Militares extranjeros en la Semana Santa de Almería

Semana Santa de Almería 2025

El estado actual de las fuerzas armadas en los desfiles procesionales se ha mantenido como una tradición muy arraigada e incluso valorada por la ciudadanía

Visita de una escuadra alemana a Almería.
Visita de una escuadra alemana a Almería.
Antonio Andrés Díaz Cantón

20 de abril 2025 - 06:01

Llegamos al final de los días santos, y con el dicho popular de que “es de ser bien nacido el ser agradecido”, agradecer a Diario de Almería, y a su redactor Pablo Laynez Rodríguez, que en esta tercera ocasión haya vuelto a contar con mi persona para poner negro sobre blanco de este nuestro pequeño mundo de las corporaciones penitenciales almerienses, con la intención de al menos ser ameno y aportar información al lector.

El estado actual de las fuerzas armadas en los desfiles procesionales y estaciones de penitencia durante la Semana Santa se ha mantenido como una tradición muy arraigada e incluso valorada por la ciudadanía, aunque también sujeta a debate en ciertos sectores sociales como la aconfesionalidad del Estado, sobre todo en contextos oficiales o cuando se emplea material público. Por mencionar algunas relevantes presencias de unidades militares además de protocolarias y simbólicas, citamos Málaga, Sevilla, Cartagena o Ceuta entre otras, acompañando imágenes o cofradías con las que presentan algún vínculo histórico. De lo más emblemático es la Legión Española en Málaga el Jueves Santo con el Cristo de la Buena Muerte, o la Armada en Cartagena con un papel destacado en varios desfiles procesionales.

Con respecto a Almería a lo largo de la historia de nuestra Semana santa va a existir una vinculación y presencia del estamento militar e institutos armados formando parte de los cortejos procesionales, incluso actuando desde sus inicios como elemento inspirador a la hora de introducir e inspirar piezas simbólicas, como son el caso de las banderas y los estandartes. Su presencia va a abarcar desde simples escoltas, escuadras de gastadores y piquetes, a secciones y compañías de tropas a pie o de escuadrones de batidores a caballo, además de los acompañamientos musicales de bandas de música, cornetas y tambores, timbales, etc. Teniendo constancia histórica y documentalmente en nuestra ciudad desde el Regimiento de la Corona nº 71 a la actual Brigada de la Legión Alfonso XIII, pasando por el Batallón Nápoles nº 24, Guardia Civil, Guardia Asalto, Policía Armada y luego Nacional, Guardia de Seguridad y Municipal y actualmente Local, la semimilitarizada entonces Cruz Roja, los Flechas Navales, el Regimiento de Zapadores Ferroviarios, o el Grupo de Artillería de la Legión etc.

Nos vamos a referir a la presencia de militares extranjeros de la que ya se ha publicado información e investigación referente a la noticia de la presencia de marineros alemanes en nuestra semana santa, como Antonio Sevillano Miralles (1999); en la obra coral sobre Historia de la Ilustre Cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Amargura, 75 Aniversario Refundacional (2003); Rafael Rodríguez Puente (2007); o el que suscribe Antonio Andrés Díaz Cantón (2009).

En 1930, durante el periodo de transición entre la Dictadura del General Primo de Rivera y la IIª República, el Lunes Santo 14 de abril, fondearon en el puerto almeriense, en escala y visita protocolaria, una escuadra alemana de buques de guerra en viaje de instrucción por el Mediterráneo, compuesta por seis torpederos: WOLF, TIGER, LLUCHS, JAGUAR, ILTIA y LEOPARD; y un crucero el KÖENISGBERG.

Produciéndose durante las jornadas siguientes en ambos sentidos diversas recepciones y visitas oficiales, protocolarias y de cortesía así como numerosos eventos y agasajos sociales, tanto por parte de la escuadra alemana como por parte de las autoridades militares, civiles, religiosas y sociales de nuestra ciudad.

Contralmirante Walter Gladisch
Contralmirante Walter Gladisch

El Miércoles Santo, 17 de abril, a partir de las siete de la tarde se celebró una comida íntima en el Hotel Simón. El hotel más famoso de Almería en las primeras décadas del siglo XX y situado en el Paseo del Príncipe, la avenida principal de nuestra ciudad. En la actualidad en su solar un edificio más y además horroroso, y en los bajos un supermercado.

La comida fue ofrecida por su propietario, Rodolfo Lussningg, un almeriense de origen austriaco y conocido empresario hotelero y turístico, y por el banquero y empresario almeriense José Romero Balmas, al Contralmirante de la Armada alemana y su plana mayor. Siendo además invitados durante la velada a contemplar desde los balcones del hotel el paso de la única procesión del Miércoles Santo, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Cofradía del Encuentro). Cofradía que se había fundado un par de años antes, iniciando como día procesional el Miércoles Santo almeriense en 1929. Ya que en esta época no procesionaba cofradía alguna desde el Domingo de Ramos, que también coincidentemente se había estrenado como día procesional en ese mismo año de 1929 con la primera salida de la Cofradía de los Niños Hebreos.

Ante los ojos de los invitados el discurrir del cortejo por el Paseo del Príncipe era uno de los momentos mas brillantes del itinerario procesional, sobre todo por el lucimiento de la espléndida iluminación eléctrica montada por la Sociedad Fuerzas Motrices del Valle de Lecrín, tanto del espectacular y artístico arco de luces en la entrada al Boulevard del Paseo por la calle Sagasta, como por los potentes focos y reflectores colocados como refuerzo en el propio Paseo. Esto se debía fundamentalmente a que dos de los directivos de la Cofradía, José Rodríguez Navarro y José Quiñones Lorenzo eran el ingeniero director y el ingeniero apoderado respectivamente de dicha entidad.

Parece que junto a los comensales también estaba presenciando la procesión desde los balcones del hotel el doctor Eduardo Pérez Cano, hermano mayor del Santo Entierro, y muy presumiblemente en estas circunstancias se efectuaría la petición por parte de éste para que la banda de música del crucero-insignia asistiese acompañando a la “Procesión Oficial de la Semana Santa Almeriense”. La invitación fue cortésmente declinada “por la razón de profesar los músicos en su totalidad, la religión protestante”, aunque por complacer de alguna manera a la ciudad, el domingo por la mañana la banda de música ofreció un concierto en el Paseo del Príncipe. Y además lo que sí podría procesionar acompañando al Santo Sepulcro sería una sección de la marinería al mando del jefe de uno de los torpederos, que sí profesaban la religión católica.

Se inició la procesión del Santo Entierro a las seis y media de la tarde desde la Iglesia Parroquial de San Pedro, recorriendo su itinerario tradicional: Glorieta de San Pedro, Floridablanca, Real, Santo Cristo, Mariana, Cervantes, Plaza de la Catedral, Catedral dando la vuelta por las naves del templo, Eduardo Pérez, Real, Gravina, Sagasta (hoy General Tamayo), Paseo del Príncipe, Castelar, Glorieta de San Pedro al templo, finalizando sobre las nueve horas de la noche.

Trono antiguo del Santo Entierro.
Trono antiguo del Santo Entierro.

Abrían el cortejo una sección de la Guardía Civil con dos parejas y un cabo a caballo, figurando detrás la Cruz Parroquial alzada, y seguida por dos filas de numerosos penitentes con hachones de cera, que lucían sus características túnicas de cola y antifaces de terciopelo negro, con sus mayordomos, bastoneros y campanilleros, portaestandarte y portaguión. Y acompañando al mayordomo los hermanos mayores de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y de la Soledad, y el Comandante de Infantería Lorenzo Tamayo Orellana.

Aparecía el Santo Sepulcro con el Cristo yacente en su artístico trono de doble cuerpo y rematado por la antigua urna de cristal combinada con elementos neogóticos, e iluminación tanto interior como exterior de luz eléctrica, destacando los cuatro airosos candelabros con guardabrisas del primer cuerpo. Dorado todo el conjunto en oro fino y bruñido en mate y brillante y realizado en Granada por José Navas-Parejo Pérez en 1926. Y siendo escoltado por una escuadra de soldados del Regimiento de la Corona. Y la bella imagen de la Virgen de los Dolores, adornada artísticamente con flores naturales y derroche de luz eléctrica, luciendo un soberbio manto bordado en oro y con una corona de plata y pedrería regalo de Alfonso XIII en 1925.

Para dar un aspecto más solemne al desfile en algunos lugares se reforzó el alumbrado público, y en el Paseo se apagó la iluminación al paso del cortejo, siendo alumbrada la procesión solo por los hachones de los penitentes y destacándose sobre todo la iluminación eléctrica de los tronos y especialmente la del Santo Sepulcro.

Hotel Simón en 1920.
Hotel Simón en 1920.

En la presidencia eclesiástica iba el señor Obispo acompañado por una comisión del Cabildo Catedral, el Clero Parroquial y los seminaristas del Colegio San Indalecio. Y en la primera presidencia de autoridades figuraba en primer término y en representación del Rey, el Gobernador Militar de la plaza, General Félix de Vera y Valdés; y a continuación en la segunda presidencia en representación del Gobernador Civil de la provincia iba el Secretario del Gobierno, Adolfo Pérez de Santiago; a su derecha por parte de la Armada alemana el Comandante del crucero, Capitán de Fragata Witthoeft; y a su izquierda la Corporación Municipal bajo mazas con el Alcalde, Ginés de Haro y Haro, el Teniente de Alcalde señor Rodríguez Ferrer, y los concejales señores Bascuñana Jiménez y Jiménez López, junto con el Secretario David Estevan Gómez. A continuación las Comisiones Militares de Jefes y oficiales de la guarnición, alcaldes de barrio; el Comisario de Policía Miguel Leal de Ibarra y los jefes de Seguridad con y una sección de la Guardia Municipal. Y a continuación la Banda de Música Municipal, y la sección de marinos alemanes católicos al mando de dos oficiales, para cerrar con la banda de cornetas y tambores del Regimiento de la Corona con bandera y una compañía al mando de un oficial

Fue todo un acontecimiento social la llegada y presencia de los marinos germanos en nuestra ciudad, en una combinación entre la tradicional hospitalidad almeriense y la llamada de atención sin distinción de clases sociales que supuso la corrección, caballerosidad y gentileza germana.

La escuadra zarpó el martes día 22 de abril rumbo a Catania (Sicilia).

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