Vera invertirá 1,3 millones en seis años para desenterrar su ciudad medieval

Historia

Las excavaciones arqueológicas se extenderán durante seis años para conocer cómo era la ciudad de Bayra, destruida por un terremoto en 1518

Vista aérea de la alcazaba del Espíritu Santo de Vera. / Diario De Almería

Junto a la actual ciudad de Vera se encuentra el cerro del Espíritu Santo, lugar donde estaba la antigua urbe medieval de Bayra hasta que fue destruida por un terremoto el 9 de noviembre de 1518. Desde hace más de cinco siglos muchos de sus secretos han permanecido enterrados, por lo que el Ayuntamiento veratense está decidido a llevar a cabo un ambicioso proyecto arqueológico en este yacimiento declarado Bien de Interés Cultural.

Para ello, en el año 2018 (coincidiendo con el quinto centenario del terremoto) se elaboró un Plan Director que sentase las bases de la puesta en valor de este espacio. Sin embargo, las excavaciones realizadas por la Universidad de Granada en la primavera/verano de 2021 evidenciaron la necesidad de plantear un Proyecto General de Investigación en el Cerro del Espíritu Santo que rija y organice la actividad arqueológica en los próximos años. Ese PGI ya está redactado —con la dirección de Moisés Alonso Valladares, del Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas en la UGR—, aunque está pendiente de su inminente aprobación por la Consejería de Cultura.

El Proyecto General de Investigación prevé una serie de actuaciones/actividades arqueológicas, de forma sistemática, a lo largo de seis años y en cinco áreas de preferente intervención en el cerro. Para llevar a cabo esas excavaciones y desenterrar lo que quede de la ciudad medieval de Bayra el Ayuntamiento de Vera ha sacado a licitación los trabajos y está a punto de firmar el contrato con la Universidad de Granada, la única entidad que ha ofertado en una concurso de urgencia "por las necesidades de trabajar este mismo verano".

Trabajos realizados en 2018 en uno de los restos de muralla. / Diario de Almería

La UGR cobrará 1.347.218 euros para realizar la excavación arqueológica en un plazo de 72 meses (seis años), prorrogables en otros 12 meses, como máximo. Trabajarían solo entre los meses de abril a octubre, cuando las condiciones climáticas son más benignas para que no se dañen los hallazgos que se pudieran hacer.

Trabajará en ocho sectores diferentes (cinco principales y tres secundarios): la alcazaba de la cima del cerro; la puerta occidental de la ciudad y zona extramuros, con una posible área artesanal; el arrabal norte; el arrabal este; muros de mampostería en el piedemonte oriental (hacia la carretera N-340); las unidades domésticas en el llano norte; y la muralla este.

Por último, para un correcto conocimiento histórico de la ciudad medieval de Bayra y su puesta en valor se hace preciso abordar de forma rigurosa la documentación de tramos de muralla y aljibes dispersos por el yacimiento arqueológico.

Los objetivos de las excavaciones

Las excavaciones arqueológicas que se quieren realizar en el cerro del Espíritu Santo pretenden responder a varias cuestiones y cumplir diferentes objetivos:

¿Cuándo surgió la ciudad de Bayra?

Se sabe que la ciudad fue abandonada tras el terremoto de 1518, pero no se sabe nada sobre su origen. Se cree que se ocupó desde los siglos XI a XVI, aunque algunas fuentes escritas podrían situar sus inicios en el siglo XIX. Uno de los principales objetivos, por tanto, es aportar información sobre la evolución histórica del yacimiento y, en especial, sobre el posible origen.

¿Cómo era la ciudad?

Para poder entender con precisión la configuración urbana de Bayra se hace preciso una intervención arqueológica que aborde esta cuestión de forma rigurosa y que tenga como uno de sus objetivos principales definir cada una de las áreas que conformaron la ciudad. Además se desconoce se desconoce absolutamente la ubicación de elementos tan importantes en la configuración urbana de una ciudad medieval como son necrópolis, lugares de culto (mezquitas o iglesias), mercados o ámbitos de producción.

¿Cómo vivían sus vecinos?

Los restos muebles recuperados durante cualquier intervención arqueológica son elementos de gran valía para el conocimiento de la vida cotidiana de las comunidades pasadas. Su interpretación aporta datos de diversa índole: cronológicos, económicos, sociales, etc., que permiten definir con cierta precisión a los grupos humanos que generaron tales restos. Además, los restos de animales y plantas permiten arrojar luz sobre las características agropecuarias y sobre el patrón alimenticio de las comunidades que habitaron la ciudad.

¿Cómo proteger el yacimiento?

La intervención arqueológica realizada en la primavera de 2021, así como la literatura científica disponible ponen de manifiesto que la extensión del yacimiento excede con mucho la superficie actualmente protegida y delimitada dentro del perímetro del Bien de Interés Cultural. La construcción de balsas, caminos, fincas agrícolas y viviendas han provocado daños notorios al patrimonio arqueológico. Por eso el proyecto pretende ampliar las coberturas actualmente existentes, que se han demostrado escasas frente a la entidad de los restos arqueológicos.

Consolidación de los restos

Como en toda excavación arqueológico es necesario consolidar los restos exhumados durante la intervención, así como definir criterios de intervención y restauración de los bienes recuperados.

La puesta en valor del yacimiento

El último fin de la excavación es la difusión de las investigaciones, tanto por la vía científica como llegando a la población general, generando un valor añadido a través de la creación de un recurso social y turístico. Además, se apoyará y supervisará la creación de una colección museística municipal.

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