Éxito de participación en la marcha que conmemora uno de los mayores misterios de Laroya
Almanzora
La II Marcha Popular Los Fuegos de Laroya se celebró el pasado sábado
Los enigmáticos 300 Fuegos inspiran la II Marcha Popular de Laroya
El pasado sábado se congregaron decenas de senderistas para realizar la II Marcha Popular Los Fuegos de Laroya, un recorrido que conmemora los 300 incendios que sufrió el municipio durante el verano de 1945 y a los que nadie ha podido encontrar explicación a día de hoy.
La ruta consistió en una actividad de senderismo y marcha nórdica con dos modalidades principales, un recorrido de 7 kilómetros y otros de 24 kilómetros, para personas con más experiencia, con el objetivo de "disfrutar del patrimonio natural y paisajístico" de Laroya y dar a conocer la historia y diversidad natural del municipio. Aunque el recorrido tuvo lugar mayoritariamente dentro del término municipal de Laroya, visitando puntos como el Reul Alto o la Piedra de Juan Felipe, también cruzó sus fronteras para adentrarse brevemente en municipios como Sierro o Macael. Al finalizar el recorrido, los participantes se reunieron en un bar de la localidad para reponer fuerzas con unas contundentes migas.
A través de sus redes sociales, el Ayuntamiento de Laroya ha manifestado su agradecimiento "al Área de Deportes de la Diputación Provincial de Almería y a los clubes organizadores Cóndor y Las Menas por todo su esfuerzo en llevar a cabo esta prueba con tanto cariño".
Los Fuegos de Laroya, un misterio aún por resolver
La II Marcha Popular Los Fuegos de Laroya pone en valor los sucesos acaecidos el 16 de junio de 1945 cuando, de manera enigmática y durante un mes, se declararon más de 300 incendios en diversas ubicaciones del municipio y el 24 de junio, más de un centenar. En 2025 se cumplirán 80 años de este extraño suceso sin que nadie haya sido capaz desentrañar este fenómeno.
Meteorólogos, sismólogos y geofísicos llegaron hasta Laroya para intentar descubrir las causas de estos enigmáticos fuegos y no pudieron encontrar pruebas de trastornos geológicos, actividad volcánica, fenómenos eléctricos, ionización de la atmósfera o radiaciones solares, por lo que cabe la posibilidad de que se produjeran por la mano del hombre. Un monumento conmemorativo dedicado a este fenómeno se levanta ahora en la plaza del pueblo y actividades como esta marcha mantienen viva su memoria.
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