Jesús Latorre; un artista cofrade de los de lápiz, cincel y brocha fina

VERA

Almeriense de nacimiento y veratense de adopción, con solo 26 años ha restaurado y creado importantes obras religiosas

Jesús Latorre trabaja en su taller de restauración de Vera.
Jesús Latorre trabaja en su taller de restauración de Vera. / V. Visiedo P.

A escasos metros de la iglesia parroquial de Vera, por un lado, y del convento de los Padres Mínimos, por el otro, se encuentra el Taller de Arte y Restauración Virgen del Mar. ¿Qué mejor lugar para el trabajo de un artesano del arte sacro?

Desde 2014, el artista Mario Jesús Latorre dedica su tiempo a esculpir, restaurar o diseñar todo tipo de imágenes y mobiliario religioso. Este joven almeriense de la Plaza Pavía, con solo 26 años, es uno de los artesanos más prestigiosos de la provincia y ha hecho de Vera su hogar.

Tras estudiar el Ciclo Superior de Escultura en la Escuela de Arte de Almería, hizo prácticas de Restauración en la Basílica de San Juan de Dios de Granada. Allí decidió seguir formándose en Policromía y Dorado, en la escuela granadina. Y es que, desde bien pequeño le ha apasionado el mundo cofrade. “Mi barrio de Almería es muy cofrade y flamenco y, además, provengo de una familia muy religiosa”, explica Jesús Latorre. Por eso, su oficio es su vocación y con su talento ha logrado ganarse la vida con ello.

Llegó a Vera el 1 de mayo de 2014, de la mano del párroco, Carlos M.ª Fortes. Lo hizo para trabajar en la restauración del Retablo del Moro o de la Victoria, en la iglesia. “Vine para un trabajo de nueve meses, pero al final emprendimos una restauración integral del templo que nos llevó dos años y medio”, cuenta.

Así, decidió instalarse en la localidad, ya que trabaja sobre todo para hermandades de la comarca. “Es una zona muy buena, con mucha tradición de Semana Santa: Vera, Cuevas del Almanzora, Garrucha, Huércal-Overa”. Aunque también recibe muchos encargos de la zona de la Alpujarra.

Jesús Latorre hace casi de todo, desde restaurar imágenes antiguas, cuadros dañados, o retablos, hasta esculpir sus propias tallas o diseñar retablos de nuevo cuño. De hecho, sobre una mesa de su taller reposan los bocetos del que será el nuevo retablo de la iglesia de Vera, en una de las torres mudéjares donde ahora hay un despacho. “Será el primer retablo de adoración perpetua al Santísimo en toda la diócesis”, explica orgulloso.

Latorre muestra el diseño del nuevo retablo de la iglesia de Vera.
Latorre muestra el diseño del nuevo retablo de la iglesia de Vera. / V. Visiedo P.

Latorre es un artista de los de antes, de lápiz y plumilla. Cincel y brocha fina. De talento innato, pero dedicación esmerada. “Lo diseño todo a mano, no me gusta el ordenador”, confiesa. Y es que sus manos son casi mágicas. Es capaz de convertir un trozo de madera en una imagen casi humana; devolver a su estado casi original una talla deteriorada; o hacer lo que parece imposible con un lienzo estropeado.

De entre los muchos trabajos que ha realizado en estos cinco años, le cuesta elegir los más significativos. Pero por citar algunos, destaca el diseño del escudo de la Diócesis de Almería; la restauración del Cristo de la Buena Muerte de la capital o de la Virgen de la Victoria de Vera; las tallas San Juan, Santa María Magdalena y Santa Marta el Paso del Duelo de Garrucha…

Hace unas pocas semanas, en su taller se encontraban imágenes tan importantes como la Virgen del Carmen de Aguadulce, San Antonio de Rágol o el icónico San Sebastián de Lubrín. Y es que ese pequeño local de la calle Juan Anglada es un pequeño museo, donde recobran vida obras históricas y donde nacen otras que quedarán grabadas en los libros de arte de la provincia.

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