La Subida del Agua de Mojácar, una tradición con varios siglos de antigüedad
Los mojaqueros/as volvieron a agradecer a su Patrón que su fuente no haya perdido su caudal y celebraron en la tarde de ayer este festejo

La segunda jornada del programa de fiestas en honor a San Agustín, patrón de Mojácar, convocó ayer a los mojaqueros/as, y a muchos turistas y visitantes, a la Subida del Agua y a la ofrenda floral al santo, y la respuesta popular volvió a ser importante.
El agua es un bien precioso y necesario, pero escaso y caro en ocasiones. Mojácar lo sabe bien y le da las gracias a San Agustín, su patrón, por seguir teniéndola en sus casas y la bendicen cada año, dando continuidad a una de las costumbres con más antigüedad de sus festejos patronales.
Ayer fue el día. Como hacen anualmente el 27 de agosto, Mojácar miró a su pasado y revivió la conocida como la Subida del Agua, una fiesta singular dentro de las fiestas patronales de San Agustín. Las mojaqueras, vestidas con su traje típico, volvieron a completar el recorrido entre la Fuente de Mojácar hasta la Iglesia Parroquial de Santa María para bendecir el agua ante San Agustín. El trayecto es el mismo que sus ancestros recorrían para llevar el agua hasta sus casas. para su uso doméstico. Las mujeres se ayudaban antaño de animales de carga para transportar el agua. Otras recurrían a su particular pericia en el manejo de cántaros que llevaban en su cabeza o a la cintura.
La costumbre suma varios siglos de antigüedad y la localidad agradece a su santo patrón por el hecho de que su fuente pública no haya perdido su caudal nunca y ha permitido dar la vida y alimento a su población durante muchos años. Mojácar conoció en 1812 el año más negro de su historia al sufrir hambre, la fiebre amarilla y la viruela. Y tras la Guerra Civil, la sequía la sumió en una profunda depresión que llevó a su población a la emigración y dejó la localidad sus mínimos históricos con únicamente 300 vecinos.
El programa continuó con la ofrenda floral a San Agustín que le tributaron vecinos y visitantes de Mojácar tras realizar mismo recorrido que las aguadoras. La procesión desde la Fuente hasta la parroquia para depositar sus flores y agua al pie del Santo da lugar a una de las imágenes de más típicas de estas fiestas.
Se trata del traje de mojaquera, de refajona, que niñas y mujeres lucen durante esta Subida del Agua, como marca la tradición. El nombre de refajona proviene de la falda, llamada refajo. Es en el tipo de tela y, sobre todo, el color lo que se diferencia de un municipio a otro. En Almería capital, es de color azul. En Níjar, es granate y tiene la particularidad de que las flores que se colocan en el pelo son naturales. En Mojácar, la falda del traje de mojaquera es de colores. Estos trajes están hechos en lana, pesan bastante y dan calor, pero es todo un motivo de orgullo poder llevarlo y exhibirlo.
La Subida llega a reunir hasta cuatro generaciones de la misma familia. La alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano, en la que ha podido ser su última Subida bajo la condición de primera edil, acompañada de los miembros de la Corporación Municipal. abrió la comitiva que contó también con la Reina de las fiestas y sus Damas de honor.
A la puerta de la Parroquia de Santa María, Iglesia fortaleza del siglo XVI levantada sobre una antigua mezquita de la Mojácar de sus inicios árabes, les esperó el cura-párroco de la localidad, Víctor Manuel Fernández, quien procedió a la bendición del líquido elemento siguiendo la costumbre.
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