Los legionarios junto a su Cristo

El barrio de la Loma de la Mezquita disfruta este año de la solemne estación de penitencia

Santísimo Cristo de la Buena Muerte con el grupo de legionarios.
Santísimo Cristo de la Buena Muerte con el grupo de legionarios.

El Viernes Santo procesionó por las calles de El Ejido, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de las Angustias. La procesión dio comienzo a las 19:30h (una de las novedades de este año, porque tradicionalmente salía a las 20:30h) con la salida del Cristo a hombros de los Legionarios quienes cantaron el himno de "El Novio de la Muerte", que fue uno de los momentos más esperados de la tarde. El momento más esperado llegó rondando las diez de la noche, cuando tuvo lugar el encuentro de la Santísima Virgen con el Santo Cristo de la Buena Muerte, siendo este uno de los momentos más emotivos, y donde mayor número de personas se congregan.

Otra de las novedades de este año, es el recorrido, que se ha modificado para que la procesión pasara por la calle principal del barrio de la Loma de la Mezquita, cuya Iglesia es titular de esta Cofradía. Tal y como afirma la directiva de la Cofradía, este año ha sido sin duda, uno de los que más gente ha congregado, tanto en el transcurso de la procesión, como a la entrada de las imágenes en el templo, momento en que solía haber menos número de fieles.

Esta, es la última procesión que sale en El Ejido, y también, es una de las más esperadas, debido a la belleza de sus imágenes, y al hecho de que al Cristo lo portan los Legionarios durante todo el recorrido.

La noche del jueves el barrio de Santo Domingo, se vistió de luto para acompañar a su Cristo del Amor. La procesión que comenzó rondando las 23:00 horas y acabó casi a las dos de la madrugada, estuvo acompañada por cientos de vecinos que no quisieron perderse este acto.

El silencio que caracteriza a esta procesión, tan sólo se rompió cuando llegó uno de los momentos más esperados de la noche, cuando un vecino de este barrio, cantó una saeta que estremeció a todos los fieles que acompañaban al Cristo.

A su llegada al templo, la banda que lleva su nombre, entonó una marcha que puso punto y final a la procesión. Ya con la imagen dentro de la parroquia, fue la hermana mayor la encargada de dar un pequeño obsequio a los costaleros y costaleros que llevaron sobre sus hombros la imagen del Santísimo Cristo del Amor.

Tras la procesión, como cada año, la hermandad invitó a los presentes a un chocolate con roscos, buñuelos y de más comidas típicas de la Semana Santa.

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