El esparto, una técnica ancestral que vuelve a estar presente en Canjáyar

Alto Andarax

Lo hace con fotos para recuperar la memoria sobre un oficio en peligro de extinción

El año pasado se hacía la primera jornada dentro del Día del Aceite y las Empresas

La piscina municipal de Canjáyar abre finalmente sus puertas este verano

Museo del Esparto, ubicado en Níjar. / Marian León

Quedan ya pocas manos que trabajen el esparto, unas fibras extraídas de las gramíneas que servían hace décadas para crear diversos productos como alpargatas o a los animales. “Va asociado a burros, mulos y caballos y aquí siempre ha habido muchos, eran imprescindibles para ir por los caminos complicados y sacar la uva”, cuenta José Luis Vázquez, quien ejerce como teniente de alcalde en Canjáyar y concejal de promoción de la Villa.

Quiere poner en valor el trabajo que durante generaciones realizaron los canjilones, una huella que ha quedado para la posteridad en sus trabajos. “Aquí hemos tenido grandes talabarteros, este ha sido un oficio con trayectoria”, rememora. Los talabarteros eran auténticos artesanos del cuero y de otros materiales.

Con el buen propósito de fomentar la memoria, esta semana se ha lanzado la convocatoria. Se pide a los canjilones, así lo han hecho desde las redes sociales del Ayuntamiento, que rebusquen en su álbum fotográfico para encontrar retratos que muestren toda una vida dedicada a este oficio. Los recuerdos de una localidad saldrán a flote en un evento que tiene la vista puesta en el Día del Aceite y las Empresas, que se celebrará este noviembre por segundo año. El pasado año acudió gente de casi todas las provincias, más de treinta expertos, incluyendo a la única talabartera en activo de Andalucía.

Vázquez se marca como objetivo seguir apostando por honrar a quien se dedicó al esparto, fuera de este encuentro regional, el primero organizado, que abrió el camino para realizar más apuestas por el sector. “Este año los talabarteros van a hacer diferentes diseños y nos han dicho que están dispuestos a donarlo al Ayuntamiento”, promete. La idea es crear, en la Casa Consistorial canjilona, una exposición que vaya creciendo poco a poco y que sirva de punto de referencia. Invita a que, todo el que lo desee, se pase, pues anuncia que “es muy curioso de ver, el año pasado me quedé sentado al lado de ellos para ver como trabajaban y hacían las figuras”, rememora. 

Una de las grandes figuras que quedan en Canjáyar como trabajador del esparto es José Simón Clares, quien “es muy imaginativo, quiere hacer un photocall este año con un corazón de esparto”, le define el concejal. En la exposición permanente la idea es que pueda ceder, así lo defiende Vázquez, todos los trabajos que ha hecho, con el objetivo de que sea motivo de disfrute para todos los vecinos y para quienes decidan acercarse a esta localidad, que tiene en la mira diversas actividades para seguir atrayendo al público almeriense, como es una demostración de una fundición real o un museo temporal al aire libre. Será ya para otoño, cuando pasen las vacaciones estivales.

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