Los alumnos del IES Turaniana recogen 450 kilos de alimentos en un bingo solidario

Poniente

Para conseguir los cartones, se debía donar comida no perecedera al Banco de Alimentos

Han participado 200 estudiantes de 1º de ESO y los del Aula TEA

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Han recogido un total de 450 kilos de alimentos no perecederos del bingo solidario
Han recogido un total de 450 kilos de alimentos no perecederos del bingo solidario / Redacción

Roquetas de Mar/Los alumnos del IES Turaniana del municipio de roquetero se han volcado en un bingo solidario. En este se ha implicado el Departamento de Matemáticas junto con la colaboración del Banco de Alimentos de Roquetas de Mar. En este centro educativo hay una gran diversidad de alumnos de todas las clases sociales, pero la mayoría provienen de un entorno desfavorecido. Es precisamente esta cualidad lo que lo hace más significativo y digno de elogio.

En este bingo solidario han participado 200 alumnos de los seis grupos de 1º de ESO. Miembros de la organización declaran que “ha sido muy emotivo y emocionante ver cómo, sin obligación alguna, se ayudaban unos a otros, se felicitaban y se aplaudían solo por cantar ‘bingo’ y recibir una chapa que lo certificaba”. Por otra parte, este año el bingo solidario ha sido también inclusivo, dado que han participado los alumnos del Aula TEA, que son quienes presentan un Trastorno del Espectro Autista.

La mecánica de este bingo solidario es la siguiente: los cartones no se compran, para hacerte con uno de ellos es preciso donar alimentos no perecederos para el Banco de Alimentos de la ciudad. Cabe destacar que se ha recogido gran cantidad de alimentos, donados con mayor proporción por el alumnado más desfavorecido, algo que llama muchísimo la atención y es maravilloso. Según fuentes del Banco de Alimentos, han hecho récord en kilos recogidos, un total de 450 kilogramos. Es por ello que a este bingo se le llama “solidario”. Pero, ¿por qué es matemático? Pues porque los números que salen, no se extraen de un bombo normal, sino que son el resultado de pequeñas, y no tan pequeñas, operaciones matemáticas.

Los premios de este juego solidario era que si cantaban ‘línea’, les daban un bocadillo; si cantaban ‘bingo’ sería una semana entera de bocadillos en el recreo. Pero sin lugar a dudas, el mejor premio no era a título personal, sino los churros con chocolate al grupo más solidario.

La participación, la implicación, la diversión, el aprendizaje colaboración son valores que han estado presentes durante todo el tiempo de su realización. Valores que, tal vez, de otro modo “les serían más difíciles de alcanzar y que esperemos que se hayan quedado grabados en esos grandes corazones de personas tan pequeñas”, confiesan desde la organización. Añade que “la lección no sólo ha sido para el alumnado, también los mayores hemos podido ver la forma en la que se vuelcan nuestros niños y sus familias en algo tan digno de elogio como ayudar a los demás”.

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