Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
Medio Ambiente
Los vecinos de Huércal de Almería tienen desde el mes de julio unos nuevos vecinos en su municipio. Se les conoce habitualmente como ‘árbol del fuego’, aunque su nombre exacto es ‘Detonix regia’. Se plantaron en julio, aunque no florecerá hasta dentro de unos años. Es un trabajo de largo aliento. “Ismael (Torres, el alcalde) siempre me dice ‘hay que reforestar, reforestar’”, cuenta María del Mar Fernández, edil del equipo de Gobierno de este municipio del Bajo Andarax.
Se plantaron dieciocho árboles de esta especie, un “capricho”, resume la concejal, pues eran especialmente del agrado de quienes dirigen los designios de la localidad. “Son unos árboles muy bonitos, con una flor característica roja de color arananjado”, describe.
La tarea de reforestación tuvo su epicentro en el mes de julio, con la plantación de estos árboles, aunque continuará en los próximos meses, una vez superada la aridez característica de la época estival. “Ya tenemos planes para reforestar otras zonas del municipio”, detalla, aunque las vías concretas de actuación no han sido aún detalladas.
A los flamboyanes, como se les conoce también a este ‘árbol del fuego’, les tratan con el mimo que solo tendrían unos padres con sus hijos. “Es como si fueran nuestros niños, ya les vemos que ‘van para arriba’”, dice con un marcado toque de orgullo Fernández, encargada de que las zonas verdes del municipio tengan una nueva vida.
Todos los barrios del municipio vivirán la ‘pasión verde’ en los próximos meses. “Nuestra idea es reforestar lo máximo posible, aunque no en todas las zonas pondremos estos flamboyanes”, asegura, entendiendo la importancia de revitalizar con más árboles un momento complicado para el planeta por la cuestión del cambio climático. “Cuanto más verde pongamos, más pulmón para el municipio”, recalca. Ella lo tiene claro.
Los flamboyanes se han instalado en la salida de la autovía, dirección hacia El Potro, es donde están situados. Una imagen que, cuando hayan florecido, marcará la entrada al municipio para los conductores. Para eso habrá que esperar. “Ahora estamos viendo a ver si cuajan, que se hagan un poquito más grandes”, dice. El que ya cuajó es su ‘hermano mayor’, el único árbol del fuego que había hasta ahora en la localidad, ubicado en el barrio de La Fuensanta, que da cobijo a todo el que quiere pasar por ahí. “Se ve tan bonito cuando florece”, cuenta. La buena acogida que tuvo esta primera experiencia, les llevó a decantarse por esta especie.
“Es una tarea incesante” la de reforestar, aunque no siempre sale como uno esperaba. Hay contratiempos. “Hay algunos que no cuajan, hemos tenido que quitar los ficus de la calle Arcilla porque tienen unas raíces muy invasivas y estaban haciendo pedazos el saneamiento”, explica. Se pondrán, aunque sin un plazo previsto aún, nuevos árboles de otra especie. En esta vía del barrio de Los Pinos acaban de terminar las obras del Plan de Asfaltado, que han provocado restricciones al tráfico durante la última semana.
Los colegios tendrán un papel fundamental en la reforestación. “Vamos a plantar en todos los centros educativos y que luego los niños tengan la obligación de cuidar ese árbol”, explica. Será dentro del recinto o en sus alrededores, según la casuística de cada espacio de enseñanza. “Queremos concienciarlos de que cuanto más verde haya, mucho mejor”, detalla. Será un plan que se desarrollará en los próximos meses y que se sumará a la presencia de los huertos urbanos que ya hay en los cuatro recintos, un espacio que les permite aprender más sobre hortalizas y ‘contagiarse’ de la pasión por la alimentación saludable.
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