El rincón del fisio: ¿Cómo evitar lesiones con el costal o el capirucho en Semana Santa?
Semana Santa 2025
El sacrificio de acompañar en la estación de penitencia al Señor conlleva un riesgo de lesión, que se puede minimizar con hábitos de entrenamiento y posturales

Costaleros y penitentes forman parte esencial de la estampa de Semana Santa, para muchos los encargados de acompañar y llevar en volandas al Señor y Señora de cada barrio de Almería, a los que se rinde devoción y pasean por las calles de las ciudades durante estos días. Esta tradición se remonta a varios siglos atrás y es muy arraigada en la cultura y religiosidad de las comunidades que la practican. Aunque se trata de una actividad muy arraigada en la cultura popular en muchos lugares, los especialistas alzan la voz advirtiendo de los riesgos a los que se exponen tras varios días que pueden ser extenuantes para el cuerpo. Los costaleros suelen cargar una media de 35 kilos en cada paso, durante periodos que pueden durar de dos a seis días. Factores como el estrés, la falta de preparación previa y un estado de salud no acorde con el esfuerzo requerido durante las procesiones religiosas, pueden aumentar aún más los riesgos asociados a esta practica.
Riesgos
- Lesiones musculares. Cargar el peso de los pasos durante largas horas puede causar lesiones musculares, especialmente en la espalda, piernas y hombros. Son comunes los esguinces de rodilla o tobillo, las lumbalgias o incluso las roturas de menisco, como consecuencia del incremento del esfuerzo físico exponencial en poco tiempo y, en muchos casos, una mala distribución del peso bajo el paso.
- Deshidratación. El itinerario de las procesiones suele tener una duración larga, lo que puede aumentar el riesgo de deshidratación. Asimismo, una vez que los costaleros están debajo de los faldones y comienzan a cargar el paso, su cuerpo empieza a consumir ácido láctico de forma progresiva, lo que puede generar nerviosismo y fomentar la deshidratación.
- Fatiga y agotamiento. Cargar los pasos durante varias horas seguidas puede causar fatiga y agotamiento, lo que puede aumentar el riesgo de caídas y lesiones.
- Problemas cardiovasculares. El esfuerzo físico de cargar los pasos puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares. Así, la antropometría, las cifras de presión arterial y el esfuerzo que realizan pueden aumentar el riesgo cardiovascular a medio-largo plazo en este colectivo.
Consejos para el costalero
- Entrenar de forma previa. Durante las semanas anteriores a la procesión, es recomendable realizar ejercicios que entrenen la musculatura que vamos a necesitar. Es esencial fortalecer la musculatura abdominal, especialmente la profunda.
- Calentar. Realizar ejercicios antes de comenzar en los que se involucren los principales grupos musculares implicados (cuello, hombro, zona lumbar, muslo y pierna).
- Postura correcta. Es preciso mantener una postura adecuada para la carga, intentando la correcta alineación del cuerpo, con la mirada al frente para evitar el daño cervical y promoviendo la autoelongación.
- Respiración adecuada. Tan importante como cuidar la postura durante el esfuerzo es atender a la respiración. Si no es correcta, limitará la cantidad de oxígeno que llega a los músculos, dejándolos sin combustible y provocando fatiga muscular y agotamiento.
- Prendas y calzados cómodos. Es muy importante llevar ropa y zapatos adecuados es clave durante los días en los que se procesionará bajo el paso como también lo es beber agua. Lo idóneo es elegir ropa cómoda y no muy ajustada, que no dificulte los movimientos y la respiración; y beber agua en pequeñas cantidades durante la actividad para evitar una posible deshidratación.
Consejos para el penitente
- Trabajo previo. Uno o dos meses antes, la fuerza, la resistencia y la coordinación, especialmente las articulaciones, espalda y piernas. Más cerca de Semana Santa, trabajar la zona lumbar, potenciarla y realizar estiramientos de la musculatura.
- Durante la estación de penitencia. Durante la procesión recomienda mantener la cabeza y el tronco erguidos, la espalda recta y la mirada al frente, contraer la musculatura abdominal y lumbar y respirar sincronizadamente al tomar aire, relajar el abdomen y al expulsarlo apretar el abdomen. Además, es importante hacer ejercicios de estiramientos y movilidad, liberando las articulaciones e hidratarse correctamente bebiendo líquidos de forma continuada, en cantidades pequeñas y a temperatura ambiente.
- Prevención con los pies. Lavar los pies con agua y jabón neutro para la piel, evitando los baños prolongados y secándolos con especial atención, sobre todo entre los dedos. Después del lavado, es importante aplicar una crema hidratante de urea que evite que se resequen.
Una serie de consejos prácticos que, si bien no evita que se pueda producir una lesión, riesgo que siempre está presente en el ejercicio físico, la prevención es la mejor forma de afrontar este sacrificado reto. Y qué mejor forma de sacrificarse que acompañar al Señor con esa cruz con la que buscó el perdón de la Humanidad.
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