Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Investigación y Tecnología
Se llama síndrome de choque tóxico estreptocócico y tiene una tasa de mortalidad del 30%. Su reciente presencia en Japón y su rápida propagación es una razón por la cual ha sido motivo de alerta en este país. Una de las razones por las que intentan justificar su rápida extensión es la falta de medidas preventivas de higiene que se llevaban a cabo durante el Covid-19 y que, a día de hoy, se están obviando.
Dentro de las infecciones del estreptococo, una de las más comunes es la faringitis estreptocócica, la cual afecta a la garganta y causa dolor, inflamación e irritación en la mucosa de la garganta. Otra forma común de infección es la escarlatina, que se caracteriza por una erupción cutánea roja que puede aparecer en el tronco, las extremidades y en la cara. A menudo, se acompaña de fiebre y dolor de garganta.
En 2023, el país asiático ya contabilizó 941 pacientes de infecciones estreptocócicas invasivas graves y en lo que va de año se han registrado 517 contagios. Según estos últimos datos del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, desde principios de año hasta mediados de marzo, "el número de pacientes crecía a un ritmo tres veces superior al del año pasado".
Es una enfermedad que solía producirse más a menudo entre la población infantil, pero realmente puede darse a cualquier edad. De hecho, ha habido un incremento de casos en Tokio entre los que la mayoría se encuentra un perfil de público en torno a los 40 años. En este sentido, las autoridades sanitarias japonesas están haciendo un llamamiento a la población para que busquen atención médica "de inmediato", si presentan sintomatología como dolor en las extremidades o fiebre, dado que el empeoramiento puede ser rápido y en algunos casos más graves provocar necrosis en las extremidades, razón por la que se conoce también esta enfermedad como la "bacteria carnívora".
El estreptococo del grupo A puede transmitirse por el contacto estrecho con una persona infectada a través de la tos, estornudos o por una herida. En cualquier caso, en la mayoría de los que se han manifestado las autoridades aún no han podido determinar el origen de la infección. De momento, se pueden adoptar algunas preventivas (que ya conocemos) como lavarse las manos de manera regular con agua y jabón, evitar el contacto cercano con una persona infectada o aislarte si crees que puedes estarlo.
Al toser o estornudar, es esencial cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable o con la parte interna del codo, para evitar la dispersión de las bacterias. Para ello, también es una recomendación que se mantengan desinfectadas las superficies comunes para cortar su expansión.
Una de las mejores medidas preventivas y aunque no hay una vacuna específica contra el estreptococo del grupo A, vacunarse contra enfermedades como la gripe puede ayudar a prevenir la propagación de infecciones respiratorias que podrían predisponer a una infección estreptocócica. Además, es altamente recomendable llevar una alimentación equilibrada, practicar ejercicio de manera habitual y descansar.
De todas formas y aunque estas medidas pueden reducir el riesgo de contraer estreptococo del grupo A, es importante recordar que no siempre es posible prevenir completamente la enfermedad. Por lo que se insiste en la búsqueda de atención médica ante la más mínima sospecha de poder tener una infección estreptocócica.
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