La mejor amiga de una vecina de Cuevas del Almanzora, una gaviota rescatada

Naturaleza

Mari Carmen Nieto ha cuidado al animal desde que era un polluelo, después de que el SEPRONA no se hiciera cargo al tratarse de una especie invasora

El animal se marchó hace unos días y la rescatista pide a los vecinos que si la ven, le avisen, para saber que se encuentra en buen estado 

Almería da por controlada la población de gaviotas y aborda el proyecto piloto de las cotorras

El animal rescatado en el interior del domicilio de Mari Carmen Nieto. / D.A.

28 de julio 2024 - 04:00

 “Estábamos en la costa de Villaricos y vimos una bolita en medio de la carretera, era una cosa muy pequeña, como un peluche, sola, sin ninguna otra de su especie alrededor. Todos los coches pasaban de largo, así que decidí llevármela, porque al final la iban a atropellar”, así relata Mari Carmen Nieto como conoció a la que se convirtió en su fiel compañera durante los últimos dos meses, una gaviota.

La mujer, natural de Cuevas del Almanzora, asegura que siempre ha sido muy amante de los animales. Ya había rescatado en otras ocasiones un búho real y un águila, pero el SEPRONA siempre había acudido para llevárselos al recibir su llamada de alerta. Sin embargo, como este animal se trata de una especie invasora, el Servicio de Protección de la Naturaleza no se encarga de introducirlos. “Me dijeron que la dejara por ahí, pero de eso nada, le advertí que iba a cuidarla y me respondieron que hiciera lo que quisiera”.

Gaviota en el momento de su rescate. / D.A.

Mari Carmen, poco a poco, fue descubriendo las necesidades de su querida ave. Un poco por instinto e intuición, pero también estudiando sobre estos animales y buscando información en internet. Diariamente, recogía su comida del supermercado, un menú de pescado fresco que ya le tenían preparado. “Generalmente, le daba boquerones frescos, sin raspa y a trozos, pero le gustaba todo, los higos y las brevas eran su debilidad, cuando yo me ponía a comerlos siempre acababa dándole alguno”. Aunque, últimamente, ya no se lo ponía tan fácil, “tenía que aprender a buscarse la vida ella sola, porque en libertad las cosas son más complicadas. En lugar de darle la comida en la mano, le ponía los peces en el barreño que tenía con agua, para que, por lo menos, los cogiese ella sola”.

La gaviota, a la que cariñosamente apodan ‘Pequeña’, tenía un recinto en el exterior, en una piscina que se encuentra vacía, donde podía resguardarse del sol debajo de una estructura creada a partir de una cama elástica, y mojarse en barreños con agua, aunque en las horas de más calor, Mari Carmen confiesa que no podía resistirse a llevarla al interior del domicilio con aire acondicionado. “La gaviota jugaba con mis dos perritas chihuahuas, era una más de la casa. Por la noche, me sentaba en el borde de la piscina, y ella volaba hacia arriba y después bajaba para estar conmigo, apoyaba su cabeza en mi pierna, era muy cariñosa”.

El ave junto al marido de Mari Carmen. / D.A.

Hace unos días, el animal se marchó volando, pero apareció al poco tiempo. “Yo siempre la llamaba con un típico silbido al que ella me contestaba. Salí a buscarla y al llamarla volvió, con la cabeza gacha, pidiendo comida y agua”. Después de este suceso, Mari Carmen, junto al resto de su familia, se dirigieron hasta la playa para intentar liberar al ave, pero no lo consiguieron, no quería irse.

Ahora, la gaviota ha vuelto a marcharse, esta vez en dirección al pantano de Cuevas del Almanzora, y no ha aparecido desde entonces. “Estaba muy nerviosa, se notaba que quería volar, íbamos a volver a llevarla a la playa, pero no nos dio tiempo”. “He puesto un anuncio para avisar, por si entra en algún patio, que nadie se asuste, no es agresiva. Que le pongan agua y la dejen, que ya se irá o que me llamen a mí, voy hasta Almería a recogerla si hace falta. Si algún vecino la ve que me avise, para saber que está bien y quedarme tranquila. Se puede identificar, ya que todavía no ha mudado el plumaje, continúa siendo de color marrón en lugar de blanco”.

La intención de su rescatista siempre fue reintroducirla en la naturaleza, aunque ahora que se ha ido, Mari Carmen siente mucha pena “la voy a echar de menos, pero sé que es lo mejor, tiene que estar con los suyos”, concluye con voz quebradiza.  

No hay comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último

La Catedral de Almería en la vida de… José María Verdejo Lucas (Doctor en Historia)

La Catedral de Almería, hacedora de nuestra Historia