¿Qué comían en El Argar hace 4.000 años?
Historia
El estudio del isótopo de nitrógeno 14 permite conocer si la dieta de los habitantes del poblado era más rica en carne o en vegetales
En el I Simposio sobre El Argar que se celebra en Antas se presentaron este jueves los resultaos del estudio de Alfredo Mederos (Universidad Autónoma de Madrid) y Fernando Molina (Universidad de Granada) sobre los restos óseos extraídos de las tumbas excavadas en los yacimientos de El Argar (Antas) y El Oficio (Cuevas del Almanzora).
Con su investigación han logrado datar de los restos óseos, calculando el inicio de ambos yacimientos alrededor del 2.050 A.C. Pero también han analizado los isótopos de nitrógeno 14. Eso da pistas sobre la dieta que tenían esos individuos, pues miden la cantidad de proteínas animales.
Ese análisis ofrece unos resultados cuanto menos curiosos, que han compartido en el Simposio de El Argar en Antas. Los huesos, como si hablaran a través de esos isótopos 4.000 años después, muestran que los niños más pequeños, de hasta 6 años, consumían una elevada cantidad de proteína, lo que sin duda habla de la ingesta de la leche materna. No obstante, tras el destete, estos niños cambiaban su dieta a más alimentos vegetales (papillas, gachas), lo que producía que muchos de ellos no sobrevivieran.
En cuanto al resto de individuos cuyos restos óseos se han analizado, tenían alimentación en la que predominaban las proteínas de origen animales. Aunque con una evidente diferencia entre hombres y mujeres: los varones comían más cantidad de carne que las féminas.
No obstante, entre los restos analizados destaca una niña cuyos valores no coinciden con lo habitual, pues su dieta es más rica en carne. Según los investigadores esto podría evidenciar que procedía de otro asentamiento diferente, lo que significaría que existía movilidad.
En cuanto al análisis de nitrógeno 14 en El Oficio, los investigadores desvelan que los datos sobre las mujeres jóvenes se saltan los patrones, por lo que podrían venir de otros asentamientos. Y es que, según su teoría, había mucha más movilidad entre las féminas que en los varones.
No obstante, indican que estos resultados son muy iniciales y que cuando haya más muestras la información será más rica. Asimismo, esperan que el análisis del estroncio dé más claves sobre la movilidad de las poblaciones.
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