Ser belenista como una forma de vida

Su afición le viene desde que era niño y sus padres hacían sus propias figuras, algunas de las cuales aún las conserva. Desde entonces, lleva toda una vida dedicado a los Belenes, algo que ha convertido, sin duda, en una forma de vida que le ha hecho merecedor del reconocimiento de miles de vecinos de Vera.

Antonio de Haro Márquez, profesor ya jubilado, es el encargado de representar el Nacimiento en el Belén Municipal de Vera.

De montar el Belén en su domicilio, por el que pasaron miles de veratenses, el año pasado recibió el encargo institucional de montarlo en el Aula de Cultura Iñigo de Guevara y en esta ocasión ha tenido que llevarse por escenas al Convento de la Victoria, donde se espera que sigan siendo miles de vecinos los que pasen a ver su creación.

El Belén ha sido dividido en seis escenas y se podrá ver en un recorrido con entrada y salida diferenciadas para que no puedan cruzarse sus visitantes, garantizando así el cumplimiento de las medidas de seguridad por la crisis sanitaria.

Las escenas representan Nazaret, con la anunciación del ángel a María, con San José en la carpintería; la anunciación del ángel a los pastores, con un guiño a la cerámica típica de Vera y su alfarería moruna; la ciudad de Belén, cuando San José y María piden una posada; la gruta, con el propio acto del Nacimiento; la salida de los Reyes Magos saliendo del castillo de Herodes, cruzando un espectacular puente sobre el río; y la huída a Egipto de San José, María y el Niño Jesús, en la que aparecerán ruinas egipcias.

En total son cerca de 250 las figuras que empleará Antonio de Haro en este Belén Municipal, que será estrenado tras el Puente de la Inmaculada, y que han sido realizadas por varios de los principales artesanos figuristas como José Luis Mayo, Joaquín Pérez, Ángeles Cámara o Montserrat Ribes.

Antonio no está solo en esta aventura. Igual que él aprendió de sus padres, su hijo menor aprende junto a él y le acompaña, realizando bocetos y trozos de varias de las escenas y siempre aconsejándole. Su esposa también es una ayuda de valor incalculable en los pequeños detalles en miniatura y pieles. Para ellos, para él sobre todo, ser belenista es una forma de vida.