La Unidad, entre saetas, vivas y una rumba

Apesar de las condiciones meteorológicas, el tiempo dio una tregua y para que diera comienzo la Semana Santa almeriense con un nuevo Sábado de Pasión en el barrio de Piedras Redondas.

A las 19:30, las puertas de la Iglesia parroquial de San Ignacio de Loyola se abrían dando paso a un gran cortejo que comenzaba a salir para adentrarse en el barrio de la capital. La Cruz de guía avanzaba por la cuesta que caracteriza esta iglesia para adentrarse en el barrio de Piedras Redondas, abriendo paso al cortejo de la hermandad y cofradía del Santísimo Cristo de La Paz en su Flagelación y María Santísima de la Unidad, seguida de una gran fila de nazarenos con túnica y antifaz negro; y capa y cíngulo burdeos. Una corneta de la Banda de Cornetas y Tambores Ntra. Sra. del Carmen entonaba la Marcha Real anunciando la salida del Santísimo Cristo de la Paz. Esta formación lleva 10 años acompañando al titular de esta hermandad. El paso del Stmo. Cristo de la Paz en su Flagelación avanzaba por el dintel de la puerta del templo al son de El Castigo, marcha propia de la hermandad. Bajo el martillo de Luis Corpas y su cuerpo de capataces el paso de misterio se adentraba en el barrio almeriense que lo esperaba con gran devoción. Antes de abandonar la plaza de la Iglesia, El niño de las Cuevas le dedicó una magnífica saeta.

Tras pasar el misterio, comenzó el tramo de palio, iniciado por la Cruz parroquial escoltado por dos faroles, seguidamente avanzaba una gran guardería, una magnífica fila de nazarenos y casi 40 mantillas. En el dintel de la puerta de la parroquia, esperaban a María Santísima de la Unidad la chirigota infantil El batallón del colorete para cantarle una rumba escrita con mucho cariño hacía la titular. Sonó la marcha Real interpretada por la Banda de Música de Huécija- Alicún. Justo al salir Ana Mar García esperaba a María Santísima de la Unidad para dedicarle una gran saeta. Acto seguido María del Mar Vázquez Agüero, alcaldesa de la ciudad de Almería, realizaba la levantá del paso de palio, y la Señora de la Unidad dejaba atrás su templo para dirigirse a las calles de su barrio bajo un manto de aplausos y vivas.

El cortejo se adentraba por las calles del barrio almeriense, y a su paso por la calle Sierra de Fondón María Santísima de la Unidad recibía una gran petalá . Como cada año, Piedras Redondas y devotos almerienses de otros barrios arroparon a esta cofradía durante su estación de penitencia.