‘Antes muerta que convicta’, noventa minutos de risas y carcajadas en Mojácar
Ciclo Teatro
Se trata de un monólogo de Beatriz Rico, con la colaboración de Salomón y Pepa Rus l Llega este viernes a las 20:30 horas
Juana” abrIrá el ciclo municipal de teatro de la agenda de otoño
El ciclo municipa de teatro alcanzó su ecuador con la puesta en escena de laa divertida obra “La Familia del Anticuario” y afronta la tercera entrega de su agenda con la representación de "Antes muerta que convicta'. El precio de la entrada es de 3 euros y se pueden conseguir en la oficina de turismo de Mojácar Pueblo y en taquilla.
Esta obra tiene una duración de 90 minutos y su argumento cuenta la historia de Carolina quien cumple trabajos sociales limpiando teatros tras pasar varios meses en la cárcel. El que sigue dentro es su marido don Mauricio (Mauri), un empresario de altos vuelos que parece haber caído en desgracia desde su polémico matrimonio.
Carolina (al igual que su hermana, la viuda Patricia) dejó su pueblecito de Huelva para triunfar en Madrid, aunque su objetivo era muy diferente: casarse con un hombre rico. Una vez conseguido y tras un breve matrimonio, su vida da un vuelco y ambos se ven en la cárcel. Cuando ella es puesta en libertad y también se ve libre de la vigilancia de Mauri, se plantea su verdadero objetivo: entrar en un concurso de la tele. Más motivada que nunca se presenta al casting.
Siguiendo en la línea de la existosa “Mejor Viuda Que Mal Casada”, la función lleva un ritmo trepidante de gags, reflexiones absurdas y situaciones disparatadas que provocan el momento perfecto para desmenuzar con humor la vida en pareja y sus complicaciones, las eternas diferencias entre hombres y mujeres que suelen ser motivo de trifulca, la importancia de luchar por los sueños y las neuras que todos vivimos en el día a día, demostrando que no tomándonos tan en serio y sabiendo reírnos de nosotros mismos, la vida es un puro chiste.
Con la colaboración del cómico Salomón y de la actriz y directora Pepa Rus, Beatriz consigue un monólogo vertiginoso a golpe de gags, imitaciones, chistes e inesperados flashes musicales, y sobre todo, carcajadas. También hay un pequeño espacio para la ternura y la verdad cuando la actriz habla al público con el corazón en la mano de cómo ha cambiado su vida y sus prioridades según ha cumplido años, un pequeño inciso de verdad y reflexión para retomar rápidamente el personaje que le ha traído hasta el teatro y arrancar carcajadas continuas que, al fin y al cabo, es lo que la función pretende: hora y media de risas y diversión. La obra huye del monólogo típico y el público interactúa de forma directa” cuentan crónicas de representaciones anteriores en la geografía estatal.
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