Las adyuvantes: Las principales aliadas de la inmunidad frente a la Covid-19
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Se trata de sustancias que, al unirse a la fórmula de las vacunas, tienen la capacidad de incrementar la respuesta del organismo humano al ser inoculadas.
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La necesidad urgente de una vacuna para hacer frente a COVID-19 ha evidenciado la importancia de la inmunización ante las enfermedades infecciosas. En este sentido, y tras más de un año en la que todas nuestras esperanzas estaban puestas en este hito de la medicina contemporánea, es necesario hablar sobre las adyuvantes. Se trata sustancias que componen algunas vacunas que funcionan como ''amplificador'' en el fármaco y cuya función es la de mejorar la inmunogenicidad (o capacidad para desencadenar una respuesta inmunológica) del antígeno al que acompaña, es decir, trabajar en equipo con el medicamento. En el caso del coronavirus esto podría traducirse en una respuesta más fuerte y duradera a la inmunidad.
El dato más importante a tener en cuenta es el siguiente: las vacunas sin adyuvantes no tienen el mismo efecto. Es por ello que el enuncio de la empresa farmacéutica británica GSK de la fabricación para 2021 de mil millones de dosis de su sistema de adyuvante para la reducción de antígeno, necesario para la producción de vacunas, es tan buena noticia como el hito primero. Esto permitiría aumentar el volumen de producción y que así se pueda proteger un mayor número de personas. Para lograr el objetivo marcado, la producción y llenado de viales de adyuvante que se usarán en vacunas contra la Covid-19, se realizará en plantas de producción de Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Europa.
"Así como hemos escuchado mucho que tenemos que generar miles de millones de dosis de la vacuna, también tenemos que producir miles de millones de dosis de cada uno de los componentes. No solo es producir las proteínas, sino también con qué se van a combinar", explica en declaraciones a EFE la doctora María Elena Bottazi, codirectora de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Colegio Baylor de Medicina de Houston y codirectora del Centro para Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas, en Estados Unidos.
Además, en GSK se comprometen a hacer que su adyuvante esté disponible para personas en todo el mundo, con mecanismos que garanticen un acceso equitativo también a países con menos recursos, según explica la Agencia Latina de Noticias Medicina y Salud Pública. Sin embargo, indican que si dichos adyuvantes se convierten en una potencial mercancía de farmacéuticas o empresas de capital privado, el acceso de los países con bajos recursos ''va a ser difícil''.
Por este motivo, el anuncio de GSK supone la esperanza en mitad del caos ya que, además, no esperan obtener beneficio de las ventas de su portfolio de colaboraciones. Así, los beneficios se reinvertirán en el apoyo de investigación relacionada con el coronavirus.
La función de los anticuerpos
Las vacunas están compuestas por tres elementos básicos: el antígeno, los adyuvantes y los preservantes. Una vez que la dosis ingresa al cuerpo, causa una reacción del sistema inmunitario, que intenta proteger al resto del cuerpo enviando glóbulos blancos que producen anticuerpos para contener la infección.
Así, cuando un virus intenta de nuevo ingresar por cuenta propia al organismo, los anticuerpos saben cómo actuar en su contra y eliminarlo.
El sistema inmunológico necesita de una estimulación extra para que los glóbulos blancos puedan desplazarse al lugar o zona requerido que está siendo afectado por un patógeno, es así como la ayuda de un adyuvante se comporta como ese potenciar extra en la inoculación de la misma y la consecuente respuesta del cuerpo humano. "El adyuvante hace que (la vacuna) llegue a más lugares dentro del cuerpo y que obviamente atraiga a diferentes componentes del cuerpo humano y así eventualmente se activen las diferentes células inmunológicas", concluye Botazzi.
El problema venía generado de que en los últimos años, hasta la llegada del covid, el desarrollo de adyuvantes no había sido tan prolífico en la industria y la falta de las mismas podría ser un obstáculo para su producción masiva. A esto se añade la temporalidad, tanto de las vacunas como de la fabricación de adyuvantes ya que deberán ser probados y certificados por las autoridades médicas, un inconveniente en una situación que exige urgencia.
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