Joaquín Gilabert restaura el cuadro más antiguo conocido de la Virgen del Saliente de Albox

Almanzora

Durante la intervención, el restaurador encontró una inscripción en el reverso de la obra que la data en 1875

Miles de peregrinos acuden al Saliente, en Albox, para celebrar el día grande de "la Pequeñica"

Imagen del cuadro de la Virgen del Saliente restaurada / Diario de Almería

Entre los años 70 y 80 del pasado siglo, el entonces párroco de la iglesia de Santa María de Albox, Antonio Rueda Moreno, llegó a un acuerdo con un influyente vecino de la localidad, Cristino Mirón Sánchez, para colocar una pintura de la Virgen del Saliente que obraba en poder de su familia, en el altar mayor de la iglesia para que así pudiera ser vista y disfrutada por todos los devotos de la patrona del municipio. La historia de este cuadro, perdida entre varias generaciones de la familia Mirón, ha sido ahora revelada tras la intervención del reputado conservador-restaurador almeriense Joaquín Gilabert, que ha descubierto una inscripción en el reverso de la obra que demuestra que se trata de la pintura más antigua conocida de la Virgen del Saliente.

El artesano ha relatado en conversaciones con Diario de Almería que en algún momento, décadas atrás, la obra sufrió algún tipo de percance o caída que la dejó en bastante mal estado y el año pasado, una persona que frecuentaba los servicios religiosos de la iglesia de Santa María se puso en contacto con él para que realizara una valoración de la obra, "acudí a la iglesia para ver el cuadro y sí, era perceptible que el estado de conservación no era el adecuado, así que recomendé que se estudiara realizarle una intervención, no necesariamente tenía que ser yo el que lo hiciera, pero sí una persona especializada en conservación y restauración de obras de arte para garantizar un resultado satisfactorio. Finalmente la familia decidió que la obra quedara en mis manos", cuenta.

El cuadro llevaba desde alrededor de la Semana Santa en el taller de Gilabert, ubicado en su Arboleas natal, esperando pacientemente su turno para ser restaurado, la obra presentaba bastantes desperfectos como "pérdida de estratos pictóricos, levantamientos de policromía, barnices alterados, repintes y suciedad superficial", además, en el momento del percance, el lienzo se rajó en varias zonas y había señales de que se había intentado reparar anteriormente de manera inadecuada, "aunque cada obra presenta sus propias problemáticas y su propia dificultad, suele haber elementos comunes, por ejemplo, todas presentan suciedad o barnices alterados y el 99,9% de ellas tienen intervenciones anteriores que normalmente hay que eliminar, como en este caso, después de la caída y la rotura del lienzo se intentó reparar, imagino que con la mejor de las intenciones aunque no fuera el método correcto, con trozos de tela y adhesivos en el reverso de la obra para luego taparlo con una tabla", explica.

El proceso de eliminar anteriores intentos por reparar o mantener una obra de arte es, como comenta Gilabert, bastante común; a menudo el restaurador elimina aquello que se haya colocado de manera amateur o poco ortodoxa, lo sustituye por una técnica más eficaz y termina el trabajo sin mayores contratiempos. A veces, no obstante, este proceso puede revelar un auténtico tesoro, al levantar la tabla de madera que se había colocado en la anterior intervención para reforzar la pintura en caso de que volviera a caerse, apareció una inscripción de la persona que encargó el cuadro, se trata de Manuel Giménez García, presbítero de Cuevas y, según la web somosalbojenses.com, ancestro de Cristino Mirón, quien firmó un acuerdo para ceder el cuadro a la iglesia de Santa María de Albox. "Se trata de un documento histórico muy importante porque también se puede ver el año en el que se realiza la inscripción, 1875, convirtiendo a esta pintura en la más antigua de la que se tiene constancia de la Virgen del Saliente", explica Gilabert.

Tras quitar la tabla se descubrió la inscripción de Manuel Giménez en 1875 / Diario de Almería

Tras un mes de intervención, la obra ya vuelve a presidir el altar mayor de la iglesia de Santa María de Albox para disfrute de los vecinos y así seguirá siempre y cuando se cumpla la condición que Cristino Mirón puso a Antonio Rueda cuando la familia cedió el cuadro a la parroquia: mientras el cuadro permanezca a la vista de los vecinos en el altar del templo, la iglesia de Santa María podrá seguir contando con su presencia, pero si en cualquier momento dejara de estar expuesto, este deberá volver con la familia Mirón, sus legítimos propietarios.

Joaquín Gilabert ha hecho del arte su vida

Gilabert lleva más de 20 años conservando y restaurando obras de arte, es el restaurador de la Fundación Ibáñez-Cosentino y ha colaborado con museos de toda Europa destacando el Museo Picasso de París y también el Museo Picasso de Málaga. Esta no es la primera vez que se ve las caras con una pieza albojense; la propia "Pequeñica", la imagen de la patrona de Albox ubicada en el Santuario del Saliente que recibe cada año a miles de peregrinos, pasó por sus manos hace una década para ser restaurada. "No se trata solamente de intervenir las obras, la conservación preventiva también es fundamental cuando hablamos de movimientos o traslados de obras de un museo a otro", cuenta.

Actualmente está trabajando en el Cristo Yacente del Paso Negro de Huércal-Overa y, además, como restaurador de la fundación, ha colaborado en el montaje de la exposición temporal del MUREC "Sorolla y el renacimiento de la pintura valenciana".

Pero si hay una obra que ha marcado la trayectoria profesional de Gilabert, sin duda se trata del Cristo de Caña de Maíz de la localidad de Bornos, en Cádiz, "yo disfruto muchísimo con mi profesión y hay muchas piezas que recordaré siempre con cariño, pero a esta no la olvidaré nunca, tanto por su complejidad como por su rareza, ha sido la pieza de mi vida". Según cuenta el restaurador, se trata de una escultura venida de México a mediados del siglo XVI realizada fundamentalmente en caña de maíz y papel y la intervino desde el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de Sevilla a raíz de una encomienda de la Dirección General de Bienes Culturales, "fueron 14 meses de intervención y fue un trabajo precioso, hubo que investigar muchísimo porque la pieza estaba sobre un soporte poco habitual en España".

Después de haber recorrido medio mundo, Gilabert ha vuelto a sus orígenes y establecido su taller en Arboleas, su pueblo, desde donde trabaja la mayor parte del tiempo, "hay veces que trabajo 'in situ', por ejemplo, la Virgen del Saliente la restauré en el propio santuario, me fui a vivir a Bacares unos meses para restaurar el Santo Cristo del Bosque, hay veces que es necesario ir a la pieza, pero, por lo general, las piezas vienen a mí", termina.

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