Vía Augusta
Alberto Grimaldi
Política decente
Nutrición y dietética
Todos sabemos que una dieta variada y rica en frutas y verduras, es esencial para una buena salud pero también para mantener o perder peso. Inculcar el hábito de tomarlas es fundamental para cubrir los requerimientos nutricionales necesarios (fibra,vitaminas,minerales,agua y antioxidantes) y está relacionado con un menor IMC en general. Además, consumirlas puede reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer y otras enfermedades crónicas.
En este sentido, los investigadores de las universidades de Nigata, Toyama y Tsukuba (Japón) han querido indagar sobre la posible relación entre genética, vegetales y obesidad, detectando un vegetal en concreto asociado a un menor peso e IMC. Sus hallazgos se han publicado recientemente en la revista Nutrients.
Se trata del primer estudio que determina el papel de las interacciones entre factores genéticos específicos y la frecuencia de la ingesta de vegetales específicos sobre el IMC o la obesidad. Los resultados indican la importancia de las interacciones entre los genes y el medio ambiente, como las variaciones genéticas y la frecuencia de la ingesta de vegetales específicos.
Los investigadores realizaron una búsqueda de polimorfismos de un solo nucleótido o SNP asociados a la ingesta frecuente de vegetales y al IMC o la obesidad. Se realizó un análisis de asociación de todo el genoma para evaluar las posibles interacciones genéticas entre la ingesta de determinadas verduras y un menor IMC.
En total se obtuvieron datos de 12.225 participantes de entre 18 y 90 años, que participaron en una encuesta online sobre la frecuencia de consumo de alimentos como zanahorias, brócoli, espinacas y otras verduras verdes (pimiento verde y judías verdes), calabaza y repollo.
Además, también se obtuvieron otros datos como la altura y el peso de los participantes, a partir de los cuales se calculó su IMC. En total, el 32,3% de los participantes varones sufrían obesidad, mientras que solo el 17,3% de las mujeres llegaba a estos parámetros.
Entre los resultados ,se observó una interacción significativa entre uno de los polimorfismos ( rs4445711) y la frecuencia de ingesta de zanahorias en el IMC. Asimismo, se observó sobre la interferencia en la obesidad.
La frecuencia del consumo de zanahoria está implicada en la reducción del IMC por intermedio de rs4445711. Esta nueva asociación genética puede proporcionar nuevas pistas para aclarar la asociación entre la ingesta de vegetales y el IMC o la obesidad.En este sentido,no se detectó tal asociación con ningún otro de los vegetales estudiados, ni tampoco con otras zonas del genoma.
La zanahoria es rica en antioxidantes carotenoides, y algunos de ellos, como el beta-caroteno, se habrían relacionado con una menor incidencia de diabetes tipo 2, cáncer y mortalidad general, además de menores niveles de inflamación sistémica corporal y mejor sensibilidad a la insulina. En conjunto, todos estos beneficios para la salud contribuirían a un menor nivel de IMC y un menor riesgo de obesidad.
Un estudio transversal de pequeño tamaño mostró que una mayor ingesta de criptoxantina estaba relacionada con un IMC bajo en mujeres japonesas de mediana edad. Un estudio longitudinal mostró que los cambios en los niveles séricos de β-criptoxantina se correlacionaron inversamente con los cambios en el IMC en los países occidentales.
Aunque se necesita más investigación para comprender la asociación entre estos resultados y nuestros hallazgos, los resultados pueden proporcionar una pista sobre el mecanismo de las diferencias individuales en el IMC con respecto a la ingesta de vegetales.
Nuestro estudio tiene varias limitaciones.
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