Las ollas volaron en Sorbas, capital del mundo de lanzamiento
Cultura
El Ayuntamiento recupera este 2024 la tradición con un nuevo torneo mundial
Hornazos, hospitalidad y alegría, señas de identidad del Jueves Lardero en Gádor

“En otro mundo, pero a tu lado”, cantaba Los Secretos en una canción que es himno de un tiempo pretérito, la década de los noventa. En otro mundo era mejor estar ayer en Sorbas, donde se recuperó una tradición de siempre, la del ‘Día de las Ollas’, un torneo que ni el viento pudo cancelar. ‘Karlotta’ fue una invitada más a una jornada en la que se volvió a la diversión que durante generaciones puso al municipio en el mapa.
No fue en el Miércoles de Ceniza, como reza la tradición del municipio, sino en el sábado previo cuando un nutrido grupo de vecinos y curiosos se reunió para arrojar al infinito las ollas de cerámica defectuosas, que serían lanzadas al olvido después de haber sido guardadas durante todo un año por los alfareros sorbeños.
Y con recompensa. Al que más fuerza y destreza demostró en el noble arte del romper se le premió con cien euros y el honor de ser el ‘campeón del Mundo en Lanzamiento de Ollas’. A su vez, los tres mejores de cada categoría fueron distinguidos. Ganó, ante todo, la integridad física de todos los que se reunieron en el ‘Ollódromo’. Hubo, como en aquella época que es mejor no recordar de la pandemia, una prudencial distancia física. Diría incluso este cronista que a más de un metro y medio de los lanzadores se colocaron los asistentes, que supieron cuando animar y cuando callar.
El alcalde de la localidad, Juan Francisco González, se mostró en la presentación feliz de “recuperar y afianzar una de las fiestas más genuinas dentro del calendario festivo sorbeño. Se trata de una seña de identidad y una fiesta única, que sólo se entiende en las calles de nuestro pueblo”. Para que se pueda entender esa diversión tan curiosa como genuina, esta crónica.
La complicidad la busca el Ayuntamiento con las nuevas generaciones, a las que se les quiere transmitir la pasión por la fiesta de destrozar, tradición inquebrantable de una localidad. Ya en 2022 se intentó recuperar la costumbre y será en 2024 cuando alcance el cénit:el miércoles de Ceniza habrá misa, reparto de la sardina y, a medianoche, el lanzamiento de las ollas al suelo con el propósito de hacer añicos lo defectuoso. Uno de los días más importantes del año volverá a estar completo después de una larga espera. Restan aún cuatro días pero el ambiente ya es triunfal tras el torneo de ayer.
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