Alberto Padilla: “Un docente debe ilusionar y escuchar a su alumnado”
Poniente
Es maestro infantil en el colegio Diego Velázquez de El Ejido y ha sido nominado por cuarta vez como mejor docente de España por los premios EDUCA ABANCA, donde se reconoce la labor del docente
Por contextualizar, la fundación EDUCA ABANCA organiza cada año, los PREMIOS EDUCA ABANCA MEJOR DOCENTE DE ESPAÑA, donde tras recibir las propuestas por parte del alumnado, un comité de expertos seleccionan 10 finalistas de cada categoría docente (educación infantil, primaria, secundaria, formación profesional, universidad, educación no forma). De entre estos últimos, se establece el galardón de 'Mejor Docente' en cada categoría. Este acto tiene lugar enmarcado dentro de las actividades del Congreso Educativo, que también organiza la entidad por el mes de febrero con una gala de entrega a la que asisten autoridades, finalistas y participantes en el mismo.
Alberto Padilla ha concedido una entrevista a el Diario de Almería por haber sido nominado en la categoría de 'Mejor Docente'.
-¿En qué crees que se han basado para nominarte ya por cuarto año como mejor docente de España?
–En el caso de la categoría de Educación infantil, son las familias del alumno quienes proponen a los docentes, así que en mi caso han sido los padres y madres de mis alumnos quienes han creído que soy merecedor de tal distinción. Para mí eso ya es un premio, pues hemos trabajado codo a codo todo un curso y han podido ver y entender que nuestra misión es la misma, la educación de los más pequeños. Desde el principio les prometí que mi objetivo principal es que sus hijos e hijas aprendieran felices y creo que juntos lo hemos conseguido.
-¿Qué fue lo primero que pensaste cuando supiste que te volvieron a nominar?
–Pues mucha alegría, porque es el primer curso que he sido su tutor. Han confiado en mí y valoran mi trabajo. Y te puedo asegurar que eso es muy importante en la escuela.
-¿Bajo tu punto de vista, cuáles son las claves para ser el mejor docente?
–Bueno, yo realmente no me considero “mejor” que nadie. Soy uno más de tantos que creemos que otra escuela es posible, que luchamos día a día por ofrecer una educación de calidad y dejar el mejor futuro posible. Nuestros niños y niñas serán los hombres y mujeres del mañana. Eso sí, creo que todo docente debe ilusionarse con lo que hace, poniendo el foco en el alumnado, escucharlos y respetarlos, teniendo en cuenta sus intereses y necesidades. Para mí es muy importante compartir, pero no solo en redes sociales, sino que mi aula está siempre abierta a todo el mundo, lo que hago lo comparto con mis compis en todo momento y también me nutro de muchas cosas de otros, pues me parece que el éxito es la suma de todos, y compartir es sumar. Por otro lado, que el aula esté abierta al mundo, que la vida entre en la escuela y la escuela en la vida. Eso es fundamental, en los tiempos que corren.
-¿Sigues alguna metodología didáctica concreta?
–Reconozco que no soy purista -que se dice en el flamenco- sino que me gusta probar distintas metodologías porque a veces con un grupo funcionan unas cosas y con otro otros. Lo ideal es combinar enfoques diferentes. Es muy habitual en mí. Pues al vida misma está compuesta de diferentes combinaciones. Soy firme defensor de las metodologías activas y emergentes, con el foco en el alumnado y el desarrollo de sus capacidades.
-¿Cómo valoras la educación actual?
–La educación infantil en su totalidad, de 0 a 3 años, tiene un potencial tremendo. Es la base donde se sustenta todo lo que vendrá después. Y, por tanto, primordial el trabajo que se hace en estas edades. Eso sí, siempre de la mano de las familias, desde el respeto y la colaboración.
-¿Cuáles son las luces y las sombras de la educación actualmente?
–Como luces, creo que en los últimos tiempos ha aumentado la valoración hacia los docentes. La pandemia hizo que las familias valorases más nuestro trabajo. Iniciativas como estos Premios que organiza Educa dan luz a lo que se hace en los centros educativos y a la educación en general.
Como sombras, podríamos hablar de que somos una profesión en las que no siempre se hace equipo, que a veces impulsamos iniciativas con el alumnado que luego entre nosotros no llevamos acabo, que tildamos o criticamos el trabajo de otros sin conocerlo. Siempre pienso que cada uno tiene que estar cómodo con su trabajo, que la escuela es un camino y que todos pasamos por todo.
-Yendo más a lo personal, ¿qué fue lo que hizo que llegaras a la docencia? ¿Qué te motivó querer dedicarte a trabajar con los niños más pequeños de la casa?
–En mi caso soy maestro por vocación. Desde pequeño siempre me gustó este mundillo de la enseñanza infantil. Además, en mi familia se me inculcó una interdisciplinariedad y pienso que tengo como muchas facetas e inquietudes que puedo desarrollar en la docencia. Esto lo menciono porque, como suelo decir, yo soy un maestro que es un poco mago, pintor, cantante, artista, científico… Es por eso que considero que agrupar todo el potencial reunido en servicio de los demás y poner mi granito de arena para dejar mejor futuro y mejores personas, me hace sentir muy satisfecho cada día. Te confieso una cosa, trabajar con niños y niñas es apasionante, pues creo que de ellos tenemos muchísimo que aprender.
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