Se cumplen diez años del rayo que decapitó al Sagrado Corazón de Vera
Efemérides
El 5 de marzo de 2011, de madrugada, un relámpago cayó sobre la imagen que corona el Cerro del Espíritu Santo, cercenándole la cabeza
Seguro que los veratenses lo recuerdan como si hubiera sido ayer y, sin embargo, se cumplen ya diez años de aquella noche de tormenta en la que un rayo cayó sobre el cerro del Espíritu Santo decapitando la icónica imagen del Sagrado Corazón de Jesús de la cumbre.
La noche del viernes 4 de marzo de 2011 el cielo se llenó de nubarrones negros, que no presagiaban nada bueno. La tormenta descargó con fuerza sobre la ciudad actual, la del llano, pero también sobre los restos de la Bayra medieval que permanecen enterrados en cerro del Espíritu Santo. Sobre la 1 de la madrugada ya del sábado 5 de marzo, se escuchó el rugido de un rayo que hizo temblar los cristales de las ventanas. Un estruendo ensordecedor que sacó a más de uno de la cama. Pero hasta la mañana siguiente nadie supo lo que había sucedido.
Ese trueno colosal había sido el resultado del impacto de un rayo en el Cerro del Espíritu Santo, la montaña que tiene todo el pueblo a su falda. Allí arriba, la Policía Local encontró la imagen del Sagrado Corazón decapitada por un rayo, y con la cabeza caída a sus pies. La cara, sin embargo, había quedado intacta y miraba al cielo. Algo sobrecogedor para quienes pudieron verlo, como el que entonces era concejal de Educación y Participación Ciudadana, Miguel Ángel Martínez.
“Vivo a unos 500 metros del cerro y de pequeño subía siempre a jugar; haber visto el Sagrado Corazón de toda la vida y de pronto verlo así, sin la cabeza, impresionaba mucho”, recuerda una década después de aquello. Subió este mismo sábado por la mañana acompañado por la Policía Local y técnicos del Ayuntamiento. “En principio se podía pensar en un acto vandálico, pero no. La imagen es demasiado alta, y además se veía que estaba negro alrededor de la zona rota, quemado por el impacto del rayo”, cuenta.
Para los más supersticiosos este suceso fue un signo de mal augurio. Pero los optimistas lo consideraron un milagro, ya que el Cristo había evitado que el rayo alcanzase las casas que se apostan a los pies del cerro.
Tan solo sufrió daños la cabeza de la enorme figura. El resto del cuerpo, de unos ocho metros de longitud, estaba completamente intacto. Las fotografías de lo sucedido rápidamente dieron la vuelta al país.
El pueblo quedó conmocionado. “Al día siguiente era el carnaval y no se hablaba de otra cosa”, recuerda Martínez.
En Cuarto Milenio, la Cadena SER e incluso en libros
La noticia de la decapitación del Sagrado Corazón de Jesús rápidamente llegó a los medios de comunicación, no solo de Almería, sino de toda España. El famoso periodista del misterio, Íker Jiménez, le dedicó amplios reportajes tanto en su programa de televisión, Cuarto Milenio, como en el que por aquel entonces dirigía en la Cadena SER, Milenio 3. “Un rayo decapita al Cristo de Vera”, titulaban entonces en esos dos espacios líderes de audiencia en sus respectivos medios.
Además, el escritor y divulgador almeriense Alberto Cerezuela le dedicó un capítulo entero en su libro La Almería extraña, en donde recoge la información que él mismo obtivo aquellos días de 2011 entrevistando al concejal Miguel Ángel Martínez, al director del Museo Histórico, Domingo Ortiz, y Juan Antonio Segura, geólogo y profesor.
Durante los días siguientes al suceso, cientos de vecinos y curiosos de otras zonas quisieron acercarse para ver la enorme figura, que mira hacia el pueblo de Vera, completamente decapitada. En los primeros instantes, antes de que retirasen los restos de la cabeza, hubo incluso quien subió al cerro para besarla y rezar al Sagrado Corazón, según cuentan.
La imagen más icónica de Vera
Esta imagen es el icono más representativo del municipio de Vera, situada en la cumbre del Cerro del Espíritu Santo desde el 17 de julio de 1948, siendo alcalde Francisco Cervantes de Haro. La imagen puede verse desde cualquier punto del pueblo y las proximidades y se colocó sobre el lugar que ocupó la antigua ciudad de Vera, en honor a las personas que fallecieron en el terrible terremoto del 9 de noviembre de 1518, que destruyó casi por completo la ciudad.
Poco después de esa madrugada en la que un rayo decapitó al conocido como Espíritu Santo de Vera, el Ayuntamiento procedió a restaurar la imagen, utilizando como modelo los restos de la cara anterior, luciendo el aspecto que puede verse actualmente.
Según cuenta el exedil Miguel Ángel Martínez, se pusieron en contacto con una empresa especializada en restauración y en apenas dos meses estuvo otra vez como nueva. De hecho, aprovecharon la actuación para mejorar algunas zonas dañadas por los años. La imagen está fabricada en cemento y con un armazón interior de hierro. Fue construida a finales de los años 40, no sin muchos esfuerzos, acarreando el material con burros hasta la cima del cerro, en el que entonces no existía ningún sendero.
Terremotos, malos augurios y las catástrofes en Fukushima y Lorca
El Cerro del Espíritu Santo, sobre cuya cima se asienta la figura del Sagrado Corazón de Jesús, está trágicamente ligado a los terremotos desde hace más de cinco siglos. En este lugar se situaba la ciudad morisca de Vera. Allá por el año 1400, un gran terremoto destruyó varios lienzos de la muralla, según relatan los historiadores de la época.
Luego, en 1518 tendría lugar un segundo temblor, estimado en una magnitud 9 según la actual escala de Richter. Este seísmo destruyó toda la ciudad, sepultando sus casas, la fortaleza, y a cientos de sus vecinos. Tras ello, Carlos V ordenó reconstruir la ciudad en un llano cercano, donde se encuentra actualmente.
La decapitación del Cristo fue tomada por muchos como un mal presagio de una catástrofe próxima. Casualidad, o no, seis días después se produjo un enorme terremoto en Japón, que destruyó la central nuclear de Fukushima.
Al quedar el suceso tan lejano, no muchos se atrevieron a relacionarlo. Sin embargo, sí que hubo quien vio relación con el terremoto que asolaría la ciudad de Lorca, hermanada con Vera, tan solo dos meses después, el 11 de mayo. Como pasase en el municipio veratense casi cinco siglos antes, la ciudad lorquina quedó gravemente afectada.
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