La 'Cardoncha' marca el cierre de la Semana Santa en Abla con una tradición centenaria
Semana Santa 2024
Esta celebración del Domingo de Resurrección es una de las mayores señas de identidad de los abulenses
Las cinco tradiciones almerienses más peculiares del Domingo de Resurrección
La tradicional 'Cardoncha' de Abla en imágenes
La Semana Santa llegó a su fin en el municipio de Abla con una de sus mayores tradiciones: La ‘Cardoncha’. Esta celebración del Domingo de Resurrección es una de las mayores señas de identidad de los abulenses, que a pesar de la lluvia, pudieron despedir su semana de Pasión por todo lo alto.
La cardoncha es una de las festividades más antiguas del municipio, que se remonta al siglo XVI, cuando se creó una milicia local armada que un más tarde se transformó en una hermandad religiosa bajo la advocación del Cristo Resucitado.
Una vez fueron suprimidas las milicias, la hermandad siguió subsistiendo conservando la tradición miliciana, y es en este día que sus integrantes se visten de gala para escoltar a las imágenes durante la procesión.
Este domingo, las precipitaciones no permitieron la salida procesional del Resucitado y la Virgen para que se pudieran realizar los diferentes encuentros que se llevan a cabo entre ambos por las calles del municipio, y que son la esencia de esta celebración, por lo que optaron por realizarlos en el interior de la misma iglesia tras la misa y la ofrenda.
Una vez terminada la procesión es cuando se realiza propiamente ‘la cardoncha’, que se trata de un ceremonial en el que los hermanos mayores se sitúan a un lado de la plaza de la iglesia y se procede al primero de los actos, la “juga de bandera” que da comienzo a la celebración.
Las lluvias dieron un poco de tregua a los abulenses para poder realizar este especie de juego que lleva a cabo el abanderado al redoble de tambor, de ahí que se le haya dominado con el localismo ‘juga’. Este espectáculo consiste en ir enrollando y desenrollando la bandera sobre su propia cabeza.
Una vez acabó la juga el abanderado, el resto de hermanos realizaron el mismo juego, y tuvo lugar la “escapá del abanderado”, cuando ésta fue robada por uno de los jugadores que se dio a la fuga.
Es entonces cuando el capitán ordenó que fuesen en su búsqueda, y comenzó la segunda fase de la celebración, la “imposición de sanciones”.
Todo aquel que ha cometido alguna falta, debe arrodillarse y beber vino por el tallo de la cardoncha -un cardo típico de la zona - para después morderla, obteniendo un sabor áspero en la boca que sirve como sanción. Es esta parte del evento la que da nombre a la celebración abuelense.
Una vez terminadas las acusaciones, se produce el ‘Cambio de Insignias’ entre los hermanos y la ‘Inscripción de cargos entrantes’ ya que los cargos en la hermandad son rotativos.
Por último se le hizo entrega al capitán de un ramo de cardonchas al capitán saliente a modo de obsequio. Otra de las particularidades de este día, es la ofrenda de uvas y chumbos, frutos de verano que al no ser de temporada simbolizan la resurrección en esta época del año.
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