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Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Nutrición y dietética
La publicidad, las redes y el propio entorno nos bombardean con productos, remedios y cosméticos 'milagro' que prometen devolver a nuestra piel la lozanía que luce en la juventud plena. Sin embargo, debes saber que no existen atajos que frenen por completo el paso del tiempo pero sí existen fórmulas para hacer que luzca más tersa, luminosa y con una mayor vitalidad. De hecho, realmente el hecho de comenzar a cuidarse la piel no tiene nada que ver con la edad ni con el envejecimiento. Todos debemos cuidarnos la piel ya que es el escudo que nos protege frente a los agentes externos.
Para cuidar de este importante 'caparazón', que envuelve todo nuestro cuerpo y nos protege de la radiación solar, hay que empezar desde dentro: con la alimentación. alimentación.Al igual que otros órganos como el corazón o el hígado, la piel necesita de nutrientes específicos que le ayuden a conservarse, a mantenerse elástica y regenerar tejidos. Pero así como existen alimentos que benefician la salud de tu piel, también hay productos, incluso naturales, que podrían acelerar el envejecimiento de ésta.
De esta forma, existen una serie de alimentos que influyen determinantemente en la aparición de granos, manchas y arrugas en la piel. Y son alimentos que suelen formar parte de las dietas y hábitos alimenticios de cualquier hogar. Te contamos cuáles.
Debido a que afecta la producción de colágeno, es uno de los grandes enemigos de tu piel. Por si eso fuera poco, además de los efectos envejecedores, ingerir azúcar en exceso puede desencadenar el acné e interferir negativamente en la elasticidad de la piel. Eso sí, si se tiene en general una alimentación equilibrada, consumir un alimento procesado lleno de azúcar, como por ejemplo el chocolate blanco, o tomar un alimento no saludable de forma ocasional, no repercute sobre la piel.
Los alimentos grasos son dañinos para la piel. Los fritos, los rebozados o los carbohidratos son productos que alteran la grasa de nuestro cuerpo y desestabilizan los niveles de glucosa en sangre, algo que provoca que la piel produzca más sebo. Asimismo, pueden provocar que el oxígeno no se reparta de forma homogénea, lo que repercute en el aspecto y la vitalidad de la piel.
Los lácteos forman parte de cualquier dieta y tienen numerosos beneficios para la salud. Sin embargo, según los expertos, consumir demasiados condiciona la producción de algunas proteínas y ácidos que favorecen la producción de acné. Además, contienen precursores de la testosterona, una sustancia que regula la producción de sebo y que se ve desequilibrada cuando se toma leche, quesos o yogures.
Las proteínas de origen animal no tienen el mismo proceso digestivo que las de origen vegetal y se quedan durante más tiempo retenidas en el organismo. Esto da lugar a que los residuos tengan que liberarse por los poros de la piel, lo que provoca la aparición de los imperfecciones y granos.
La cafeína es la principal responsable de esas antiestéticas imperfecciones. Esta sustancia desencadena la liberación de cortisol, hormona del estrés que también puede contribuir al aumento de grasa corporal. Además, si se toma en exceso, puede llegar a deshidratar la piel, en especial si sufres de esta alteración del cutis o si tienes la piel grasa. La cafeína es un agente deshidratante, parecido al alcohol, algo que se manifiesta en la dermis.
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