Unas 4.000 personas visitan el belén monumental de Vera

CULTURA

Los días de mayor afluencia han sido la víspera de Reyes Magos y los fines de semana

Un visitante contempla la zona del pesebre del belén monumental de Vera. / V. Visiedo P.
Víctor Visiedo

10 de enero 2020 - 12:44

El gigantesco belén de 36 metros cuadrados en el Aula Cultural Alcalde Íñigo de Guevara ha sido el auténtico protagonista de la Navidad veratense. Cerca de 4.000 personas han pasado a visitarlo según las cifras que maneja el Ayuntamiento. Han llegado desde la propia localidad y otras de la comarca, como Cuevas, Los Gallardos, Garrucha o Turre, pero también de lugares mucho más lejanos. Estados Unidos, Bélgica, Reino Unido o Polonia son algunos de los países de procedencia de los visitantes.

Los días de mayor afluencia han sido el previo a los Reyes Magos, coincidiendo con la cabalgata, así como los fines de semana. Y es que el nacimiento se ha podido contemplar a diario de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:30 horas. Este viernes 10 de enero es el último día que permanece abierto al público.

Antonio de Haro muestra el belén monumental de Vera. / V. Visiedo P.

En la sala son recibidos por Mariano Fernández, que les muestra la obra narrándoles la historia del nacimiento de Jesús a la vez que hace un recorrido por los diferentes rincones del belén. “No es lo mismo decirles aquí hay esto y allá lo otro que ir guiándolos a través de una especie de cuento que capta mucho mejor su atención”, explica el empleado municipal. Hoy viernes es el último día en el que se podrá visitar antes de que sea desmontado.

El belén monumental es obra del belenista veratense Antonio de Haro. Es una pequeña joya, elaborado durante meses con todo lujo de detalles. Cuenta con más de 200 figuras humanas y otros tantos animales: a los tradicionales buey y mula les acompañan gallinas, ovejas, elefantes, abejas, golondrinas, un lobo, un zorro, jabalíes o águilas.

La fuente de los Cuatro Caños de Vera está representada en el belén. / V. Visiedo P.

Cuenta con tres zonas distintas. La primera de ellas es la montaña, donde se ubican los animales salvajes y que cuenta con una espectacular gruta de tres metros de profundidad. Ahí está el pesebre, en el que la Virgen María se encuentra en reposo, tras dar a luz. Al otro lado de la gruta, los reyes también han hecho un alto en el camino y están acampados con todo su séquito.

La segunda zona es la de la ciudad, a la que se accede a través de una monumental puerta. Destacan diferentes talleres de artesanos de piel, alfombras, tejidos, alfarería, panadería, etc.

En la tercera zona del belén se representa el desierto de Egipto. No faltan las pirámides y templos en ruinas, en un paisaje impresionante donde predominan las dunas, palmeras y hasta un oasis, todo ello cuidado hasta el más mínimo detalle.

Antonio de Haro, toda una vida dedicada a recrear nacimientos

Antonio de Haro es un experto belenista, pues lleva desde que nació dedicando su tiempo libre a esta afición. “Tengo figuras con más de 70 años, que eran de mis padres. Desde que nací hago belenes. Primero yo ayudaba a mi padre, luego mi padre me ayudaba a mí y ahora es mi hijo el que me echa una mano”, cuenta. De hecho, él solo no podría hacer realidad esta reconstrucción de Judea. Por ello es imprescindible la colaboración de toda la familia: “Mi mujer hace las miniaturas de ropas, de panes, alimentos, pieles y demás”. También ja colaborado Olivier García. El año pasado, con motivo del 500 aniversario del terremoto que destruyó Vera, hizo en su casa una recreación de la ciudad por la que pasaron más de mil personas.

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