Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Investigación y Tecnología
Las adicciones y los problemas de salud mental están muy relacionados. De hecho, según la Confederación de Salud Mental de España, "existe un elevado número de personas que tienen un problema de salud mental asociado al consumo de sustancias. La existencia simultánea de un trastorno mental y de un trastorno adictivo se denomina 'patología dual'".
La relación entre adicciones y salud mental es compleja y multifacética y se necesita de la coordinación entre diferentes áreas profesionales ya no solo para que el tratamiento y terapias sean efectivas, sino para que los pacientes no abandonen el tratamiento a medio camino. A través de la psicología, se puede explorar la dirección que lleva a la superación de las adicciones, proporcionando herramientas que permiten tanto la comprensión de sus causas como el desarrollo de estrategias para enfrentarlas.
"Para algunas personas el consumo de drogas les proporcionan un alivio temporal del que se van haciendo más dependientes"
Los profesionales de la salud mental abogan por las buenas campañas de concienciación para prevenir ya que aquí es donde está la clave para poder gestionar las adicciones. Aseguran que una educación temprana sobre los riesgos y las consecuencias de los comportamientos adictivos pueden ser claves para evitar caer en las adicciones. Aun así muchas veces, hay personas que desarrollan adicciones y otras no. Veamos de qué depende las posibilidades de vulnerabilidad.
Uno de los primeros interrogantes que surgen cuando hablamos de adicciones es por qué algunas personas se vuelven adictas y otras no. La respuesta no es simple y radica en una combinación de factores psicológicos, biológicos y sociales. Desde el punto de vista psicológico, la vulnerabilidad a la adicción puede estar influida por diversas razones, entre las que se destacan la genética, el entorno y las experiencias vividas.
Una de las principales causas psicológicas es la regulación emocional. Muchas personas recurren a sustancias o comportamientos adictivos para escapar de emociones difíciles o dolorosas como el estrés, la ansiedad o la depresión. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en Estados Unidos, "las drogas cambian el cerebro en maneras que hacen que el dejar de usarlas sea duro, hasta para aquellos que quieren dejarlas". Lo que sucede es que para algunas personas el consumo de drogas les proporcionan un alivio temporal del que se van haciendo más dependientes hasta el punto de manejar por completo sus emociones. En este sentido, las adicciones pueden ser vistas como un intento fallido de autorregulación emocional.
"Es clave el fortalecimiento de la resiliencia emocional"
Además, el tipo de personalidad juega un papel importante. Algunas personas tienen rasgos de personalidad que las hacen más susceptibles a desarrollar adicciones, como la impulsividad, la búsqueda de sensaciones fuertes o la baja tolerancia a la frustración. Estos rasgos pueden aumentar la probabilidad de caer en patrones de consumo descontrolado o en comportamientos repetitivos y perjudiciales. Sin embargo, la psicología también nos enseña que, aunque ciertas personas pueden ser más vulnerables a las adicciones, esto no significa que sea un destino inevitable ya que existen herramientas y tratamientos adecuados a cada paciente y pueden recuperarse completamente de las adicciones y superar la dependencia a las drogas o a cualquier otro ámbito que le genere adicción.
Superar una adicción no es solo un proceso de desintoxicación física, sino una profunda transformación psicológica. La mente es la clave para entender los patrones adictivos y romper con ellos de manera duradera. Así que el primer paso para superar una adicción es reconocerla. Aceptar que se tiene un problema es esencial, ya que el autoengaño y la negación suelen ser barreras que interfieren de manera importantes en el proceso de recuperación.
Desde una perspectiva psicológica, el tratamiento de las adicciones se enfoca en identificar y manejar las emociones que han fomentado el desarrollo de una conducta adictiva, por lo que un tratamiento basado en la terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a los individuos a comprender las conexiones entre sus pensamientos, emociones y comportamientos. Además, permite que a los pacientes desarrollar habilidades para manejar las emociones difíciles de manera saludable, sin recurrir a la adicción como un medio de escape.
"Es vital reconocer que la recuperación es un proceso continuo"
Otro enfoque clave es el fortalecimiento de la resiliencia emocional. Aprender a lidiar con el estrés, la frustración y las adversidades sin depender de la sustancia o el comportamiento adictivo es crucial. Practicar la atención plena (mindfulness) y la meditación puede ser de gran ayuda para mantenerse consciente del presente y manejar las emociones de forma más constructiva. El apoyo social también es fundamental en este proceso que proceda de una red sólida a través de familiares, amistades o grupos de ayuda, ya que puede marcar la diferencia entre una recaída y una recuperación exitosa. Compartir experiencias y recibir empatía de otros que entienden lo que uno está pasando puede aliviar la sensación de aislamiento y el sentimiento de vergüenza, emociones que a menudo acompañan a las adicciones.
Por último, es vital reconocer que la recuperación es un proceso continuo. Esto quiere decir que las adicciones no desaparecen de un día para otro, y es normal experimentar retrocesos, por lo que hay que ser compasivos y tener paciencia consigo mismo, así como también continuar trabajando en el desarrollo de estrategias psicológicas con las que enfrentar los desafíos emocionales sin recaer en la dependencia.
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