Los bacareños aprenden a reconocer las setas que hay en sus campos
Un día para disfrutar de la naturaleza
El Ayuntamiento de la localidad, con la colaboración de la Diputación Provincial, organiza las II Jornadas Micológicas
Los nuevos ‘vecinos’ de Bacares son un reclamo turístico de cuento
Bacares/Unas cincuenta variedades diferentes, grandes, pequeñas e incluso venenosas... Las cestas de los participantes en las II Jornadas Micológicas de Bacares llegaron llenas al mediodía, después de pasar varias horas en la Sierra de Los Filabres en busca de este bien tan preciado del otoño. Había llovido unos días antes y el bosque había explosionado.
Que el otoño es la mejor época se defiende solo. Sobre todo si vives en un sitio donde la naturaleza aún define las estaciones del año a pesar de que es cierto que cada vez son más cálidas y con menos precipitaciones. En Bacares, el otoño tira la casa por la ventana. Sólo hay que salir a dar un paseo por la sierra que rodea el municipio, por cualquiera de sus ríos o por sus calles sin ir más lejos, para disfrutar de las maravillas que regala esta época del año. La gama de amarillos, ocres y anaranjados es un espectáculo. Y no solo de setas habla el otoño de esta zona de la provincia de Almería. En las calles, asoman los primeros abrigos de entretiempo y las primeras castañas. En las cocinas, los primeros platos de cuchara. Y en el monte, los primeros hongos, mientras tienes la suerte de ver el día a día de los ciervos, jabalíes, machos montés, conejos, águilas, buitres...
El sábado pasado los vecinos de la localidad y otros aficionados a la Micología llegados desde la capital, Aguadulce, Los Vélez y Murcia... entre otros lugares, madrugaron para ir al campo en busca de setas. Iban acompañados de la alcaldesa del municipio, Encarna Zaguirre, y de Alonso Verse López, del Grupo de Investigación en Botánica, Etnobiología y Educación y el Instituto Botánico de la Universidad de Albacete, que fue el encargado de dirigir la jornada de forma magistral.
Macrolepiotas, níscalos, amanitas y fredulis
Entre las variedades que hallaron bajo los pinos había macrolepiotas, níscalos, amanitas, fredulis... Todos los participantes aprendieron que sólo se deben de comer aquellas especies que se conocen. Hay algunas de gran tamaño y preciosas que a pesar de su apetecible aspecto son venenosas.
El día comenzó con un desayuno de bienvenida para salir al campo con fuerzas. Una breve presentación de cómo se iba a desarrollar la jornada y cestas en mano, los participantes adultos y menores de edad se adentraron en una aventura que resultó ser un éxito. Eso sí, con el detalle de una navaja multiusos que regaló el Ayuntamiento como herramienta indispensable para la actividad.
Sobre las 13:30 horas la recolección había concluido. Rojas con lunares, amarillas, naranjas, marrones, verdosas, con más paraguas, más rechonchas, champiñones salvajes, setas de cardo, pedos de lobo. Un auténtico espectáculo de frutos que después protagonizó una exposición en el la biblioteca municipal. El experto en Micología ofreció una charla que complementó a las explicaciones que fue realizando durante la recolección.
Con ganas de más, se quedaron los participantes que ya piensan en inscribirse en las próximas jornadas que pronto comenzará a organizar el Ayuntamiento de la localidad junto con la Diputación Provincial de Almería. A buen seguro el próximo otoño tendrá las plazas agotadas .
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