Las carrozas artesanales de Canjáyar, en pleno proceso de elaboración para sus fiestas de abril
ALPUJARRA
La tradición de confeccionar las carrozas a mano se está recuperando en los últimos años
El desfile se celebrará el sábado de sus fiestas patronales, 20 de abril, y habrá premios para las más destacadas
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La cuenta atrás ha comenzado en Canjáyar. Los canjilones se encuentran inmersos en los preparativos de una de las actividades más esperadas de sus fiestas patronales, el gran desfile de carrozas artesanales, para el que queda poco más de un mes.
Estas carrozas son mucho más que simples tractores adornados, son verdaderas obras de arte resultado del esfuerzo, la dedicación y el ingenio de grupos de amigos y vecinos que trabajan durante meses para dar vida a sus creaciones.
“Nosotras empezamos en enero a preparar todo. Lo primero que hicimos fue una lluvia de ideas para elegir el tema, y una vez nos pusimos de acuerdo empezamos a trabajar. Tiene mucho trabajo, las fiestas ya están aquí y no queremos que nos pille el toro”, reseña Pilar Fornieles, una de las vecinas que participa en la confección de las carrozas.
Para conocer el trabajo desde dentro, hemos visitado algunos de los viejos almacenes del pueblo que se trasforman en esta época en grandes talleres en los que fabricar estas carrozas.
Papel, cola, pintura y una multitud de materiales se convierten en los ingredientes esenciales para dar forma y color a estas impresionantes creaciones sobre ruedas. “Últimamente hay mucha rivalidad por ver quien hace una carroza más bonita, pero esa es la esencia de esta actividad y lo que hace que las personas de los diferentes grupos se esfuercen más en hacer un trabajo minucioso. Pero lo realmente importante, es pasarlo bien ese día y durante las tardes de trabajo con tus amigos, que son muchas pero muy divertidas”, apunta María Ángeles González.
La tarea no es fácil. Requiere horas de planificación, sacrificio y, en ocasiones, tener que superar obstáculos inesperados. Además, estas carrozas suponen una gran inversión con un carácter muy efímero, ya que solo se lucen por las calles durante unas horas del sábado festivo.
“Llevamos cerca de mil euros gastados en materiales, sin contar con los trajes ni la comida y bebida del desfile. Los materiales son carísimos, lo que pasa que al ser tantas personas parece menos dinero porque el gasto está repartido, pero cualquiera de estas carrozas cuesta muchísimo dinero hacerlas”, añade Isabel Barranco.
El premio es lo de menos. En eso coinciden todos los grupos que hemos tenido el placer de visitar. Según ellos, lo importante es divertirse así como mantener viva la tradición que hace unos años se estaba casi perdiendo.
“Hubo unos años en los que se tenían que traer carrozas alquiladas para que los niños disfrutaran de este día, porque nadie se paraba a hacer una carroza por el largo tiempo y esfuerzo que conlleva, pero desde hace unos años se ha empezado a recuperar la tradición. Este año creemos que va a haber más carrozas que nunca. Estamos seguros de que nuestros vecinos se lo van a poner muy difícil al jurado para elegir qué carroza será la ganadora del concurso”, explica Rocío Abad, promotora cultural del Ayuntamiento de Canjáyar.
Hasta entonces, siéntanse privilegiados de conocer un poco más de cerca los detalles de esta tradición, pues las diferentes carrozas se mantienen ocultas hasta el día del desfile manteniendo un secretismo que le da emoción al evento. El resultado final, sin ninguna duda, seguirá siendo una auténtica incógnita hasta el 20 de abril.
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