Entre una familia unida y la separación de Aguadulce
El apoyo sin fisuras de María Pintor, su esposa, ha sido determinante para configurar la carrera política de Amat
Si Gabriel Amat insiste hasta la saciedad que lo que hoy día es Roquetas de Mar es gracias a los técnicos de Urbanismo, al secretario, a intervención y a sus equipos de gobierno de los que afirma que “están muy implicados con el desarrollo del municipio para poder hacer yo todo lo que he hecho”, cierto también es que sin el apoyo de su familia habría sido imposible llegar a estas cotas de desarrollo político y personal.
Casado con María Pintor, el amor de su vida, tiene dos hijas (María del Mar y María Encarnación) y cuatro nietos de los que disfruta cuando la política le deja.
Una de sus principales aficiones es pasar ese preciado tiempo libre en su Cortijo de Las Lomas (Roquetas de Mar) donde a veces cocina una de sus especialidades como el cochinillo al horno para su familia y amigos. También se ha confesado amante del cine del oeste, que disfruta junto a sus nietos, cuando tiene un momento libre, que son pocos.
De su familia dice que “ha sido siempre la sufridora” porque ha tenido que vivir sabiendo que su presencia iba a ser, en muchas ocasiones, testimonial. Por eso afirma que “tengo la suerte de tener una familia que es la mejor que puede tener . Me han respetado y me han ayudado mucho durante toda mi carrera política y no es fácil”.
Él mismo ha confesado que lo mejor que le ha pasado en su vida política “es ser alcalde de su pueblo” y de ahí que su familia le haya apoyado en todo momento.
Y como alcalde no sólo ha sido responsable de ese crecimiento de la ciudad en población, también en servicios e infraestructuras como la Escuela de Música o el Castillo de Santa (véase la tabla adjunta con sus 25 grandes hitos en sus 25 años de mandato) y en otros quebraderos de cabeza aún más importantes como fue la posible independencia de Aguadulce de Roquetas de Mar.
Un movimiento que cogió fuerza con el partido INDAPA de José Porcel que llegó a tener representación durante varias legislaturas y que evidenció la tensión interna (que aún es palpable) que existe entre los núcleos de Roquetas de Mar y de Aguadulce separados por apenas siete kilómetros.
Amat cuenta que Porcel “me pidió la independencia de Aguadulce” y relata que “mi amigo Paco El Largo (otro paisano motivado por la misma causa que INDAPA) me daba siempre la lata con este tema y cuando llovía en las inmediaciones de la discoteca Samanta se embalsaba y aquello parecía una laguna. Y Paco El Largo siempre que pasaba eso ponía un cartel que rezaba Lago de Gabriel Amat. Y no era culpa mía, si no de Obras Públicas que no ejecutaba una obra en el bulevar para instalar una tubería que acabase con esas inundaciones. Cuando gobernó Aznar me reuní con responsables de Obras Públicas y construimos una tubería de desagüe y se acabaron los problemas”, señala.
“Si Aguadulce hubiese sido independiente nunca habría tenido todo lo que tiene. Allí se han hecho muchas cosas como en todo el término municipal. La gente de Roquetas habla de que en Aguadulce se hace mucho y viceversa. Yo tengo la obligación de defender a todo el mundo y velar por los intereses de mis vecinos de ambos núcleos”, concluye.
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