Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
cruzada personal contra el incivismo
Aguadulce/Entiéndase bien el titular, para empezar. “Igor contra las cacas”. No es “Igor contra los perros”. En todo caso, sería “Igor contra las conductas incívicas de los dueños de perros”. De eso va este reportaje: de la cruzada que ha emprendido un ciudadano norteamericano residente desde hace algo más de tres años en Aguadulce, uno de los “lugares más bonitos para vivir del mundo”, según defiende. Su objetivo es que desaparezcan los excrementos y sus restos de las playas y calles del que ahora es su pueblo. “Lo que yo he visto aquí no lo he visto en ningún lugar del mundo”, advierte quien fuera director general para Rusia del gigante aeronáutico Airbus y que, pese a ser consciente de la difícil tarea que se le presenta por delante –“en Aguadulce hay más perros que personas”, advierte– no piensa cejar en su empeño. Igor Vladimir Bocharov tiene tiempo y, sobre todo, tenacidad. “Si Airbus consiguió hacer mejores aviones y vender más que Boeing, algo que parecía imposible, esto también lo podemos conseguir”, asegura.
1: Que haya zonas especiales para perros Ya existe una en Aguadulce, pero, igualmente, advierte, “mucha gente no recoge tampoco ahí los excrementos”
2: Educación en la tenencia de animales Este vecino pide campañas de educación para los dueños de los perros: “No son juguetes, hacen caca”
3: Igor pide carteles grandes específicos en las entradas de las playas, anunciando la prohibición y las multas
4: Si no se vigila que se cumpla la norma, no se cumple, piensa este vecino. La mejor ‘medicina’ es la sanción ejemplar
Hasta ahora se ha encontrado con el silencio administrativo, tras haber presentado varios escritos en el Ayuntamiento, sin que haya recibido respuesta. También correos electrónicos, cuenta. El primer escrito data de diciembre de 2016, elevado al área de Medio Ambiente. El último, de enero de 2020. Y nada. Lo intentó con el propio Gabriel Amat, pero asegura que no llegó a pasar el filtro de su secretaria.
En su última porfía, a través de una instancia general, se acompaña de las firmas de varias decenas de vecinos de Aguadulce que, como él, piden civismo por parte de los dueños, actitud proactiva del Ayuntamiento para “avisar convenientemente de la prohibición de que entren los perros a la playa” y, en última instancia: mano dura. “Cuando a las personas les tocas el bolsillo, reaccionan. Si existe una normativa y no se está cumpliendo, hay que sancionar, y así se podría arreglar el problema”, defiende, cargado de sentido común.
Lo que pide este californiano de San Francisco con antepasados rusos es que el Ayuntamiento de Roquetas “se tome en serio este problema” , porque reconoce que “a veces parece que Aguadulce no pertenece a Roquetas y se parece más bien a Bangladesh”. Que avise convenientemente en las entradas de las playas “con carteles grandes, como por ejemplo hace en el Parque Andrés Segovia, donde los perros no pueden entrar y la gente lo respeta”.
Igor abunda en que “solo hay unos carteles generales, con información diversa en los que para ver la prohibición de la entrada de perros a las playas hace falta una lupa.
Sin embargo, arguye, "no hay carteles específicos, como los hay en numerosas ciudades de España; sin ir más lejos en Almería”.
Igor acumula en su teléfono móvil fotos de lugares a los que le gustaría que se pareciera Aguadulce, el rincón del mundo en el que decidió vivir después de que en uno de sus viajes por Andalucía se desviara en la A7 para parar a comer. “Cuando vi un lugar tan maravilloso quise quedarme y al poco tiempo compré una vivienda”, explica. Bocharov muestra fotos de las playas de Santander, impolutas. También guarda muchas instantáneas de las de Aguadulce
y en casi todas aparecen canes junto a sus dueños.
“Si tú ves estas playas a primera hora de la mañana están limpias, pero duran muy poco tiempo así”, lamenta. “Luego se llenan de perros, y hacen sus necesidades sobre la arena”.
A su juicio, el problema no solo es “de mala imagen para Aguadulce, o de malos olores, especialmente en el verano, con la gran industria turística que tiene”, sino que va más allá: “es un problema que puede llegar a ser de salud pública, porque aunque se limpien los excrementos, se puede provocar la contaminación de la arena y el riesgo para las personas del contagio de enfermedades”.
Consciente de la existencia de una Ordenanza Municipal sobre Protección y Tenencia de Animales de Compañía, Igor defiende que “actualmente su aplicación es casi nula, y aunque hay previstas sanciones para los comportamientos prohibidos, en Aguadulce casi nunca se imponen”.
Igor propone “como se hace en otras ciudades de España y Europa, habilitar espacios para que puedan pasear sus mascotas, con vigilancia del deber de recoger lo que dejen sus perros tras sí”. En Aguadulce existe una, “pero está también llena de cacas”. Por último, considera “de sentido común” que “si no hay nadie que controle el cumplimiento de la ordenanza, es prácticamente imposible que se cumpla”. Y pide que “la Policía Local sea más activa”.
La responsable municipal de Aseo Urbano, Parques y Jardines y Mercados, Susi Ibáñez, reconoce a este diario la existencia del problema: “Somos conscientes de que estas conductas incívicas suceden y es difícil controlarlas, aunque estamos dispuestos, y lo vamos a hacer, a aplicar mano dura”. La edil explica que se está actualizando el marco normativo, tanto en lo concerniente a la “nueva ordenanza de tenencia de animales, que la estamos culminando”, como a “la ordenanza de limpieza, que estamos trabajando en su actualización”. Sobre los carteles, asegura que “depende de la Junta de Andalucía, pero los vamos a solicitar”. Justo este lunes, 12 policías locales se van a formar en el Colegio de Veterinarios en el marco de la nueva ordenanza.
También te puede interesar
Lo último
Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
El parqué
Álvaro Romero
Tono alcista
Opinión
Súplicas a los indepes
2 Comentarios