Cenáculo urcitano

Semana Santa 2025

Tertulia.
Tertulia.
Antonio Andrés Díaz Cantón

14 de abril 2025 - 14:29

Para llegar a la mañana del día 15 de febrero de este año jubilar de 2025 en el Teatro Apolo de nuestra ciudad, hubo un largo, cambiante e intenso “a priori”. Enmarcado en los cultos y actos del XXV aniversario de la hechura y bendición del grupo escultórico del Señor de la Santa Cena y su Apostolado, de la Hermandad homónima del Domingo de Ramos almeriense, y gubiado por el imaginero sevillano José Antonio Navarro Arteaga.

Sobre mediados del mes de octubre del pasado año una llamada de Jorge Ponce Rodríguez, hermano y miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Santa Cena, con la intención de contar con mi persona para un acto con motivo de lo ya referido del veinticinco aniversario. Me comentaba la intención de la Hermandad de algún acto tipo mesa redonda, tertulia cofrade, etc., con varios intervinientes y en su casa de hermandad de la calle Lectoral Sirvent esquina a Cofrade Juan Sánchez Martínez.

Tras algunos cambios e imposibilidades de algunos de los posibles tertulianos, le propuse a Jorge Ponce que me dejara unos días para poder madurar una idea que me rondaba hacía ya tiempo con un nuevo tipo de proyecto para un acto de estas características. Casi con la seguridad de que la respuesta por parte de la Hermandad iba a ser un “NO”. Pero sorpresivamente fue un “SI”, y no solo eso sino que para nada en la ubicación de su Casa de Hermandad, esa idea más que proyecto era para otro escenario y por el propio Jorge Ponce se planteó de poder solicitar el espacio escénico del Teatro Apolo de nuestra ciudad.

Y empezamos a reunirnos algunas tardes de sobremesa de los viernes del otoño pasado en la terraza de la cafetería La Chumbera, diseñando entre ambos que con el título Conversaciones en el Cenáculo versión urcitana pretendíamos un acto conmemorativo del 25 aniversario de la hechura, presentación y bendición del Señor y Apostolado de la Santa Cena de la Hermandad y Cofradía homónima de Almería. Y así comenzamos con unas cuantas cuartillas de papel y la aplicación de notas de nuestros teléfonos móviles: ¿Con un qué queríamos? ¿cómo lo queríamos?, ¿y a quién o quiénes queríamos?, etc.

¿Del qué queríamos?, y ya que decidido que fuera el Teatro Apolo, no pretendíamos recrear el Cenáculo de Jerusalén, sino que lo que escenificaríamos sería como si fuera una bodega antigua, o una terraza de café cantante, sobre la Rambla antigua de los Hileros más que calle, luego de Calderón o del Paseo de Pescadores, y más actual del Obispo Orberá. Contando como atrezo para ello de las mesas y sillas que nos fueron cedidas para la ocasión tanto por la Peña Flamenca El Morato como por la Asociación de Vecinos Casco Histórico de Almería.

Y con intervenciones muy dinámicas a modo de entrevistas con tertulia coloquial de amigos y ambiente de charla amena, de terraza de bar, de bancos de plaza con los presentadores y las personas invitadas. Con una introducción previa de presentación y abordando aspectos como la historia del propio término cenáculo refiriéndose al escenario de la Última Cena de Jesucristo y los doce fieles seguidores, los apóstoles. Del latín “coenaculum”, que indica a una sala o habitación en el piso de arriba o superior. Y siendo una de las escenas más emblemáticas, y maximizada sobre todo por la pintura mural al temple y al óleo sobre yeso del enlucido, obra de Leonardo da Vinci (en italiano Il cenacolo o L’ultima cena) realizada entre 1495 y 1498 y con unas medidas de 4´60 mts. de alto por 8,80 mts. de ancho. Que permanece en la pared sobre la que se pintó originalmente, en el refectorio del convento dominico de Santa María delle Grazie, en Milán (Italia). El Cenáculo como aquella primera sede de la comunidad, la casa que guardaba el memorial de la Cena, con el lavatorio de los pies de los discípulos la institución del sacrificio eucarístico y el ministerio sacerdotal, la recepción del Espíritu Santo y el envío y partida de los apóstoles para anunciar el Evangelio. En ella recibieron los atemorizados Apóstoles “por miedo a los judíos” la primera aparición del Resucitado en la misma tarde de la resurrección.

O aspectos de artefactos arqueológicos, como los dos vasos votivos con patenas invertidas a modo de peanas de la copa y que tenemos en España, como hipotéticos e identificados ejemplos de la reliquia denominada Santo Grial. Tanto el denominado Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, tallado en una piedra de calcedonia y fechado sobre el siglo I, como el denominado Cáliz de doña Urraca en la Colegiata de San Isidoro de León en piedra ornamental de ónice.

Contamos con las entrevistas a hermanos y miembros de la Junta Directiva de la época como Ana Pallarés Lillo y viuda de Juan Sánchez Martínez, que fue el hermano mayor en cuyo mandato se gestó tanto el proyecto como la materialización de la obra; y de Manuel Flores López tanto en la labores de priostía como en la de capataz y convertir en arte el movimiento del portentoso paso con costaleros. Y de los cofrades comisionados a Manuel Martínez Ramírez por entonces Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, ambos como ejemplos de los que fueron, gestaron y vivieron desde el proyecto, la ejecución y la presentación con bendición incluida.

Desde la imaginería tuvimos la presencia en video del autor del conjunto escultórico el imaginero sevillano José Antonio Navarro Arteaga, con la felicitación y la enhorabuena por la efemérides tanto a la Hermandad como a los hermanos por este cuarto de siglo, siendo consciente de su aportación al patrimonio artístico de la Hermandad como un tesoro cultural que debe ser preservado para las generaciones futuras. Y desde la restauración estuvo presente y departimos con el almeriense Mario Jesús Latorre Martínez que nos narró su intervención y sus impresiones sobre el Señor de la Cena, que consistieron en su momento con una valoración del estado de la imagen y mejorando la sujeción de las articulaciones, permitiendo recuperar el esplendor original de esta figura principal del paso de misterio.

Desde la música planteamos unos momentos puntuales para que los asistentes disfrutaran de la música cofrade pero sin convertir el acto en un concierto. Contamos con la presencia de la Banda de más que cornetas y tambores de Nuestra Señora del Carmen, que interpretó nada más de inicio a modo de presentación sorpresiva del acto la marcha Cáliz de Fe de Ignacio José García Pérez, para aproximadamente hacia la mitad del evento y refiriéndonos a los aspectos musicales dedicados al Señor de la Cena y su Apostolado interpretó la marcha Este es mi Cuerpo de 2002 y cuya autoría es la del jienense Joaquín Gómez García, que nos acompañó de manera virtual con un video de felicitación y explicativo al respecto. Previamente a ésta última interpretación contamos con la joven voz de la saetera almeriense María Moreno, conocida artísticamente como María del Molinero, que la llevaremos siempre en el recuerdo por la interpretación de su saeta de puro sentimiento en la voz y expresividad en los gestos dedicada al Señor de la Cena. Y como en un cuerpo tan chico cabe tanta fuerza de voz, timbre y sentimiento, y que María nos encandiló a todos los presentes. Gracias a María, a Antonio Sevillano Miralles por aconsejarnos y descubrírnosla, a Rocío Segura y a Antonia López por continuar la labor docente ya iniciada desde los Jóvenes del Morato con Antonio de Quero.

De la historia y trayectoria de los acompañamientos musicales nos lo refirió José Ramón Suarez Ortiz que nos aportó y presentó en videos que se proyectaron incluso con referencias al misterio anterior que han contado con los tres estilos de acompañamiento musical, no solo cornetas y tambores, sino agrupación musical en la Magna de 2005 y ya para el día del Corpus música de capilla con voces de un cuarteto.

De otras artes como la pintura y la fotografía también estuvieron presentes. La pintura estuvo representada por el artista roquetero Juan Miguel Ojeda Rubí, que nos narró los momentos para la inspiración y los recursos que empleó técnicamente para la realización de la acuarela encargada por la Hermandad sobre la portentosa cabeza y rostro en un primer plano del Señor de la Cena, y que fue rematado en forma de cartel anunciador del evento por el diseño del cofrade y hermano de la Santa Cena Daniel Pérez López, y así mismo una reproducción del mismo a menor tamaño les fue entregada a cada uno de los participantes como recuerdo a la finalización del acto.

Y la fotografía estuvo representada por el almeriense Alejandro Valverde Miranda con el que departimos de la jornada nocturna que junto con los también fotógrafos cofrades Fernando Salas Pineda y José Antonio Moreno Pérez tuvieron fotografiando en la intimidad del templo neoclásico de San Pedro, en un diálogo de fotógrafo – imagen, como si de un estudio se tratara, entre el profesional y el modelo, salvando las distancias de comparar una imagen sagrada con un modelo.

Para finalizar tomo la palabra el Hermano Mayor, Manuel José Guerrero Amate, para dar las gracias a las instituciones y personalidades presentes, tanto los concejales de nuestro ayuntamiento, el director espiritual de la Hermandad, representantes de cofradías, hermanos de la Santa Cena, cofrades y demás público con un teatro prácticamente lleno en un sábado de medio día en medio del templado invierno de nuestra Almería.

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