‘La Pasión de Cristo’, de Mel Gibson

Semana Santa

Las primeras proyecciones de la cinta, que se estrenó en España el 2 de abril, levantaron ampollas

Describe, con el mayor de los realismos, las últimas doce horas de Jesús de Nazaret

Escena de la película de Mel Gibson. Realismo en estado puro de las últimas horas de Cristo.
Escena de la película de Mel Gibson. Realismo en estado puro de las últimas horas de Cristo. / Efe
Julio Gonzálvez

06 de abril 2023 - 00:24

Arrancaba la Semana Santa del año 2004 con una descomunal polémica. Se había estrenado el 25 de febrero, para más señas era Miércoles de Ceniza, en los Estados Unidos, una nueva cinta tratando la muerte de Jesús. “La Pasión de Cristo”, escrita, dirigida y financiada por el acto australiano Mel Gibson. Una amalgama fiel de los Evangelios, según el actor-director.

Las primeras proyecciones de la cinta, que se estrenó en España el 2 de abril, levantaron ampollas entre los que protestaron por la violencia de sus imágenes. En dos horas y siete minutos se describen, con el mayor de los realismos, las últimas doce horas de la vida de Jesús de Nazaret, desde la escena del huerto de Getsemaní hasta el estertor de su muerte en que exclama: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

La película impacta y sobrecoge. En este proyecto, Gibson, supo conjugar la interpretación rigurosa de los Evangelios, el carisma de los actores, la inspiración mística, la técnica cinematográfica de vanguardia, los efectos de luz y sonido y no ahorra ni tiempo ni dinero. La vida pública de Jesús de Nazaret fue una fuente inagotable de inspiración. Gibson estaba considerado como un católico ultraconservador, cuyo tradicionalismo no reconocía las reformas del Concilio Vaticano II, una creencia que dejó bien plasmada en la pantalla.

Para los judíos es antisemita; para muchos católicos demasiado violenta; para otros, lo mejor que ha pasado por una pantalla de cine con este tema.

“Es tal como sucedió”, dicen que comentó el papa Juan Pablo II después de verla en un pase privado

¿La polémica estuvo servida? Más que polémica veracidad. Narra las doce últimas horas de Cristo en la tierra, con los evangelios en la mano desde el punto de vista plástico –el cine es el séptimo arte- es algo que prácticamente se viene realizando desde las primeras comunidades cristianas para recordarnos que Cristo padeció y murió en la Cruz para redimirnos.

Lo que buscó el actor y director australiano en el fondo es revivir con el mayor realismo posible, en toda su crudeza, lo que sucedió en aquella Pascua en Jerusalén, por eso se atrevió en grabar en arameo los judíos y latín los romanos. El resultado final es francamente durísimo.

La cinta, cuyo protagonista Jim Caviezel que encarna la figura de Jesús, arranca en el Huerto de los Olivos minutos antes del arresto, por los fariseos, hasta que es crucificado. Al estar rodada en latín y arameo, por supuesto en España se vio subtitulada, era tal la sucesión de diálogos que en más de una ocasión, no da tiempo al leer lo subtitulado. Ampulosa, notable, desequilibrada, visceral, a veces tramposa y, casi siempre, efectista puesta en escena ritual, fueron algunos de los adjetivos con que se dio la bienvenida en nuestras salas de cine.

Según dijo Gibson, “la mirada limpia y la fuerza de James Caviezel, me hizo pensar en él como el actor idóneo para el papel de Jesús”. Cuando le llamó, se llevó una grata sorpresa a descubrir que era también católico y que estaba a punto de cumplir 33 años, los mismos que se supone tenía Jesús cuando murió.

Mel Gibson recrea esta historia de sacrificio con una intensidad de detalle y realismo apasionado que lleva a sus últimas consecuencias. La sangre, el dolor y la cruenta estética que raya en lo gore es uno de los aspectos que más ampollas levantó en las críticas a una película que lleva el padecimiento hasta en su propio título. Hasta consigue una extraña armonía entre crueldad, dureza, sufrimiento y ternura, emoción y sentimiento.

En definitiva, el Cristo de Mel Gibson habló más con los sufrimientos a los que voluntariamente se somete por obediencia al Padre que con las palabras, a diferencia de lo que sucede en otras cintas sobre el mismo tema. Es ahí precisamente donde estriba el auténtico debate –o más bien reflexión- que quiere suscitar el director. El éxito no está en las taquillas, para Gibson, “el éxito será que el de allí arriba me dé una palmadita en la cabeza. Eso es todo”.

La primera cita turística del año

Desde el punto de vista de la hostelería, la Semana Santa es la primera gran cita turística del año, una oportunidad que tienen los hosteleros para llenar sus establecimientos. En general, este sector está marcado por un fuerte carácter estacional, por lo que es muy importante aprovechar las distintas fechas vacacionales que les brinda el calendario para cubrir parte del presupuesto.

Para preparar la Semana Santa, los hosteleros están en todo momento pendientes de las previsiones, ya sean meteorológicas, de reservas o cualquier otra índole, pues en estas fechas cualquier detalle, como una huelga o algún tipo de acontecimiento político o social, puede hacer cambiar el destino vacacional de los posibles visitantes turistas. Gran parte del éxito de estas vacaciones depende en gran medida del tiempo climatológico. La previsión de reservas es el indicador que siguen para hacer algún ajuste en las plantillas si fuera necesario. Atender a los turistas con la máxima calidad en el servicio debe de ser uno de sus principales objetivos. En cuanto al tipo de alojamiento y a los destinos beneficiados, en estas fechas se suele abarcar un espectro más amplio que los favorecidos durante la campaña de verano, más concentrados en los establecimientos de costa, como es el caso de todo el litoral que va de Roquetas a Pulpí.

Durante estas fechas y por la Semana Santa, los alojamientos en zonas de interior rurales, están con un índice de ocupación muy respetable. El turismo de interior, promovido por intereses culturales y religiosos, suelen ser el más demandado, así como las estaciones de esquí. Tanto españoles como extranjeros, ávidos del buen tiempo después de haber soportado un frío invierno, con toda clase de inclemencias, han buscado más que nunca unas condiciones meteorológicas más favorables, más benignas.

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