foto del acusado / Salvador Sas
Carmen P. Acal

23 de marzo 2023 - 17:40

Esta semana ha comenzado el juicio por el crimen de Chapela, una aldea de Redondela, en Vigo. En él se acusa a Manuel Matanzas de matar en el año 2021 al hombre que en teoría le vendía droga, Roberto C.

Como ha adelantado Faro de Vigo, se trata del primer juicio de Tribunal de Jurado en la macrosala de la Ciudad de la Justicia de la ciudad viguesa. El acusado se enfrenta a una pena de 18 años de prisión por un delito de asesinato.

Los hechos

Roberto C.P. fue hallado muerto en el suelo de su vivienda, con las muñecas y tobillos atados con cinta adhesiva y la boca tapada con ese mismo material.

Su cara estaba tapada con un chaleco rojo. La autopsia determinó que lo habían matado asfixiándolo tras ser atacado por detrás. Tenía un traumatismo nasal con desvío que podría ser compatible con un puñetazo y en su cuerpo no se podía leer ningún signo de haberse defendido o haberse resistido al ataque.

El que las cintas adhesivas estuvieran “perfectamente colocadas” evidenciaron que Roberto ya estaba muerto o agonizando cuando fue atado, según concluyeron los forenses que se encargaron del caso. Se basaron en esta hipótesis porque, de lo contrario, la víctima hubiese intentado deshacerse de ellas en algún momento y no estarían tan tersas.

El acusado, que acabó reconociendo los hechos tras un interrogatorio, defendió que cuando se marchó del lugar de los hechos el individuo aun estaba vivo.

El móvil

Manuel Matanzas ha explicado que acabó con la vida de Roberto porque éste se negó a dejarle fiado una papelina, por lo que decidió maniatarlo en su propia casa para robarle algo de droga.

Según lo que contó Matanzas, registró en los cajones de su vivienda y luego se marchó, dejando a la víctima con vida. “No estaba muerto, me miró, parpadeó y me vio irme aunque no se movía", puntualizó. De esta manera defiende su inocencia aludiendo a que alguien tuvo que ir después a la casa y acabar con su vida.

El informe forense

Durante la sesión del juicio del miércoles, 22 de marzo, en la que el abogado de la defensa pide su absolución y sigue manteniendo su inocencia, los forenses han compartido los datos que han podido esclarecer del estudio que realizaron al cuerpo de la víctima.

Según la información compartida por Faro de Vigo, los especialistas explicaron al magistrado que el cadáver presentaba “muy pocas” lesiones y de “escasa entidad”, todas localizadas en cara, cuello, brazos y piernas. Algunas eran “milimétricas” y no llegó a haber afectación de venas o arterias.

De esta forma la causa de la muerte se debió a una asfixia mecánica realizada cuando el acusado sujetó y comprimió el cuello de la víctima con el brazo al tiempo que le puso una mano sobre la boca. Así, el presunto asesino no necesitó hacer “tanta fuerza” y el fallecimiento se produjo “más rápido”.

La circunstancia más determinante se debe a que el fallecido tenía una antigua traqueotomía, pero también influyeron el que tuviese la boca llena de comida (en ese momento estaba cenando) y que, durante el ataque sufrido, se le desplazase la dentadura postiza.

Los forenses han calificado durante la vista de “muy importante” esa antigua traqueotomía de la víctima, evidenciada por una cicatriz en la parte inferior del cuello, porque eso implicaba que tenía la traquea “más tapada” de lo habitual.

Si el orificio de entrada de aire en condiciones normales es de dos centímetros, en su caso era de “un centímetro”. “Con su capacidad para respirar ya restringida, el que además tuviese comida en la boca y que los implantes dentales se le desplazaran provocaron que no hiciese falta tanta fuerza para asfixiarlo y que la muerte se produjese de forma más rápida”, informaron.

Concluyeron su intervención dejando claro, además, que el acusado no tiene ninguna enfermedad mental pero sí un trastorno de personalidad que lo hace ser “impulsivo y desconfiado” y otro trastorno por la cocaína y el alcohol. Su inteligencia está “íntegra”, pero podría sufrir una “ligera merma” en el control de la voluntad por su “impulsividad”, han concluido.

El juicio concluiría hoy, jueves 23 de marzo, tras lo cual el jurado popular se retirará a deliberar para emitir su veredicto.

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