Restaurador imaginero con botiquín para avisos y emergencias de última hora

Semana Santa

El joven almeriense Mario Jesús Latorre Martínez, de 30 años, restaura imágenes religiosas desde 2014. Suma 250 años en estos diez años

Mario Jesús Latorre junto a dos de las tallas restauradas. / Diario De Almería

El mundo de la imaginería replica al de la moda, hostelería y otros sectores y se mueve por temporadas de más y menos actividad. Mario Jesús Latorre Martínez, escultor imaginero almeriense, lo sabe bien. A sus 30 años, y con tan solo una década de trayectoria, ha restaurado un total de 250 imágenes a tamaño natural, según descubre a Diario de Almería desde Vera, donde reside y tiene su taller de arte y restauración, “Virgen del Mar’, desde 2014.

“Los encargos de Semana Santa empiezan a llegar pasado agosto y han de estar en las iglesias el Miércoles de Ceniza y después de Semana Santa llegan los encargos de verano”, destapa con naturalidad. “Ahora mismo tengo el taller varias vírgenes del Carmen - Benahadux, Cantoria y Los Gallardos- y la del Rosario de la Victoria, de Córdoba”, añade. Y sentencia: “No hay dos vírgenes iguales. Cambian porque todas tienen deformidades diferentes y las hay que son de madera y otras pueden ser de escayola u otros materiales”.

Latorre Martínez estudió un Ciclo Superior de Escultura en la Escuela de Artes de Almería y se especializó en policromía y dorado en las prácticas de restauración en la Basílica de San Juan de Dios de Granada. “No soy maestro de nada y alumno de todo, dentro de una formación multidisciplinar que me permite realizar trabajos de orfebrería, diferentes tallas y restauración, todo lo relacionado con el arte sacro y lo que necesita una Cofradía”, comenta.

Latorre Martínez posa en su taller de Vera con el Señor de la Cena de Almería

No hay dos piezas idénticas ni dos restauraciones similares. “Le dedico un mínimo de dos meses” reconoce. Su actividad está más enfocada a la restauración que a la creación. “No he tenido que rechazar trabajos por sobresaturación. De hecho, he restaurado en algo menos de mes el Cristo de Málaga porque tenía que salir el Viernes de Dolores”, descubre.

La actividad del día le hace ser más cirujano, que recobra la vida de sus obras e imágenes, que ginecólogo, que hace nacer esculturas de su mano. “ Hace poco me llamaron porque a la Virgen de la Piedad se le habían caído dos de sus tres lágrimas y tuve que ir con mi ‘botiquín’. Son pequeños detalles” comenta. Restaurador de guardía y emergencias," hoy - por ayer-me llamaron desde la Hermandad de Las Angustias de Almería porque al Cristo de la Buena Muerte se le había caído la cruz y se veía bastante, y en dos horas, la recompuse”, desvela.

Con una fiel cartera de clientes, localizados en el Levante almeriense y Alpujarra, pero también en Málaga, la Axarquía, Cáceres o Cartagena, entre otros, tiene encargos ya para la Semana Santa de 2024 en lista de espera como si su taller fuera el servicio de atención Primaria del SAS.

Nacido en una familia religiosa, “pero lo normal”, se crió en la Plaza Pavía, un barrio flamenco y cofrade, que le han marcado y han guiado su dedicación profesional. Fue costalero y mayordomo de la Virgen del Mar y la Hermandad de Las Angustías y en el colegio se dedicaba a hacer bustos de Cristo a tamaño natural. "Creer es fundamental para saber lo que tienes entre las manos” concluye.

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