Lunes Santo en Almería: Pasión y Gran Poder se abren paso frente al viento

Si el Domingo de Ramos la protagonista fue la lluvia, el Lunes Santo el que arreció fue el viento. Aún así, Gran Poder y Pasión completaron sus estaciones de penitencia con un bello cortejo.

Primeramente se abrirían las puertas de Santa Teresa de Jesús. No cabía un alma en la Plaza de Oliveros. Como cada año, varios centenares de almerienses, que podían llegar a un par de miles si se le sumaban las calles aledañas, esperaban deseosos de ver la salida de Pasión. Río de gente, sobre todo juventud en las calles, que disfrutaban con la preciosa salida que cada año brindan Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión en su Tercera Caída y María Santísima de los Desamparados a su barrio. Deseo es de la hermandad agradar, brillar, disfrutar por las calles de Oliveros antes de marchar hacia la Catedral.

Media hora después, a las 18:30, tres hermanos de Gran Poder golpeaban a las puertas de San Pío X. No hay mayor poder que el querer. Y Jesús del Gran Poder quiso hacer un año más estación de penitencia, pese a que el viento era un invitado inesperado e indeseado en este Lunes Santo. Fuertes rachas de aire, sobre todo en la Avenida Cabo de Gata, donde soplaba de frente ante el avance de la hermandad, dificultaron y deslucieron por momentos el precioso discurrir de la cofradía que, sin embargo, terminó brillando con luz propia tanto por su barrio, el Zapillo, como en su discurrir por el centro de la ciudad.