La procesión de la Virgen del Carmen y Santa Ana pone el broche final a las fiestas del Puerto de Roquetas
Levante
La procesión por tierra y mar se realiza en honor a los pescadores desde el siglo XVII
El agua de mar empleada en el lavado de cara a Santa Ana se devuelve al origen como símbolo de protección
Diversión y devoción durante la semana grande de Roquetas que esta noche dice adiós a sus fiestas
El pasado viernes la localidad roquetera vivió uno de sus eventos más esperados. Miles de personas se echaron a las calles para acompañar a la Virgen del Carmen y Santa Ana en su tradicional procesión marítimo-terrestre en honor a las gentes del mar.
Según las crónicas locales, esta fiesta comenzó a celebrarse a finales del siglo XVI o principios del XVII tras la construcción del castillo de la localidad, donde se erigió una ermita en honor a Santa Ana que dio nombre al castillo y vinculó a la patrona con la localidad. Siendo Roquetas de Mar un municipio tradicionalmente pesquero, las fiestas en honor a la Virgen del Carmen y Santa Ana se realizan para honrar el trabajo en la mar y a los pescadores.
A las 18:00 horas comenzaba la procesión que paseó las imágenes desde la iglesia del Puerto hasta su llegada al Faro, donde se había erigido un altar para el descanso de las tallas mientras se efectuaba el tradicional lavado de cara a Santa Ana.
Durante el día anterior se había realizado el sorteo de las personas que participarían en el rito, así, la vecina María Isolina López fue la encargada de recoger el agua, Ana del Carmen Recio participó en el lavado de cara junto al alcalde y varios costaleros y, como novedad, este año, se seleccionó al costalero Francisco Ginés Parra para homenajear a la Madre de la Virgen María.
El agua de mar que se había recogido con solemndidad para este rito, acompañó a la procesión hasta el puerto roquetero para ser devuelta al origen como símbolo de protección a los pescadores. Las imágenes fueron cuidadosamente instaladas en sendos barcos para proceder a la procesión marítima que las llevaría hasta Aguadulce antes de regresar al puerto roquetero para volver al hogar. Durante el camino a casa, salvas de fuegos artificales iluminaron el cielo ya anochecido cuyo espectáculo se trasladó hasta la playa de La Romanilla.
Estas son las imágenes de la jornada:
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