Otro derrumbe en el Molino de los Guiard pone en evidencia su precaria situación
La antigua central hidroeléctrica de tíjola, temor a su desaparición
La Sociedad de Estudios Históricos ‘María Navarro Encinas’ ha solicitado a Hipania Nostra que pase de estar en la Lista Roja a la Negra, donde están los edificios cuya restauración es ya inviable
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El molino de la Cerrá, enclavado en la linde entre los términos municipales de Bayarque y Tíjola, ha vuelto a sufrir las consecuencias de su situación de abandono con el derrumbe de uno de sus muros principales, ocurrido en los últimos meses. La aceña, actualmente en manos privadas, se encuentra cada vez en peor estado de conservación y se teme que desaparezca completamente debido a su avanzado estado de deterioro.
El molino de la Cerrá, del Francés o de los Guiard, fue mandado construir por Guillaume Guiard en 1880 introduciendo los últimos avances tecnológicos en materia de molturación de grano traídos de Francia. Su hijo Adolfo convertiría esa industria en una central hidroeléctrica para suministrar fluido eléctrico a la fábrica de harinas “Santa Isabel” de Tíjola en 1923 y posteriormente al alumbrado público de la citada ciudad. Desde la década de los años sesenta, el inmueble se encuentra abandonado.
Su situación fue denunciada por la Sociedad de Estudios Históricos ‘María Navarro Encinas’ (SEHMNE), asociación dedicada al estudio de la arqueología industrial y de la historia de España, pero centrada principalmente en Andalucía Oriental y Murcia. Su presidente, José Antonio Serrano Navarro, fue el encargado de realizar las gestiones que culminaron con la inclusión del molino en la Lista Roja de Hispania Nostra el pasado día 6 de marzo de 2023, aunque ya en septiembre del año anterior, había llamado la atención sobre un desplome inminente en una nota de prensa.
La SEHMNE no ha sido la única asociación que ha reivindicado la restauración de este singular edificio. Desde 1998, la Asociación Histórico-Cultural de Tíjola lucha por la rehabilitación del inmueble, y Ernesto Suárez Carrillo lleva años abogando por la recuperación de este conjunto arquitectónico y de su entorno en diversas publicaciones.
La situación a nivel general del patrimonio industrial de la comarca del Almanzora es lamentable, tanto en el ámbito público como en el privado. Pocos conjuntos arquitectónicos han sido rehabilitados y los que se encuentran inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz se cuentan con los dedos de una mano, siendo el panorama de la mayoría de inmuebles bastante desolador: alteraciones significativas en su fisionomía a causa de agresivas reformas, deterioros debido a su situación de abandono y, en el peor de los casos, la desaparición completa de las construcciones.
Citando sólo algunos ejemplos, el poblado minero de Las Menas (Serón) fue uno de los lugares que se benefició de la restauración de parte de sus edificios para su aprovechamiento turístico, pero su deficiente gestión impidió que el proyecto llegara a buen puerto, permaneciendo algunas de las construcciones rehabilitadas cerradas al público durante años con el inherente cuestionamiento de la viabilidad de las inversiones realizadas en pro de su recuperación.
Las herrerías de Serón y Bacares, fábricas con una larguísima trayectoria que finaliza a mediados del XIX, cuando se inicia la explotación minera de carácter industrial y que en su tiempo gozaron de gran reputación por la calidad del hierro allí fundido, actualmente se encuentran en estado de ruina progresiva.
La mayoría de los molinos maquileros y almazaras de la comarca, normalmente en manos de particulares, se encuentran en estado de total abandono, debido a los problemas de sus propietarios a la hora de sufragar los gastos de las obras de restauración o por las trabas administrativas, que en ocasiones y, paradójicamente, impiden la supervivencia de estas edificaciones históricas.
Tampoco son raros los casos en los que su restauración se ha realizado sin ningún tipo de criterio histórico-arqueológico y sin contar con la intervención de técnicos especializados en conservación y restauración, produciéndose una completa alteración de la estructura de estos edificios eliminando o descontextualizando elementos de los mismos, esenciales para la comprensión de su historia.
Ni siquiera la conversión del antiguo trazado del ferrocarril de Lorca a Baza en Vía Verde ha salvado a algunas de sus infraestructuras, como el paso elevado y acueducto de la Muela del Ajo (Tíjola); cuya integridad se encuentra seriamente amenazada desde el derrumbe que sufrió en noviembre de 2020, o la estación de la localidad de Fines-Olula del Río, abandonada y expoliada durante décadas.
En conclusión, nos encontramos ante una realidad poco esperanzadora para el patrimonio histórico industrial, tildado de “moderno”, infravalorado e ignorado tanto por las administraciones públicas como por particulares. Volviendo al caso del Molino de los Guiard en el Almanzora, la Sociedad de Estudios Históricos ‘María Navarro Encinas’ (SEHMNE) ha puesto en conocimiento de Hispania Nostra la actualización sobre su estado de conservación y ha solicitado que pase de la Lista Roja a la Lista Negra, en la que se encuentran los edificios cuya restauración, dado el estado en el que se encuentra, se hace prácticamente inviable o directamente han sido demolidos o alterados de manera irreversible.
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