Aquellas ferias de Berja de los años setenta
Provincia
Hoy, día 2 de agosto, leo el Pregón de la Feria y Fiestas de mi pueblo, Berja, una “ciudad monumental” como reza un reclamo turístico actual, que obtuvo el título de “Ciudad” por concesión del rey Alfonso XII en el año 1876. Esta circunstancia hace que retrotraiga mis recuerdos hasta mediados los años setenta del pasado siglo
La Feria de Berja de 1974
En aquellas lejanas fechas, acababa de tomar posesión como concejal del Ayuntamiento de Berja durante el mandato del alcalde (ya fallecido) José Alcoba Enríquez, procurador de los Tribunales, quien me integró en la Comisión de Festejos, que presidía Diego Moya Luque, tratando de revitalizar la Feria y fiestas del pueblo, una Feria que entonces se celebraba en el mes de septiembre, coincidiendo con las fiestas patronales en honor a la Virgen de Gádor.
Sin embargo, en el año 1974 se pasaron al 7 a 11 de agosto, debido a la coincidencia en las fechas con las de otros municipios vecinos, que también las celebraban en el mes de septiembre: Adra (la primera semana de septiembre en honor a San Nicolás de Tolentino); Laujar de Andarax (la segunda semana de septiembre en honor a la Virgen de la Salud); y, sobre todo, Dalías (la tercera semana de septiembre en honor al Cristo de la Luz), con la que rivalizábamos en la duración de la traca final. También fue “por considerar esta estación del año más idónea para tal fin”, según reza el acuerdo municipal.
En realidad, de lo que se trataba era de aprovechar la inyección económica que suponía el regreso de los vigitanos emigrados a Cataluña en la década de los años setenta. Todavía se conservaba el papel mercantilista que tenían todas las Ferias. Las demás motivaciones eran secundarias.
De aquella Feria aún se recuerda la actuación de Las Mayorettes Mont de Marsan, un grupo de jóvenes francesas que, con sus faldas cortas, sus altas botas, sus tocados napoleónicos y sus movimientos sensuales, provocaron toda una revolución en la juventud virgitana de los años setenta.
Además, se instauró la costumbre de nombrar y elegir a la Reina de las Fiestas y a sus Damas de Honor (infantiles y juveniles). Ahí debuté yo, imponiendo las bandas a dos Damas infantiles de entonces en la Caseta Municipal instalada en el Paseo de Cervantes, según se puede testimoniar con las fotografías que acompañan a esta información.
La Feria de Berja de 1975
Esta Feria fue peculiar, ya que por primera vez se programaron Festivales de Teatro y de Música en los Jardines del Paseo de Cervantes. La Comisión de Festejos la integrábamos tres jóvenes concejales veinteañeros: María de Gádor Sánchez González (que meses después sería nombrada alcalde de Berja), Federico Martín Fernández y José Ruiz Fernández. Y fue muy peculiar porque, en mi condición de concejal delegado de Cultura, organicé una reunión de poetas andaluces para dar respuesta a los versos de Rafael Alberti (entonces exiliado en Roma) “¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora?”, siguiendo la banda sonora del grupo “Aquaviva”.
Por el escenario montado por la organización desfilaron los poetas Juan José Ceba, Ángel Berenguer Castellary y Julio Alfredo Egea (Almería); los poetas de Granada (Juan de Loxa y Pepe Heredia Maya); y los poetas de Málaga Manuel Alvar Ezquerra y Joaquín Lobato. No pudo asistir Alfonso Canales, que envió un telegrama de adhesión a la velada poética desde Málaga, así como Rafael Pérez Estrada (presidente del Ateneo de Málaga). Presentó el acto el poeta y escritor granadino José G. Ladrón de Guevara.
Hay que recordar que en el mes de agosto de 1975 todavía vivía Franco, y se ejercía una censura feroz ante cualquier manifestación cultural o artística, con el peligro de que la velada terminara con fuertes sanciones económicas o algunos procesamientos ante el Tribunal de Orden Público que existía entonces.
Ante un público que se había congregado en el patio del colegio “Andrés Manjón”, con la asistencia de más de 1.000 personas, los poetas declamaron sus versos hasta que Juan de Loxa intervino con una grabación sonora: “Se prohíbe el cante”, reivindicando el derecho a la libertad (“¡freedom. freedom, freedom!”), mientras sonaban los acordes de “Libertad sin ira”, del grupo Jarcha, incidente que afortunadamente no generó consecuencias represivas o económicas algunas.
La velada poética terminó con la actuación del grupo de música “folk” almeriense “Cal y canto”, y el añorado Fausto Romero Giménez pudo leer con normalidad su primer Pregón de la Feria de Berja en el año 1975.
Tres meses después, Franco agonizaba y moría en la cama. Y casi nueve meses más tarde moría en la playa de San Miguel el joven Javier Verdejo, tras caer abatido por el disparo de un guardia civil, mientras realizaba una pintada con el siguiente texto: “Pan, Trabajo y Libertad”. Comenzaba una nueva etapa en España: la Transición hacia la Democracia. Pero esto lo dejo para un futuro artículo.
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