Un policía local de El Ejido, en el corazón de la tragedia: "Encontrar vida es algo increíble"
Sociedad
El agente Francisco Manzanares se adentra en la zona cero de la DANA para ser uno más en las labores de rescate antes de formar parte de un contingente de 16 efectivos enviado al municipio de Alfafar
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Su nombre es Francisco Manzanares; su profesión, la de policía local en El Ejido. Él, como tantos otros, no ha sido ajeno al dolor y al sufrimiento causados por la trágica DANA que ha arrasado la provincia de Valencia. Y él, como tantos otros, ha decidido arremangarse y ayudar para que entre el lodo y el barro emerja un halo de esperanza entre quienes lo han perdido todo al paso del temporal más crudo de este siglo.
Francisco disfrutaba de unos días de asueto cuando la gravedad del suceso le puso en alerta. No dudó en agarrar su coche y partir hacia Valencia en los momentos en los que la incertudimbre lo invadía todo. La realidad al adentrarse en la zona cero de la tragedia supera cualquier expectativa que uno pueda tener, tal y como cuenta Manzanares a este periódico. "Cuando llegas todo es destrucción y caos; todo estaba lleno de barro, coches volcados, comercios con las puertas destrozadas y solo ves linternas y escuchas sirenas. Fue bastante impactante", asevera. Pero, superado el impacto inicial, no queda otra que ponerse manos a la obra y ser uno más en las labores de rescate junto a bomberos, policías locales y miembros de Protección Civil y la UME.
El objetivo inicial es claro: encontrar a personas desaparecidas que hayan podido quedar atrapadas en vehículos o bajo los escombros. Bajo esta premisa, Manzanares ha podido vivir la doble cara de la moneda, hallando cuerpos sin vida, en unos casos, y supervivientes, en otros. "Encontrarte un fallecido supone la mayor de las tristezas. Por el contrario, dar con alguien vivo es una sensación increíble, porque has encontrado vida y eso te motiva a seguir trabajando", cuenta.
Y es que son muchas las emociones que uno experimenta cuando entra de lleno en esta realidad. La solidaridad y el agradecimiento de los ciudadanos que están al pie del cañón, afanándose en abrirse paso entre el desastre, abruman. Tanto, que un pequeño fulgor es recibido como una auténtica bocanada de aire fresco. "El domingo, antes de volver a casa, vimos cómo la luz de un quinto piso se encendía y la gente aplaudía emocionada", rememora el policía ejidense.
En estos casos, abunda, queda en un segundo plano el bagaje y la destreza que, como miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, uno haya podido adquirir durante su trayectoria. "Actuamos por instinto, por corazón", aclara un Manzanares que aseguraba haber dormido alrededor de cuatro horas en las últimas 72. "A pesar de estar agotado, el cuerpo y la mente te dicen que puedes ayudar más", concreta.
Al frente de un operativo llegado desde Portugal
Y es en esa labor de ayuda humanitaria en la que se ha visto implicado el policía durante sus primeros días en Valencia, en los que ha llegado incluso a coordinar un operativo de emergencias llegado desde Portugal tras un viaje por carretera de 14 horas. Ante una catástrofe de tal magnitud, la barrera idiomática queda aparcada e impera el lenguaje universal del trabajo en equipo y la solidaridad. La tarea a desempeñar así lo requería: buscar personas que pudieran haber quedado atrapadas en vehículos y marcarlos con una equis o una uve en función de si habían dado con ellas o no.
Así, Francisco emprendió el domingo un breve viaje de vuelta a El Ejido, porque en la tarde noche de este lunes un contigente formado por 16 agentes de la Policía Local ejidense, entre el que se encontraba Manzanares, emprendió su marcha hasta Alfafar, uno de los municipios valencianos más castigados por la DANA.
Los efectivos, que se encontraban en sus días de descanso, se han desplazado en cinco vehículos policiales, van equipados con EPIS, llevan guantes y mascarillas, además de picos y palas facilitados por DUE y se integrarán en dos turnos de trabajo de doce horas, de 8:00 a 20.00 horas y de 20:00 a 8:00 horas.
El alcalde, Francisco Góngora, ha querido agradecer personalmente la solidaridad de los voluntarios, “estamos muy orgullosos del compromiso que han demostrado estos profesionales que durante, al menos, una semana van a ayudar en medio de esta catástrofe a quien más lo necesita ahora mismo, en tareas de seguridad, limpieza y logística y otras que allí se les designen”.
De igual modo, el regidor ha querido agradecer “la solidaridad de todo el pueblo de El Ejido, que durante todo el fin de semana ha estado realizando sus aportaciones de ropa, alimentos no perecederos, agua y productos de limpieza e higiene, así como de los voluntarios de Protección Civil que se han encargado de recoger, clasificar y empaquetar todas las donaciones”.
Este tipo de catástrofes, concluye Manzanares, han de tener un marcado componente concienzador. "Es importante que la gente atienda a las alertas meteorológicas", aduce, al tiempo que no puede sino agradecer la solidaridad que está mostrando la ciudadanía y la implicación del conjunto de la sociedad y las instituciones. "Conozco a personas que no tienen muchos recursos y aun así están ayudando, eso dice mucho de ellas", apostilla.
El conjunto de la sociedad está volcada con Valencia, se ha generado un movimiento ciudadano acorde a la magnitud de la tragedia. La zona cero se encuentra, además, en un punto al que no se puede acceder en vehículo si no se forma parte de los servicios de emergencias, por lo que los voluntarios están haciendo en algunos casos hasta siete kilómetros a pie para poder ayudar. Y todo, para tratar de devolver al pueblo valenciano a lo que más se parezca a la normalidad, aunque ya nada vuelva a ser como antes.
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