Juan Francisco Duarte, alcalde de Íllar: "Estamos deseando que abra el bar. No tenemos ninguno"
Alpujarra
La concesión a una concejala del Ayuntamiento de la explotación del bar de la piscina ha generado polémica. El regidor lo tiene muy claro: "Todo es totalmente legal"
Polémica en Íllar por la adjudicación del bar de la piscina a una edil del equipo de Gobierno

El pequeño municipio de Íllar, con poco más de 500 habitantes, se ha convertido en estos últimos días en foco de actualidad por la reapertura del bar de la piscina municipal. Una instalación que volverá a dar vida a un pueblo que llevaba meses sin un lugar donde tomarse una caña de cerveza bien fría con una tapa de migas. "Estamos deseando que abra el bar. No tenemos ninguno", explica a Diario de Almería su alcalde, Juan Francisco Duarte.
Pero lo que podría ser una noticia de gran relevancia para esta localidad de la comarca del Medio Andarax, toda vez que supone la puesta en marcha de un nuevo adalidad frente a la temida despoblación, ha tornado siendo motivo de polémica por la persona que regentará ese anhelado local para los vecinos de Íllar. Se trata de una edil del equipo de Gobierno del Ayuntamiento, María Cristina Lao, que se ha hecho con la concesión del bar de la piscina municipal tras obtener la máxima puntuación en la licitación que puso en marcha la entidad local.
Duarte tiene muy claro que "todo es totalmente legal" y esa sensación "de que estamos dando la concesión a dedo no tiene sentido alguno porque en el expediente del proyecto para su explotación, la oferta de Cristina era la mejor porque aportaba más medios humanos (cuatro personas van a trabajar en el bar) y un horario de apertura más amplio", explica.
"A mí se me cae la cara de vergüenza cuando veo que mis vecinos están comiendo en el bar de Bentarique. Y yo quiero que estén en el mío. Por eso teníamos muchas ganas de que volviese a abrir. Y me duele que la polémica venga porque lo va a explotar Cristina. Podría haberlo licitado el marido y sería lo mismo pero no se habría hecho tanto ruido. Pero el expediente está ahí y todo es totalmente legal. Su oferta era la mejor y cuando dos funcionarios, el secretario y yo tuvimos que elegir el proyecto, sin saber de quién era, este nos pareció el mejor", sentencia.
El regidor detalla que había tres ofertas y que "simplemente se eligió la mejor para nuestros vecinos". Y tiene claro que Cristina "lo hará muy bien" porque "ya hace unos años regentó este bar y por temas personales se quedó luego con el bar de la piscina de Bentarique y ahora regenta el de la plaza de ese mismo pueblo. En un par de semanas volverá a Íllar, que es donde vive, y podrá trabajar aquí. Mis vecinos están muy contentos porque ahora no tendrán que ir a Bentarique", confiesa.
Duarte relata que el bar se cerró por enfermedad de la persona que anteriormente se encargaba de su explotación y necesitaban licitar el nuevo contrato y "es motivo de alegría que por fin tengamos una persona que se va a encargar de ello. Todo el mundo está contento con que vuelva Cristina" pero añade, "siempre respetando la legalidad del proceso en el que hay informes jurídicos con cláusulas que en ningún caso se han hecho a su medida. Ha ganado el mejor para el pueblo".
Así es el pliego de cláusulas administrativas
De acuerdo al pliego de cláusulas administrativas de esta licitación, se trata de la "concesión administrativa de uso privativo" de este "bien de dominio público" situado junto al recinto de la piscina municipal y la pista polideportiva de Íllar; una edificación de una planta, dotada con dos aseos ,cocina y salón, con una superficie construida de 72,90 m2, y una "amplia terraza propiedad municipal que sirve de ensanche para la colocación de mesas y sillas".
En concreto, se trata de una concesión demanial para el desarrollo de la actividad como "kiosko-bar sin música para la venta de refrescos, bebidas y alimentos permitidos", en este inmueble que "no está equipado, por lo que la persona adjudicataria deberá de proveerlo de todos los muebles y utensilios necesarios para el desempeño de la actividad a su cargo".
La tramitación de esta licitación ha sido además urgente, según explica el mismo consistorio, "debido a que en actualmente no existe ningún otro negocio dedicado a la actividad de Bar, teniendo en cuenta que el único servicio de bar que tenia el municipio ha cerrado recientemente y la necesidad de contar con ese tipo de servicio en el municipio".
El Ayuntamiento, por otro lado, ha fijado un canon anual de 4.800 euros anuales, actualizables de acuerdo al IPC; un canon que "será abonado mensualmente en los cinco primeros días de cada mes". "El abono del canon no exime del deber del concesionario de abonar el importe de los daños y perjuicios que se causaren a los bienes municipales como consecuencia del ejercicio de las facultades de la concesión", añaden los pliegos de cláusulas.
Debido al importe de la licitación, superior a los 9.600 euros, el gobierno local determinó que el órgano competente para efectuar la contratación y tramitar el expediente era el propio alcalde, Juan Francisco Duarte. Un contrato con dos años de duración, sin prórroga tácita, aunque sea posible prorrogarlo "de mutuo acuerdo entre las partes por periodos de duración inferior al fijado".
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