Los costaleros que cantan saetas en Turre: una procesión cada vez más famosa

Hace poco más de una década, el Martes Santo no había procesión en Turre. Su Semana Santa "descansaba" desde el Viernes de Dolores hasta el Miércoles Santo. Pero la comunidad gitana decidió hacer un pequeño trono de madera con largos varales y sacar al Cristo de la Misericordia desde la iglesia hasta el barrio.

Así, de manera humilde, comenzó la procesión del Cristo de la Misericordia. Pronto llamó la atención por su singularidad, por ejemplo a la hora de mover el trono, intercalando pasos cortos y largos, hacia adelante y hacia atrás, como si "bailasen" al son de la música. Pero, sobre todo, lo más distintivo era que le cantaban saetas al Cristo mientras iban bajo los varales.

Los costaleros —en Turre se les llama así, aunque realmente sean horquilleros— cantan saetas como ‘Niño costalero’ o la ‘Saeta’ de Serrat. Todo ello mientras hacen un descanso o, incluso, mientras portan el trono con los mencionados cambios de ritmo y pasos adelante y atrás.

Comenzaron llevando una radio escondida bajo los faldones del trono, donde reproducían las melodías sobre las que cantaban. Ahora, la Banda Municipal de Turre pone la orquestación para engrandecer esta procesión y dotarla de mayor espectacularidad. De hecho, este año incluso ha participado una saetera profesional, la cuevana Alba Fernández.

Poco a poco, cada año, esta procesión se fue conociendo más en los pueblos de la comarca del Levante Almeriense. De ser minoritaria ha pasado a convertirse en una de las más multitudinarias de Turre, y eso que en el pueblo se celebran otras muy peculiares como las del Viernes Santo o las Carrera de San Juan del Domingo de Resurrección.

La confirmación del éxito de la procesión de los gitanos de Turre se produjo este Martes Santo. Cientos de personas abarrotaron las calles del pueblo, sobre todo las inmediaciones del ayuntamiento y la estrechísima calle Sorroche, donde el trono se abre paso por una empinada cuesta, salvando los cables por centímetros, y dejando una espectacular imagen con el fuego de antorchas y la iglesia de la Purísima Concepción iluminada al fondo, a lo lejos.

Especialmente emotiva fue la parada del trono en la plaza del barrio, o Turre Viejo, junto a la casa de dos costaleros fallecidos recientemente: Perico y Luis (de hecho, el año pasado portaron sus fotografías en dos banderines blancos sobre el trono). Allí, en la calle Ermita, los gitanos del Cristo de la Misericordia le dedicaron una versión de "Caridad del Guadalquivir", cantando sobre los acordes de la Banda de Turre: "Ya estamos aquí, ya estamos aquí, todos tus costaleros, Perico y Luis, ya estamos aquí" (se puede ver al final del vídeo que hay en la cabecera de la crónica).

La Semana Santa de Turre va ganando fama conforme se van conociendo sus peculiares procesiones. Esta del Martes Santo ya está, por méritos propios, entre las principales.