Viator revive este sábado su centenario idilio con la longaniza, un manjar con sabor único

La localidad de Viator, enclavada en la comarca del Bajo Andarax, ya vive intensamente la celebración de sus fiestas patronales en honor a la Virgen de las Angustias. Unos festejos que dieron comienzo este pasado jueves y que se alargan hasta este domingo con un amplio y variado programa de actividades para todas las edades.

Pero si hay un día especial marcado en el calendario en color rojo ese es este sábado. Como marca la tradición, toca disfrutar del Día de la Longaniza. Un evento que desde hace décadas se celebra cada sábado durante los festejos por la Virgen de las Angustias y que congrega a miles de personas para degustar un embutido propio de las matanzas y que, como ya es una tradición, el propio Ayuntamiento reparte de manera gratuita para agasajar a sus vecinos y también a los visitantes, pues esta fiesta atrae a muchas personas de la comarca y otros puntos de la provincia.

Para poner en perspectiva, el año pasado fueron más de 4.000 las personas que disfrutaron de esta fiesta y que saborearon una pieza de longaniza con su ración de pan y una bebida. En total, más de 4.000 bocadillos, 500 kilos de longanizas y 500 litros de cerveza, tinto de verano, gazpacho y refrescos. Ese fue el menú gratuito del Ayuntamiento de Viator para todos los vecinos y turistas y la respuesta, a juicio del alcalde de esta localidad de la comarca del Bajo Andarax, Manuel Flores, "ha sido masiva", señalaba. Este año se espera repetir la misma asistencia en la plaza de la Constitución, que volverá a ser punto de encuentro de esta fiesta gastronómica.

Una tradición centenaria

La longaniza es un embutido que se confecciona con magro de cerdo, tocino, pimentón, canela, picante, orégano, ajonjolí y matalauva y, aunque cuenta con los mismos ingredientes que en otros lugares, es diferente en Viator. Quizás por aquello de que la devoción por la Virgen de las Angustias le insufla un aroma particular.

La tradición de su utilización en torno a estas fechas dice que nace como motivo de canje, cuando el júbilo era sólo el día de la procesión, el domingo, y los turroneros que acudían y no lograban vender sus productos los cambiaban por longaniza, uno de los muchos productos que salían de las típicas matanzas que siempre se hacían en torno al último fin de semana del décimo mes del año.