Angustias mira al cielo, ruega, sale... y tiene que volver

La mañana del Jueves Santo, el patio del Colegio Compañía de Almería era un hervidero de cofrades preparando al Cristo de la Buena Muerte y a la Virgen de las Angustias para su salida procesional. Entre arreglo y arreglo, no faltaba una mirada al cielo, pidiéndole una tregua a la lluvia, esa que el Miércoles Santo hizo acto de presencia en la ciudad.

La cofradía se fundó en 1941 al fusionarse la Congregación del Cristo de la Buena Muerte (que data de 1911) y la Hermandad de las Angustias. Tiene su sede canónica en la Iglesia de San Juan, pero desde el año 2010 su salida procesional se efectúa desde el Colegio Compañía de María.

A las 18,15 horas estaba prevista la salida de la procesión que abría el Jueves Santo de Almería. Sin embargo, el reloj marcaba la hora de salida cuando, para sorpresa de los almerienses allí congregados, el portón de la Capilla de la Compañía de María permanecía cerrado. Minutos después llegaba la explicación por parte de la Hermandad de las Angustias a través de su cuenta oficial de Twitter: “Reunidos en cabildo de oficiales se ha decidido pedir a la Agrupación de Cofradías retrasar la salida a las 19:45 horas. Modificando el itinerario saliendo desde la Compañía de María, Navarro Rodrigo, Paseo de Almería manteniendo el restante itinerario”.

Finalmente, a las 19,45 horas las puertas de la Iglesia de la Compañía de María se abrieron para dar salida a los penitentes y mantillas, y las del anexo convento para la salida de las imágenes. La rambla del Obispo Orberá se encontraba, como cada año, abarrotada de gente. La salida de la guardería, con decenas de niños ataviados con sus trajes de penitencia fue particularmente emotiva, y padres y abuelos saludaban con orgullo a sus pequeños. Por fin apareció el Cristo de la Buena Muerte, tallado a imagen de la de su homónimo de Sevilla, y que posee el cabello más largo de las imágenes que procesionan por nuestra ciudad. A sus pies, un espectacular manto de flores de color morado. Y marcando el paso de los costaleros, la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Carmen.

Los penitentes, túnica morada y fajín de esparto, se dirigieron a la calle Navarro Rodrigo, lugar donde escucharon el bullicio de los fieles al ver aparecer a la Virgen de las Angustias. La imagen, fiel reflejo de la Patrona de Granada, portaba sobre su cabeza la corona imperial de plata recién restaurada, la única corona de estilo imperial de la Semana Santa de Almería. En contra de lo que cree mucha gente, la Virgen no porta sobre sus piernas el cuerpo de Cristo yacente, sino que éste se apoya sobre un altar, y la Virgen lo observa puesta en pie. La Banda Municipal de Berja cerraba el cortejo, aportando musicalidad a las calles de nuestra ciudad.

Las nubes amenazantes de chubascos mantenían en vilo a los almerienses, cuyo último deseo es que se repitiese el triste episodio acontecido en la tarde del Miércoles Santo. Pero a las 20:30h, se confirmaron los peores presagios y la lluvia empezó a caer en Almería, momento en el que Angustias atravesaba el Paseo en dirección a General Tamayo. Los capataces del Cristo de la Buena Muerta y de la Virgen de las Angustias dirigieron los pasos de regreso a la Compañía de María. Costaleros, incensarios, llamadores y nazarenos no pudieron contener las lágrimas ante la desgraciada noticia que les obligaba a emprender el rumbo de vuelta al Templo