Yo con el agua, tú con el capirote... y mamá con la Virgen de la Amargura

Semana Santa de Almería 2025

Álvaro e Izan Martínez Pérez son amantes de la Semana Santa y del balón

Izan y Álvaro, con la vestimenta de penitente y aguador.
Izan y Álvaro, con la vestimenta de penitente y aguador.

La Semana Santa, por lo menos en Almería no es cosa de viejos. Hay un relevo generacional que ha ido enraizando en la sociedad almeriense, gracias al magnífico trabajo que han hecho las generaciones anteriores que han sabido transmitir al retoño las bondades de la religiosidad popular y el arte que se muestra encima de la trabajadera.

Te puede gustar el fútbol y las cofradías, por ejemplo. Y si no, que les pregunten a los hermanos Martínez Pérez, Álvaro e Izan, que no le fallan un fin de semana a su Almería Futsal, y que mañana Jueves Santo tampoco lo harán con su Ilustre y muy antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de la Amargura y Santa Mujer Verónica. Sí, el popular Encuentro que hoy deleitará a toda la ciudadanía con una de las imágenes icónicas de la Semana Santa almeriense.

Esos momentos, al final, encandilan y calan entre los más pequeños. Se está notando estos días en todas las procesiones: las guarderías de todas las hermandades van con largas filas de niños y a escasos metros, en las aceras, son muchos los jóvenes que, a su manera, disfrutan también con las estaciones de penitencia. Puede estar haciendo una foto con su móvil de última generación que con un tambor de plástico recién comprado al hombre que está vendiendo “¡¡Cacahué, garrapiñada y pipas, vamos a las pipas!!”. Lo importante es que están ahí, disfrutando, aprendiendo y empapándose de un patrimonio cultural y religioso, que también tiene una vertiente turística.

Volviendo a los protagonistas de la historia, que hoy los podrán ver desde Ciudad Jardín hasta la Plaza de la Catedral, su amor por el balón y el capirote lo han mamado desde la cuna. Cuando todavía no sabían ni andar y lo de darle patadas al cuero era más un deseo del padre que una realidad, Sebas los subía al carricoche y acompañaba a la Virgen de la Amargura por las calles de la ciudad. Un tránsito largo hasta la Carrera Oficial, por devoción por supuesto, y por amor a su mujer, Carmen, costalera de la Virgen.

Salida de María Santísima de la Amargura
Salida de María Santísima de la Amargura / Marian

“Nos hace mucha ilusión salir en la procesión junto a mamá”, indica el pequeño Álvaro, de solo 8 años de edad, pero con un desparpajo que ya parece un adolescente: “Voy a aguantar toda la procesión, hasta encerrarse”. Él será uno de los aguadores, de los encargados de llevar el avituallamiento a los costaleros para que puedan cargar con los tres pasos de la hermandad. Por supuesto, para estar cerca de la trabajadera que cargará su madre.

Salimos desde chicos en la procesión, nuestro padre nos llevaba subidos en el carro” — Álvaro e Izan - Cofrades del Encuentro

Su hermano Izan se pondrá el capirucho. Le toca realizar estación de penitencia en las filas de los nazarenos. Lo hará algo alejado de su hermano y de su madre, pero con el pensamiento cercano a ellos: “De mayor, también quiero ser costalero junto a mi madre y mi hermano”. Algunos años les faltan a ambos, espíritu seguro que no.

Mientras cumplen la edad de ponerse el costal, a seguir marcando goles con el Futsal y a seguir disfrutando con la Semana Santa: “Vamos todos los días a verlas, ayer [por el Martes] vimos a mis amigos Francisco y Mario con el Amor”, dice Álvaro.

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