San José repele con éxito el noveno desembarco pirata del siglo XXI
NÍJAR
Unas 4.000 personas despidieron con aplausos la recreación de este asalto sucedido en el s. XVII
La puesta en escena, vistosa, duró 50 minutos y corrió a cargo de 250 vecinos del barrio, actores por un día
La novena edición del Desembarco Pirata de San José, celebrado en la tarde ayer, convirtió a la playa de esta pedanía nijareña en un teatro al aire libre, con papeles repartidos. El tiempo, con un cielo plagado de nubes respetó los 50 minutos de función. Los 250 actores que teatralizaron este hecho histórico del siglo XVIII se entregaron en sus personajes. Y el público, desafiando el frío, el viento y la amenaza de lluvia, no se amilanó y respondió a la convocatoria en un número cercano a las 4.000 personas.
El espectáculo finalizó entre aplausos a los protagonistas de esta recreación histórica como premio a meses de ensayos y de compromiso bajo la supervisión de Alberto Pozzoli y la Escuela Teatro y Cine Artenvacio.
La representación se cerró con el recuerdo y la dedicatoria de la presente edición y de las futuras a la figura de Marga Estebaranz, fallecida el año pasado, quien fue la madre espiritual y material de esta representación y presidenta de la Asociación Cultural Desembarco Pirata, constituida en 2013, que se encarga de su organización desde 2010 con la colaboración de Diputación y Ayuntamiento de Níjar.
La representación arrancó, tres minutos después de las 17:00 horas, con el reparto de los distintos puestos, de panadería, pescadería , telas y sedas, frutas y verduras, posada y la escuela. Continuó con las resoluciones del Comendador de la Villa de San José por las disputas entre los titulares de las pescaderías y de verduras por el olor podrido del pescado o entre las panaderas y los alumnos de la Escuela por la sustracción de bollos y dulces.
Veinticinco minutos después de iniciada la puesta en escena, hicieron acto de presencia los Marqueses de la Villa con su séquito. La marquesa dio por inauguradas las fiestas de San José y se comprometió a pagar todo un festín a su pueblo. Los vecinos se entregan a la fiesta bailando fandango almerienses, pero su felicidad se vio alterada por la presencia de los piratas que, en esta edición, llegaron a pie y no desembarcaron por el mal estado de la mar, por efecto del viento.
El guion continuó con el rapto a la Marquesa de la Villa y la petición de todo las joyas y oro de la corte para su liberación. Esta circunstancia obligó a actuar al a la Milicia de San José y se desataron las hostilidades con enfrentamientos a espada y florete entre las dos partes. Tras su liberación y “por haber salvado mi honor y el de la Villa, la propia Marquesa declara que esta fecha sea declarada como la de las fiestas de San José”. El espectáculo ha ganado en decorados, vestuarios, guion y escenografía. Tal es así que los organizadores han recurrido a un taller de costura propio, gestionado por mujeres, para crear el atuendo de cada personaje y ser más fieles con el vestuario de la época.
La representación recuerda un desembarco pirata, que según crónicas, ocurrió el s. XVIII, en San José. Las visitas de los piratas eran frecuentes, ya que elegían este lugar alejado y poco vigilado para reponer agua y víveres, pero en una de esas incursiones los piratas llegaron con malas intenciones y saquearon el pueblo. Los vecinos se rebelaron luchando contra los piratas. Carlos III promulgó un decreto por el que se construyó la batería de torres de vigilancia, desde Cartagena hasta Málaga, para proteger esta parte de la costa.
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