Federico Coullaut-Valera: Un imaginero para la Semana Santa de Almería en los años 60

Semana Santa 2025

Era un extraordinario creador de pasos procesionales que llenan de sentimiento, expresividad y, sobre todo, fe, varias Semanas Santas

El Señor de la Columna.
El Señor de la Columna.
José Luis Cantón Pavón - Expresidente de la Agrupación de HH y CC

17 de abril 2025 - 06:00

Federico Coullaut-Valera Mendigutia es un imaginero español, nacido en Madrid el 25 de abril de 1912. Se formó en el estudio de su padre, Lorenzo Coullaut Valera, entre barro y escayola, rodeado de tallas de madera, esculturas de bronce y de figuras de barro y piedra, y allí, de la mano de su padre insigne imaginero, fue adquiriendo los conocimientos necesarios que el oficio requiere. Descendiente del novelista Juan Valera, Federico Coullaut Valera, se inclinó por seguir la llamada del arte que corría por sus venas, a la muerte de su padre, acaecida en 1932, el hijo, se vio en la tesitura de concluir el inacabado monumento a Cervantes de la plaza de España de Madrid con 24 figuras de cuatro metros de altura. Próximamente se instalará en Bruselas una réplica de su Don Quijote y Sancho Panza en una nueva plaza de España en la capital belga.

Su obra religiosa lo convierten en uno de los más sobresalientes imagineros del Siglo pasado. Esta se caracteriza por su neoclasicismo con matices modernistas. Desarrollo su labor como escultor de monumentos y retratos. Entre sus obras más destacada, se encuentra Mater Salvatoris, que tallara a los 15 años y que presentó a varias Exposiciones; El Monumento al Sagrado Corazón de Jesús (Monte Urgull); y numerosos pasos de Semana Santa que procesionan en muchas localidades, Monumentos, retratos y numerosos grupos jalonan la obra de este artista.

Su obra religiosa se concentra fundamentalmente en cinco localidades: Orihuela, Cartagena, Cuenca, Hellín (Albacete), Almería y Úbeda. A demás tiene presencia en otras muchas ciudades. Sus obras se levantan en los lugares más insólitos, más de treinta pasos de Semana Santa, cada uno de ellos compuesto por varias imágenes policromadas, se desperdigan por la zona de Levante; miles de bustos de parecido hiperrealista ennoblecen muchos domicilios particulares, en nuestra patria y en el extranjero. Y digno de destacar en el Retiro el conjunto dedicado a los hermanos Quintero, o su Pío Baroja, que diríase de carne y hueso, con su boina y su bufanda…

Decía Coullaut Valera «La gente pasa delante de las esculturas, pero nadie se fija en la firma del autor; los escultores somos seres anónimos y desconocidos», dice «pero el artista siempre obtiene alguna satisfacción. Instalado desde hacía varias décadas en La Granja de San Ildefonso, en la misma hermosísima y confortable villa llena de recuerdos y de obras de arte, villa que perteneciera a su padre y a la cual solía acudir de visita el Rey Alfonso XIII, Federico Coullaut Valera seguía trabajando a diario en su estudio. siempre fiel al estilo figurativo y neoclásico que aprendió de su padre, nunca se aventuró en experimentalismos más o menos extravagantes, a diferencia de muchos de sus discípulos.

Corría la década de los 40, cuando en el año 1946 se funda la Hermandad del Silencio, al año siguiente (1947) jueves Santo, ya procesiono la cofradía con solo la Virgen del Consuelo, obra también del Insigne Imaginero Antonio Castillo Lastrucci. En 1948 se incorpora el paso del Sagrado Descendimiento con la imagen del Señor de la Redención, obra del Imaginero Eduardo Espinosa Cuadros.

Y fue ya en los años 1960 cuando se fundan y adhieren para engrandecer la cofradía, las congregaciones de Jesús del Huerto (Formada por el Sindicato de Frutas, Cámara Oficial Sindical Agraria y Hermandad local de Labradores), con sede canónica en la iglesia de San Roque del barrio de Pescadería, aunque finalmente se establecería en la parroquia de San Isidro en el barrio de Regiones. Y la congregación del cristo del Camino (Formada por el Sindicato del Transporte), erigida en la parroquia de San Antonio de Ciudad Jardín. Un año más tarde nace la congregación de Jesús atado a la columna, con sede en la capilla de la Escuela de Formación e integrada por alumnos de la misma. Todas ellas realizadas por Federico Coullaut Valera. Estos pasos salieron en procesión durante la década de los sesenta desde sus sedes coincidiendo con los titulares sólo en carrera oficial. En 1964 salen todos de San Agustín, menos la Columna; en 1964 se incorpora el paso del Santo Cristo de la Redención.

La Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Almería, encarga a tan magnifico imaginero El Señor Resucitado que pasaría a ser el titular de la misma, se bendice y pone al culto en la Iglesia Parroquial de Santiago en el año 1960. Esta concepción de Cristo Triunfante siempre ha sido complicado de expresar para los imagineros, pues no es nada fácil concebir un cuerpo glorioso no reconocible a simple vista, así lo indican las Sagradas Escrituras. Sigue las trazas del resto de las tallas de la Hermandad del Silencio de Almería, en cuanto a su anatomía atlética, la fuerte expresividad y su poblada barba. De estas efigies hemos de destacar el tratamiento de la anatomía y del cabello. En su fisonomía transmite una fuerte carga emocional, de atlética anatomía y notable volumen.

Posee una mirada intensa y penetrante hacia el cielo, en su brazo derecho alza la cruz redentora, en señal de triunfo, tras su salida del sepulcro. Con carácter triunfante, Jesús, surge transfigurado del sepulcro, al mismo tiempo que contempla la Cruz de la Victoria sobre la muerte que sostiene en su mano derecha. Federico Coullaut-Valera, destaca la poderosa musculatura y en actitud en la que asciende a los cielos. El rostro transmite serenidad. La barba de Cristo es oscura y frondosa, y la larga cabellera se pierde por la espalda al tener elevada la cabeza. Con policromía de tonos cálidos, mostrando las Cinco Llagas causadas durante la Crucifixión, al tiempo que la sabana con la que fue amortajado le sirve de sudario, dejando parcialmente descubierta la cadera izquierda y formando una gran moña sobre la derecha.

A finales de los años 70 y con el inicio de la recuperación y resurgimiento de la religiosidad popular y durante los años 80 la Hermandad del Silencio rescata de sus antiguas sedes las imágenes del Señor de la Oración en el Huerto, El Señor del Camino y el Señor de la Columna y Azotes, recibiendo culto en la iglesia de Los Franciscanos. Y es en esta década cuando comienza de nuevo la Cofradía a Procesionar con los cinco pasos.

El querido e inolvidable Miguel Aparicio y Federico de Haro, junto con un grupo de jóvenes de la Parroquia de los Franciscanos, se ponen al frente de la Cofradía y poco a poco como se ha dicho antes se consigue recuperar todos los misterios Cristiferos, propiedad de la hermandad, llegando a conformar en su procesión un magnifico cortejo, que todos los Jueves Santos, eran esperados con mucha expectación.

Antigua talla del Resucitado.
Antigua talla del Resucitado.

Es incomprensible que todas estas obras de arte y que muchas de ellas despiertan una gran devoción en sus parroquias, hayan sido relegadas a estar meramente expuestas. Donde solamente los nostálgicos que tantos años las vimos procesional, las visitamos de cuando en cuando, para rezarles y recordar esos pasos procesionales por las calles de nuestra Almería y que hoy llegada la Semana Santa vemos como año tras año se quedan encerradas dentro de sus iglesias.

Hemos perdido la ocasión de que hayan vuelto a procesionar por nuestras calles en estos últimos 25 años, donde se han fundado muchas de las hermandades nuevas, que hoy procesionan en la ciudad de Almería. Incluso alguna de ellas, tienen como titular igual a los misterios que ya no vemos por nuestras calles.

Al igual que no entiendo que el Señor Resucitado haya sido sustituido por otro, del que no dudo de su calidad artística, pero el Señor Resucitado Glorioso de Coullaut-Valera, es una imagen de notable calidad que también la hemos dejado encerrada en la Catedral de Almería, que por no tener no tiene ni lugar donde colocarlo pues no hay una capilla siquiera donde ubicarlo, un día está en el trascoro, otro día en la girola y no alcanzo a entender como ha dejado su hornacina, lugar donde tantos años ha estado puesto al culto en la Iglesia de Santiago, para estar sobre parte del paso donde procesiona la Custodia del Corpus Christi.

Nuestra ciudad que tan dados somos a crear un museo de cualquier cosa, y sin ánimo de menos preciar a los que existen, que los considero necesarios y muy útiles para entender la vida de nuestras gentes y nuestra cultura, no comprendo como ya no se ha planteado de una vez por todas de crear el Museo de la Semana Santa, aunque hubo en el pasado un intento de hacerlo y casi lo tuvimos, pero finalmente se torció el intento. En un lugar como este donde podríamos realizar exposiciones monográficas o colectivas del patrimonio de nuestras hermandades y cofradías, como sería la de este caso que nos ocupa de Federico Coullaut-Valera Mendigutia, pues tenemos Imágenes que son auténticas obras de arte y que bien merecería realizar en algún momento una exposición donde se mostrara la grandiosa obra de éste Imaginero del siglo XX considerado por algún tiempo como el creador de los pasos de misterio tal y como lo concebimos hoy, aunque, como todos sabemos hoy, la creación se le debe al también insigne imaginero Sevillano Antonio Castillo Lastrucci.

En definitiva y para finalizar, nuestras hermandades tienen un rico patrimonio y variado que en muchas ocasiones no alcanzamos a valorar y merecería que se realizarse exposiciones de vez en cuando para que la ciudad de Almería viera detenidamente, tanto las obras de Imaginería, como de Pasos, Orfebrería, Bordados, Talla, Pintura y un sinfín de piezas extraordinarias, para que aprendiéramos a quererlas y valorarlas.

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